«El SERVICIO ESENCIAL carece de
intención y de finalidad. De no ser así, seguramente ese servicio sería
inconveniente y resultaría frustrante.»
Cuando un ser experimenta la magia que se
obra internamente y a su alrededor a medida que pone en práctica el
conocimiento adquirido, enseguida nace en él el deseo de SERVIR para
orientar a los demás a fin de que ellos también puedan participar de ese Gozo.
“¿Qué puedo hacer?”, se pregunta entusiasmado. Y la respuesta es “¡Mucho y
nada!”.
El SERVICIO es una cualidad del
alma y, como todas las cualidades del alma, no tiene que adquirirse ya que
forma parte inherente de uno mismo, de la ESENCIA, de lo que uno ES en
realidad. Por lo tanto, el mayor Servicio que podemos prestar es el SERVICIO
ESENCIAL. El Servicio Esencial no es someterse a los deseos del otro, ni
entregarse al culto, ni tan siquiera es ayudar. El Servicio Esencial es el que
procede de la esencia misma del alma y consiste en REFLEJAR LA DIVINIDAD A
TRAVÉS DE TI. ¡Nada más y nada menos!
Para que esto se produzca, sólo tienes
que permitirle al alma que tú eres que manifieste su LUZ en todo su
esplendor y para ello tienes que despojarte, poco a poco, de ese conjunto de
filtros que la opacan y que son obra de la personalidad que has ido cincelando
en la encarnación presente y/o en encarnaciones anteriores, a través de la
educación que hayas recibido en ellas, de la cultura, de la política y de la
religión imperantes en cada momento y lugar, de los axiomas limitantes de la
ciencia y de la economía, de las cajitas mentales en las que te hayas
encerrado, de las emociones y de los tóxicos y venenos que hayas ido
acumulando, de los apegos que hayas adquirido y del miedo a ser tú mismo y a
perder lo que hayas atesorado. Cuando lo consigas, tu esencia resplandecerá y
ella por sí sola prestará Servicio.
El SERVICIO ESENCIAL carece de
intención y de finalidad. De no ser así, seguramente ese servicio sería
inconveniente y resultaría frustrante. Eso es lo que sucede por lo general
cuando consumamos nuestro deseo personal de ayudar, ya que ese deseo de ayudar
con el fin de alcanzar determinados resultados subjetivos, es uno de los
filtros más sibilinos que todavía crea nuestra personalidad.
En la medida en la que retires esos
filtros y el alma se “desempañe”, la LUZ que tú eres brillará más y más y cada
vez tendrás que hacer menos para SERVIR, ya que los demás recibirán la
intensidad de esa LUZ a tu paso y a través de cada uno de tus actos, y esa LUZ,
repleta de SABIDURÍA, BENEVOLENCIA y COMPASIÓN, obrará en ellos el
“milagro” que necesiten, ya sea en ese preciso instante o bien en el momento
propicio. ¡Hasta la Naturaleza misma se beneficiará de tu LUZ sólo al entrar en
contacto con ella!
Uno de los mayores ejemplos de tal
manifestación lumínica que ha pasado por la Tierra fue el Maestro Jesús, quien
nos dice: “Hay que aprender a Servir sin distinguir el Servicio que se
presta.”
Recuerda que esa LUZ DIVINA que
él reflejó a su paso, repleta de Sabiduría, Benevolencia y Compasión, como ya
se ha dicho, es la misma LUZ que podrás reflejar tú también, si así lo deseas,
cuando te hayas librado de los múltiples filtros que la opacan.
Amorosamente,
ELSA Y JAVIER
Mi Voz Es Tu Voz
Regálanos un "Me
Gusta"
Suscríbete a nuestro
canal
https://www.facebook.com/pages/Mi-Rinconcito/249677345063487?sk=photos_stream
Para recibir los mensajes en tu bandeja de correo
suscríbete en http://isialada.blogspot.com.es/ y http://isisalada2.blogspot.com .es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario