9 cosas que la gente emocionalmente inteligente hace
diferente a los demás
No son superdotados ni
es gente que pasa largas horas estudiando libros, tan sólo es gente que
dedica gran parte de su tiempo a sí mismo; estudiando sus conductas, analizando
sus pensamientos y descifrando sus emociones. Puede que parezcan introvertidos,
tímidos, analíticos y en ocasiones con una mente dispersa ante el mundo,
pero su mente elabora grandes mapas para entender el mundo. Son personas
que saben perfectamente qué les sucede en cada momento, pueden descifrar la
causa de sus sentimientos y suelen salir adelante a partir de sus propios
ejercicios de introspección.
La inteligencia
emocional es un concepto ideado por el campo de la psicología para describir la
capacidad de entender, asimilar y percibir las propias emociones y las del
resto de personas en aras de un crecimiento personal e interpersonal. Pero,
¿qué características tiene una persona emocionalmente inteligente?
1.-
Salen adelante por sí solos
Bien han argumentado
que el enemigo más férreo que tenemos somos nosotros mismos, pues nos
enfrentamos a los límites y los obstáculos de nuestra propia mente. ¿Cuáles son
tus principales temores que te atan a la zona de confort? ¿Qué te impide
dar el siguiente paso hacia un nivel de desarrollo insospechado? Las
fronteras de tu subconsciente. Sin embargo, debes tener la capacidad de
enfrentar a tus demonios, de construir tu realidad y entender cómo
puedes resolver cualquier tipo de problema. Este punto no se refiere a que
no debas pedir ayuda, guía o consuelo, pero tienes la fortuna de siempre saber
qué es lo que está mal y qué es aquello que te causa conflicto. El siguiente
paso es hacer algo con ese conocimiento que tienes.
2.-
Aprenden de los pensamientos negativos
La mente humana suele
meterse el pie para evitar confrontar retos y temores, pues el instinto de
supervivencia prevalece ante todo. Así, lejos de repeler aquellas emociones e
ideas negativas que podrías bloquear para evitar sentirte incómodo,
confronta todo aquello que tambalea tu vida. No temas aceptar las facetas más
oscuras de tu conciencia, sino que como las enseñanzas budistas reflejan,
debes enfocarte en cada sentimiento, cada emoción y analizar cada pensamiento.
Al sentir cada aspecto del día a día, serás capaz de tomar una decisión basada
en aquello que quieres o deseas.
3.-
Conocen sus gatillos
Sí, la inteligencia
emocional no significa total calma, paz y tranquilidad frente a las situaciones
de la vida, sino un profundo conocimiento que implica saber cómo canalizar las
emociones hacia una estabilidad que funcione para ti. Ante ello, existen algunos
eventos, comentarios, situaciones o recuerdos que te irriten, te incomoden o te
detonen la ansiedad, pero la clave está en saberlos identificar, conocer la
fuente y el por qué para después controlar nuestras reacciones sin dejar que
cada vez nos afecten de la misma forma.
4.- Saben resolver conflictos personales
¿Te ha pasado que una
pequeña discusión sobre el plan del viernes pronto se convierte en una férrea
lucha por demostrar quién comete más errores o tiene los peores hábitos en una
pareja o una amistad? Las discusiones funcionan como válvulas de escape para muchas
emociones que guardamos pues no encontramos el momento de externar cómo nos
sentimos. Sin embargo, la inteligencia emocional permite separar conflictos y
discusiones para sólo abordar el punto central de cada conflicto. Sin caer en
provocaciones o tangentes de las discusiones, nunca debes de perder de vista el
asunto del conflicto y concentrarte en resolverlo. Si tú mantienes la cabeza
fría, estudia los argumentos del otro y su lenguaje corporal, intenta llevarlo
hacia el punto que a ambos les interesa resolver.
5.- Se toman el tiempo para analizar cada situación
Seguro recuerdas
personas que en momentos de estrés, pánico o emergencia tienen la capacidad de
mantener la calma, olvidarse de las reacciones y concentrarse en las acciones.
Aunque nuestro instinto de supervivencia nos programa para apelar a las reacciones,
el ser humano ha aprendido a concentrarse en el análisis de posibles
situaciones de riesgo y así determinar si realmente es un peligro o sólo la
idea de éste. Tal comportamiento sólo se logra tras ejercicios de ser
consciente de todo lo que pasa a nuestro alrededor, analizar posibles riesgos,
conocer qué podemos hacer ante tal o cual situación y saber que al final
tienes la gran oportunidad de actuar según sea el caso. Sólo ten cuidado, no
conviertas esta práctica en algo obsesivo.
6.- No
pierden la capacidad de asombro
La rutina, nuestra
“madurez emocional” y el fastidio causado por una vida monótona causan que
poco a poco perdamos la capacidad de sorprendernos con un mundo que creemos
conocer en su totalidad. Sin embargo, en ese divino regalo que parece caracterizar
a los niños, se esconde uno de los secretos de la felicidad de la vida, pero
requiere constantes ejercicios de apreciación. Por mucho que repitamos el
camino, que frecuentemos a las mismas personas o que incluso comamos los mismos
alimentos, debemos ampliar la percepción de nuestros sentidos para siempre
encontrar algo diferente, aprender algo nuevo o entender algo distinto de una
situación tan rutinaria. Y si parece que ya no encontramos nada nuevo,
atrevernos a explorar nuevos horizontes.
7.-
Muestran más empatía y compasión
Un estudio publicado
por la Universidad de Calgary en Canadá develó cómo las personas sujetas a una
terapia de atención plena orientada a la reducción de estrés tuvieron múltiples
cambios cerebrales tras las ocho semanas del taller. Se demostró que la materia
gris del cerebro aumentó y que el tamaño de la amígdala se redujo; el primero
es responsable de la regulación emocional y el segundo controla los procesos de
estrés y emociones negativas. De esta manera, las personas que participaron en
la terapia se mostraron mucho más empáticas y compasivas con personas en
situaciones ajenas a la suya, pero con la capacidad de encontrar puntos en
común con ellos orientados a la comprensión del otro.
8.-
Se concentran en lo que sucede a su alrededor
Si ya hablamos de
personas que son más empáticas y compasivas, ese hecho se verá reflejado en las
actitudes y decisiones cotidianas, pues lejos de concentrarse en sí mismos,
buscarán cosas a su alrededor en las que puedan ayudar o que puedan mejorar.
Esto no involucra que te pierdas de ti mismo y sólo te enfoques en los demás,
pero ante la capacidad que tienes de salir adelante por ti mismo, querrás
enfocar el resto de tu tiempo y energía en hacer algo por los demás.
9.- No
se conforman con lo que tienen
Buscan llegar más
lejos, hacer más, ayudar a más gente, quieren cambiar más cosas, quieren ser
mejores y ayudar a que otros lo sean. Una mentalidad sencilla pero única.
Vía: Cultura
Colectiva
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1 comentario:
Si es una postura absolutamente transformadora y llena de amor coincido y lo practico GRACIAS ABRAZO LOS CORAZONES!!!!!!!!!!!!!!
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