Siguiendo con el tema del último artículo http://isialada.blogspot.com.es/2014/08/por-que-se-separan-en-dos-las.html
Cuando aquellos que
nos asisten nos explican cómo se percibe el cambio frecuencial y evolutivo que
la Tierra está atravesando, desde fuera, uno no puede hacer otra cosa que tomar
nota, hacer preguntas, escuchar las respuestas y luego ponerte a reflexionar
sobre ello para que, nosotros, desde dentro, podamos tener un atisbo, siquiera
mínimo, de lo que está ocurriendo a nivel “cósmico”.
Para ello, espero que las analogías de los
barcos, de la Tierra separándose en dos, y todo lo que hemos
explicado hasta ahora sirva para entender, al menos un poco, lo que lleva
tiempo sucediendo, y lo que va a seguir sucediendo, en los próximos años.
Ubicando la nueva realidad
Entonces, bien, ¿se
puede ubicar esta nueva Tierra, este nuevo campo base para la evolución del ser
humano en algún punto del espacio-tiempo? ¿dónde está o estará el planeta
cuando complete su separación en ambas realidades por completo? Para
explicarlo, debemos volver a echar un vistazo a la estructura de nuestro
universo, o, particularmente, de nuestra galaxia. Lo más sencillo, desde mi
punto de vista, es trabajar con bandas frecuenciales o de vibración,
asignándoles un color a cada una, según el espectro lumínico, que denota desde
la banda más densa, la correspondiente a la roja, a la banda más alta, la
correspondiente a la violeta. Esto, teniendo en cuenta que, posiblemente,
existen bandas evolutivas en frecuencias en la zona infrarroja, y en la zona
ultravioleta.
Estas “bandas
energéticas” están relacionadas, por supuesto, con la estructura en octavas de
la Creación, ya que, desde la Fuente primaria, la manifestación de todo lo que
existe sigue siempre el proceso de creación por octavas (grupos de siete
niveles vibratorios o frecuenciales, divididos fractalmente en sub-octavas, que
se dividen en sub-sub-octavas, etc.), existiendo nosotros, en este momento, en
una octava indeterminada descendiente desde la Fuente primaria.
Con esto en mente,
podemos diagramar las grandes franjas frecuenciales o dimensionales de nuestra
galaxia, en esta octava en la que estamos, de esta forma:
En este esquema
anterior, las bandas más altas interpenetran a las más bajas, de forma que no
es que estén una encima de otra, sino que están contenidas unas dentro de
otras. Sabiendo esto, podemos comprender la posición actual del planeta dentro
de esta estructura energética.
En estos momentos, la Tierra se encuentra transitando
por la banda frecuencial y vibracional correspondiente a la banda amarilla,
saliendo de ella, y está empezando a convertirse en un planeta en la banda
verde, tal y como podéis ver aquí, donde la nomenclatura “3D” denota nivel
evolutivo, no dimensión espacio-temporal:
Entra en juego la separación
Por otro lado, puesto
que la Tierra se divide en dos, para que la vida que todavía no ha tenido
tiempo de completar las experiencias de este ciclo evolutivo pueda hacerlo, lo
que hemos llamado la “nueva Tierra” no es más que la creación del nuevo
vehículo evolutivo para el “alma planetaria” que está siendo creado por el
proceso de “mitosis planetaria”, y se encamina a existir en la banda
frecuencial verde, mientras que la “vieja Tierra” no es más que el vehículo
actual, el planeta actual, volviendo a dar un ciclo por la banda amarilla hasta
el cese completo y limpieza de lo que existe en ella actualmente.
