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lunes, 2 de noviembre de 2015

María Magdalena, El Poder Del Vientre, Pamela-01-11-2015



María Magdalena, El Poder Del Vientre


Queridos amigos: Soy María Magdalena. 

Los saludo a todos con cariño y gozo en mi corazón Ustedes me son conocidos y me son familiares.
Somos amigos del corazón, amigos íntimos pues todos seguimos la misma senda juntos, aunque cada uno a su propia manera única.
Hoy me gustaría hablarles de la energía femenina y de cómo puede prosperar en este tiempo porque esto es esencial para el cambio de conciencia que la humanidad en su totalidad necesita a fin de avanzar adelante.
Se necesita un equilibrio entre las energías masculina y femenina, ambas como un todo en el mundo y en las vidas de los individuos.
La energía femenina ha sido suprimida, dañada y lastimada durante largo tiempo, lo cual ha conducido a la dominación unilateral de la energía masculina.
A primera vista, pudiera parecer que ya se ha resuelto el desequilibrio: las mujeres en muchos países tienen virtualmente los mismos derechos que los hombres.
En dichas partes del mundo una mujer puede manifestarse tan libremente como un hombre, disfrutar de una educación, carrera, posición de autoridad, y ser capaz de amasar una fortuna.
Y sin embargo, a un nivel más profundo está faltando algo que está desequilibrado.
Lo que sucede en realidad cuando una mujer lucha por la igualdad de este modo es que ella se apropia de la energía masculina de la dominación y del control y la empieza a usar para sus intereses y ambiciones propios.
Eso en sí mismo no está equivocado, pero la cuestión es si haciendo eso ella va a satisfacer o no profundamente al ser femenino, con la cuestión adicional de si el ser masculino va a sentirse profundamente satisfecho amasando poder y dominando.
En este tiempo hay cada vez más personas buscando una satisfacción más profunda.
Quieren vivir más inspirados y conectados con la Tierra y sus semejantes, confiando en sus corazones en vez de reaccionando al temor.
Estos son ideales que tocan ahora los corazones de la gente joven.
La vieja energía del control y la coerción ha perdurado más allá del curso de muchísimas vidas; hay una nueva generación que piensa y siente diferente. y aquí yace la oportunidad para la verdadera resurrección de la energía femenina, lo cual incluye no sólo la recuperación de los derechos y libertades sociales y políticos para las mujeres sino también la sanación real de las heridas internas hechas al psiquis femenino.
¿Qué le ha sucedido a la energía femenina en el pasado? Ha sido desfacultada de muchos modos, mediante la violencia tanto mental como física, y que la historia ha registrado, por lo que no tengo que entrar en detalles aquí.
Me estoy enfocando primariamente en cómo ha sido afectada la energía femenina por esta violencia.
Si ustedes ven el aura femenina del colectivo, ejemplificado en el campo energético de la mujer promedio, verán un vacío, un agujero, en el área del vientre.
El área de los centros energéticos inferiores — los chakras raíz, ombligo y plexo solar — se han vuelto desfacultados y vacíos.
En muchas mujeres existen sentimientos de no ser merecedoras, de temor y de incertidumbre en esos centros, y usualmente sólo medio-conscientes.
El poder femenino original del vientre es uno vital y asentado.
Una mujer por naturaleza se siente conectada con la Tierra y los ritmos de las estaciones del año, y la sabiduría en su corazón es una basada en el sentido natural de la auto estima.
Desafortunadamente, esto se ha perdido a lo largo de las eras y sin esa base, esa fuerza natural en el vientre, una mujer no se puede conectar de modo equilibrado con el mundo a su entorno.
Ella da demasiado de sí misma a otros y se pierde en ese dar, por lo que a menudo es incapaz de asentar sus límites personales, fijándolos.
Si ustedes han sido heridos de corazón a través del rechazo, la violencia sexual, y la humillación, sucederá un cambio en sus campos energéticos; su conciencia saldrá de su vientre, que es la sede de la emoción, la conexión y la intimacía.
Cuando es demasiado doloroso estar presentes en esa área de sus cuerpos, se disocian de sí mismas y sacan su conciencia del vientre.
Entonces su conciencia se eleva y se aloja en la parte superior de su aura, con el resultado de que los sentimientos se nublan y pudiera asentarse una depresión, o un sentimiento de fatiga y de no tener pleno acceso a su energía.
Además del trauma de la violencia que ha ocurrido y la profunda confusión emocional que surge como resultado, hay ahora una tristeza y el vacío de haberse perdido a sí mismas. Esto es, en breve, lo que le ha sucedido a la psiquis femenina.
