Toda cambio trae consigo un planteo
profundo de vida, nos dimos cuenta que la estructura sobre la que nos
apoyábamos, ha caído. Eso es un costo, una molestia, pero también la
posibilidad de armar una nueva experiencia. Es el momento de poder empezar desde
uno mismo, el camino comienza ahora y con bases sólidas, esta elección es el
camino de la expansión de la conciencia y un salto de fe en el trayecto hacia
la unidad con el ser.
Los siete factores del despertar son: la
plena consciencia, la investigación de los fenómenos, la diligencia, la
alegría, la serenidad, la concentración y el desapego.
1. LA PLENA CONSCIENCIA:
El primer y principal Factor del
Despertar es ser consciente.
Recordar, no olvidar quienes somos, qué
estamos haciendo y con quién estamos.
La conciencia siempre surge en el contexto de una relación con uno mismo, con otras personas, o con cosas. No es algo que hayamos guardado en el bolsillo para sacarlo cuando lo necesitemos. La respiración, el andar, los movimientos, las sensaciones y todos los fenómenos que nos rodean forman parte de la “relación” en la que surge la conciencia.
Quizá pienses: “Yo soy la causa de que la conciencia esté presente”. Pero si observas a tu alrededor, nunca podrás encontrar un yo.
La conciencia siempre surge en el contexto de una relación con uno mismo, con otras personas, o con cosas. No es algo que hayamos guardado en el bolsillo para sacarlo cuando lo necesitemos. La respiración, el andar, los movimientos, las sensaciones y todos los fenómenos que nos rodean forman parte de la “relación” en la que surge la conciencia.
Quizá pienses: “Yo soy la causa de que la conciencia esté presente”. Pero si observas a tu alrededor, nunca podrás encontrar un yo.
Imagina que meditas andando en una playa
y, de repente, surge el pensamiento: “¿Tengo suficiente dinero en el banco?”.
Si vuelves a tomar conciencia de tus pies en contacto con la arena, ya es
suficiente para regresar al momento presente. Pero son tus pies y no el “yo”
los que te recuerdan que estás presente.
2. LA INVESTIGACIÓN DE LOS FENÓMENOS:
La investigación de los fenómenos es el
Segundo Factor del Despertar.
A los humanos nos gusta investigar las cosas. A menudo queremos que los resultados de nuestras investigaciones encajen en un determinado molde o demuestren una determinada teoría, pero a veces permanecemos en un estado de apertura y dejamos simplemente que las cosas se revelen por sí mismas. En este último caso nuestro conocimiento y nuestros límites se expanden. Al ser conscientes la investigación nos revela profundamente la vida y la realidad.
A los humanos nos gusta investigar las cosas. A menudo queremos que los resultados de nuestras investigaciones encajen en un determinado molde o demuestren una determinada teoría, pero a veces permanecemos en un estado de apertura y dejamos simplemente que las cosas se revelen por sí mismas. En este último caso nuestro conocimiento y nuestros límites se expanden. Al ser conscientes la investigación nos revela profundamente la vida y la realidad.
3. LA DILIGENCIA:
El Tercer Factor del Despertar incluye a
la energía, el esfuerzo, la diligencia o perseverancia.
En el budismo, las fuentes de nuestra energía son la plena consciencia, la investigación y la fe en la práctica.
En el budismo, las fuentes de nuestra energía son la plena consciencia, la investigación y la fe en la práctica.
Al observar profundamente vemos que la
vida es un milagro que está más allá de nuestra comprensión. Incluso cuando
sentimos dolor, si podemos ver que nuestra vida está llena de significado,
tendremos energía y alegría. La energía no es sólo fruto de una buena salud o
del deseo de alcanzar alguna meta material o espiritual, sino el resultado de
sentir que nuestra vida tiene algún significado. Hacer un esfuerzo en el
momento o en el lugar equivocado disipa nuestra energía. Meditar sentados
durante largos períodos de tiempo sin antes haber desarrollado una buena
concentración puede causar que le tomemos antipatía a la meditación o incluso
que dejemos de practicarla.
4. LA ALEGRÍA:
El Cuarto Factor del Despertar es la
serenidad. La diligencia siempre va acompañada de serenidad. Debemos aprender
la manera de llevar nuestra energía de la cabeza al abdomen. Al menos una vez
cada quince minutos necesitamos practicar el desapego.
Cuando estamos enfermos, nos quedamos en
cama sin hacer nada. A menudo ni siquiera comemos ni bebemos. Toda nuestra
energía se centra en curarnos. Necesitamos practicar el descansar aunque no
estemos enfermos. La meditación sentado o andando y el comer conscientemente
son buenas oportunidades para descansar. Cuando te sientas agitado, si puedes
ir a un parque o un jardín, será una buena oportunidad para descansar. Si andas
lentamente y recuerdas tomártelo con calma, si eres capaz de sentarte sin hacer
nada de vez en cuando, podrás descansar profundamente y entrar en un estado de
verdadera serenidad.
5. LA SERENIDAD:
El quinto factor del despertar es la
alegría. La alegría va acompañada de felicidad, pero existen algunas
diferencias.
Cuando estás sediento y te sirven un
vaso de agua, sientes alegría. Pero cuando puedes beberla, sientes felicidad.
Es posible desarrollar alegría en tu
mente aunque el cuerpo no se encuentre bien. Esto, a su vez, ayudará a tu
cuerpo.
La alegría surge de sentir las cosas
refrescantes y bellas, fuera y dentro de nosotros.
Por lo general sólo percibimos lo malo.
Si podemos expandir nuestra visión y ver también lo que es correcto, este
panorama más amplio siempre aportará alegría.
6. LA CONCENTRACIÓN:
El Sexto Factor del Despertar es la
concentración.
Reunimos la energía mental y la
dirigimos hacia un objeto. Con la concentración nuestra mente se dirige a un
punto y de una manera natural permanece centrada en él. Para ser conscientes
necesitamos saber concentrarnos.
La concentración en sí misma no es sana.
Lo que la hace beneficiosa no es el objeto de nuestra concentración. Si
utilizas la concentración meditativa para huir de la realidad, no es
beneficiosa.
7. EL DESAPEGO:
El Séptimo Factor del Despertar es la
ecuanimidad o el desapego.
La ecuanimidad es un aspecto del
verdadero amor. Dista mucho de ser indiferencia. Al practicar la ecuanimidad
amamos a todo el mundo por igual.
Dijo Buda: “Para seguir mis enseñanzas,
tu corazón debe estar vacío de odio, no debes pronunciar palabras crueles,
debes ser compasivo, y abstenerte de albergar hostilidad o rencor”.
Esta enseñanza nos pone en contacto con
nuestra intención más noble, que es la opuesta a las fuertes energías de los
hábitos.
Estos siete factores son las ramas de un
mismo árbol y ante todo, constituyen la práctica del amor.
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2 comentarios:
Gran enseñanza muchas GRACIAS...
tomado de compartiendoluzconsol.wordpress.com
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