La Tierra nueva, como
veis, está avanzando hacia niveles frecuenciales y vibracionales superiores
dentro de la estructura de nuestra Vía Láctea, llevando consigo, evidentemente,
los planos internos o capas no físicas que también sufrirán ciertos cambios
energéticos cuando el nuevo campo base para nuestra evolución se instale y
asiente definitivamente. Y, lo que está ocurriendo, durante el proceso de
separación, es que una parte del planeta avanza hacia la banda o nivel frecuencial
superior, y otra parte se mantiene en la banda frecuencial actual, a la espera
de completar este ciclo, regenerarse y empezar uno nuevo. Así que esa es la
ubicación frecuencial de cada uno de los “dos planetas” que están ahora todavía
muy superpuestos entre sí, pero que a medida que pasen los próximos años,
veremos como esta separación se hace cada vez más grande, evidente y clara,
llegando un momento en el que dejaremos de percibir por completo, y de saber
que existe, nada que no sea lo que esté en la Tierra en la que nos encontremos.
Entrando en detalles
Bien, esto que hemos
visto es el esquema simplificado del proceso, porque, ¿dónde están aquí
representadas las realidades o dimensiones paralelas? ¿Dónde están aquí los
planos no físicos e internos al planeta? Evidentemente, el diagrama es mucho
más complicado, y solo vale la pena detallarlo un poco más para terminar de
encajar algunos conceptos. Veamos ahora una versión ampliada de lo que sería el
diagrama de la Tierra “vieja”, la que se encuentra en la banda amarilla:
Lo primero que vemos
es que el “fondo” es el mismo, el entorno frecuencial que corresponde a la
realidad “general” y real en la que el planeta se mueve, dentro de las
frecuencias de la banda amarilla, en la estructura de nuestra galaxia. El
sustrato para todo lo que existe en esta banda, es el éter, como para todo lo
que existe en la Creación.
Sin embargo, la
“Tierra vieja” no es una sola Tierra. Ya hemos hablado muchas veces de líneas
temporales y diferentes realidades co-existiendo entre ellas, que se podrían
representar como veis en el dibujo, aunque posiblemente estaría mejor si las
pusiéramos todas superpuestas una a otra, porque no hay, a priori, diferencia
de posición espacial, sino frecuencial, y en algunas temporal (las épocas o
“tiempos” van desfasados entre ellas). En estas otras realidades, las más
alejadas sobretodo, co-existen todo tipo de situaciones, personas, eventos,
entidades, “hechos”, etc., que no tienen por qué existir en la nuestra. Todas
pertenecen a la realidad “subjetiva”, ya que todas caen dentro del sistema de
control que se impuso y creó sobre el planeta hace ya unos cuantos milenios.
La forma de saltar de
una realidad a otra es a través de los portales dimensionales, tanto los que se
abren naturalmente, como los que sé que abran artificialmente, sea por medio de
rituales, hechizos, o cualquier tipo de tecnología disponible para ello. En
estos últimos, los artificiales, es cuando se crea la puerta de entrada para
que todo tipo de entidades no físicas del sustrato que existe entre realidades
(que suele llamarse el astral) puedan colarse en nuestra dimensión particular,
pues son de doble dirección. Durante el sueño, muchas veces de forma natural
nos desplazamos a esas otras realidades paralelas a través de estos portales,
pero siendo una apertura natural realizada por nuestra conciencia, no hay
peligro alguno, pues en este caso, son unidireccionales.
El sustrato donde co-existen y se mantiene a todas
estas realidades o dimensiones paralelas “unidas” es el llamado sustrato “e” o
materia astral, que es la energía que hace de contenedor para su existencia.
Finalmente, los diferentes planos internos, que llamamos etérico, emocional,
mental, etc., etc., se encuentran “envolviendo” a todo este entramado,
parcialmente “dentro” también, de la burbuja que es la malla frecuencial de
control. Parte del plano mental, y los planos superiores al mismo, que caen por
fuera de la malla, ya son planos donde se interactúa con la realidad general y
“real” de todo lo que existe en la banda amarilla de frecuencias sin la
distorsión que presenta todo lo que cae por dentro de la realidad subjetiva e
ilusoria, la matrix, en la que vivimos.
DavidTopi
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