Hermanos, les habla KWAN-YIN. Escuchen estas
palabras que van dirigidas a lo más interno de su ser.
Háganlas
suyas porque es la voz de su propio ser espiritual:
Yo
soy la Luz del mundo, soy un ser que ha venido de Luz, vivo en la Luz y
creo la Luz.
Adonde
quiera que voy, yo soy las manos de Dios trabajando en la Tierra, y
soy inspirado por la Voluntad Divina.
Soy impulsado
por la Fuerza Divina y estoy trabajando en el Plan Divino.
Yo
soy un miembro activo de la Hermandad Blanca y estoy apoyado por todos los
miembros de la Jerarquía.
Yo
soy parte del nuevo grupo de servidores del mundo, yo soy parte de una
cadena de Amor y de buena voluntad que se extiende por todos los rincones del
planeta.
Yo
soy la punta de lanza para la llegada a la tierra de los Maestros de la
Jerarquía.
Yo
soy una antena cósmica que se abre hasta el infinito para recibir las
Bendiciones del Altísimo.
Yo
soy un emisor de todas esas energías que estoy recibiendo para
multiplicarlas por donde quiera que vaya y hacerlas llegar a los lugares más
inusitados.
Yo
soy la palabra que sana, las manos que ayudan, los pies que dirigen, la
mirada que salva.
Yo
soy el microcosmos en acción, soy la red que comunica al hombre con Dios,
soy el vínculo de fraternidad en donde se funden todos los seres humanos.
Yo
soy la luz del mundo, el aniquilador de la oscuridad y la confusión, el
guerrero de la luz, el que alumbra sin dar sombras, la roca firme en donde se
apoyan las embarcaciones de la Vida.
Yo
soy la sonrisa que alienta, el brazo que consuela, y soy el hijo de Dios
en la Tierra.
Guarden
estas palabras muy cerca de su corazón. Es un regalo que hoy damos, una oración
que los conectará inmediatamente con Shamballa. Será el llamado para que
nosotros entremos en acción, será la muestra de que cada uno de los nuestros
está próximo a iniciar un trabajo y entonces, sin tardanza, nos aprestaremos a
auxiliarlo.
Lleven esta oración siempre con ustedes.
Mis Bendiciones quedan eternamente en sus vidas.
¡Que así sea!
KWAN-YIN
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