Bienvenidos
al mes de Leo. Para aquellos de ustedes que tienen la suerte de tener a un Leo
en su vida, saben que son fogosos, magnánimos, generosos con un gran corazón y
mucha energía.
El
signo de Leo está regido por el Sol, que calienta todos los planetas en nuestro
sistema solar. No es sorprendente que los Leo amen ser el centro de atención.
Les gustan los halagos, aunque a veces pueden tener temperamentos feroces.
Además, ellos también asumen, para bien o para mal, que ellos saben lo que es
mejor para ellos mismos y los que los rodean.
La
meta espiritual para cada uno de nosotros este mes es ir en contra de nuestros
instintos de Leo: dar un paso atrás, ser un poco más callados, no creer que
sabemos todo. Dios sabe que ocasionalmente todos nos lanzamos de cabeza a
situaciones antes de darnos cuenta de que no sabemos cómo salir de ellas, así
que la idea aquí es mantener nuestra boca cerrada y nuestros oídos
abiertos.
Adicionalmente,
tenemos que escuchar a las personas que nos rodean que intentan darnos un
mensaje para nuestro camino.
Tampoco
deberíamos sorprendernos si nos encontramos este mes sintiéndonos inusualmente
inseguros en nuestros trabajos, familias o relaciones. Esto se debe a la
energía de Leo, que puede volvernos extremadamente preocupados de lo que las
otras personas piensen de nosotros.
Cuando
este sentimiento de inseguridad nos alcance, recuerda que las pequeñas
herramientas: la oración, meditación, los 72 nombres de Dios, incluso una caminata por la cuadra; pueden
ayudarnos a reconectarnos con la chispa de Luz que tenemos dentro, y llevarnos
a otro nivel de conciencia, y permitir que nos acerquemos a cualquier situación
que estemos enfrentando con una energía más fuerte y proactiva.
En
términos de energía, hay una polaridad energética durante este mes. Por un
lado, hay un gran potencial para la fuerza y las energías positivas, pero al
mismo tiempo, hay una gran cantidad de caos en el mundo. Como dije la semana pasada, no olvidemos que no
estamos separados de lo que está ocurriendo en Israel, Nigeria o Ucrania, o del
dolor que siente nuestro vecino al otro lado de la calle.
Cuando
oremos, meditemos o hagamos lo que sea que hagamos para conectarnos a un nivel
superior, recordemos también enviar energía de sanación y protección a todos
los lugares y a las personas que viven en medio de batallas y caos en el
mundo.
Aunque
no podamos detener físicamente el caos que está ocurriendo, lo que sí podemos
hacer es controlar nuestra propia conciencia. Podemos decidir ser la piedrita
que cae al agua, creando ondas de energía positiva que se extienden más allá de
nosotros mismos.
Jódesh Tov (Qué tengas
un gran mes),
Karen
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