Aunque no todas las mujeres individuales exhiben este patrón al mismo grado, esto sigue siendo una trenda general que puede resumirse así:
El vientre, que es la sede de la emoción, la sexualidad, y la intimacía, y está fuerte y naturalmente conectada con la Tierra, está relativamente vacío.
Se siente atemorizante estar aquí, debido tanto al dolor que queda como un recuerdo como por el poder que yace dormido all — es atemorizante encontrarse con ese poder como resultado del movimiento de retirada, se ha creado una brecha en el campo energético entre los centros de energía superiores e inferiores, entre el área del corazón y el área de vientre.
la energía del corazón, el centro de la inspiración y del amor, no se puede expresar a sí misma, fluye hacia afuera y se conecta naturalmente con el mundo y con otras personas.
Este flujo está bloqueado, ya sea por demasiado temor e incertidumbre o porque hay una necesidad tan fuerte de conectarse con otro que se pierden a sí mismas en esa persona y se vuelven emocionalmente dependientes de ella.
Mujeres que nunca han experimentado la violencia en sus vidas – mental, física, sexual – también exhiben a menudo este patrón reactivo.
Como los viejos patrones pueden ser portados de vidas previas, su energía femenina pudiera haber sostenido un daño en el pasado que debe ser sanado lo suficientemente en esta encarnación actual.
Además, como mujer, ustedes se ven afectadas por el psiquis femenino general, por la imagen prevaleciente de las mujeres y las experiencias colectivas del pasado.
Cada mujer tiene que lidiar con eso que estoy describiendo aquí; no es fácil ni totalmente natural para cualquier mujer reconocer el poder de su vientre y estar presente de verdad de corazón de un modo asentado y autoconsciente.
Como este tiempo es uno de la transformación de la conciencia, ahora se ha vuelto mucho más necesario sanar la herida energética en el vientre.
Si se han de desarrollar en la senda espiritual y se sienten instadas a vivir de corazón y con su más sincera inspiración, descubrirán que ustedes, como mujeres, se ven enfrentadas con sus temores más profundamente asentados.
El sobresalir, hacerse más grandiosas y entrar en conflictos no es fácil y las trae cara a cara con duras preguntas sobre su estima personal y el ser fieles a sí mismas.
En un sentido, como mujeres, se les pide que transformen una parte del dolor colectivo de todas las mujeres.
Por consiguiente, sanando su propio dolor ustedes crean nuevas sendas para que la conciencia colectiva se expanda.
El desarrollo espiritual es visto ampliamente como la apertura de su corazón, conectando con otros a través del amor y dejando ir su ego.
No obstante, para las mujeres que han tenido que lidiar con una falta de fuerza en su vientre aquí es donde rondan una serie de dificultades.
Si se conectan con otros sin estar sólidamente presentes en su vientre, en su centro, conectadas con sus necesidades y su verdad, entonces la conexión con otros puede conducir velozmente a una pérdida del yo, e inclusive a sentirse exhaustas.
Si son una persona muy sensible con un chakra del corazón abierto, que siente con facilidad las emociones y estados de ánimo de los demás, ustedes se beneficiarán de un sentimiento sólido de sus propios límites, y para ello necesitan un “fuerte ego.”
Quiero decir, ustedes necesitan tener un sentido claro de dónde terminan y dónde empieza la otra persona.
Ese sentimiento les permite estar conscientes de cuándo dan demasiado, quizá porque quieren ser aceptadas por los demás o no se atreven a decir “no.”
Un ego saludable les permite sentir clara y exactamente lo que está sucediendo con ustedes en sus interacciones con otras personas.
La palabra ego se ha distorsionado y ahora significa todo lo que es inferior y debe ser liberado, pero para las mujeres esta forma de ser autoconscientes y de establecer límites es extremadamente importante.
Para los hombres el proceso de desarrollo es muy diferente. Los hombres han sido educados con un diferente tipo de moralidad. Se les alienta desde niños a diferenciar, a competir, y a sobresalir.
Esto puede ser muy doloroso para los hombres que no se sienten a gusto haciendo eso, quienes son naturalmente sensibles, considerados o callados.
Pero en cualquier caso, los hombres son menos alentados a dar, mientras que la agresividad y la ambición son vistas positivamente.
En los hombres también hay una herida energética causada por las experiencias del pasado.
Los hombres se han separado de su propia energía femenina, de sus sentimientos y su intuición, y ellos experimentan esto como una pérdida del gozo, la emoción y la conexión.
Hay un vacío en sus corazones – menor en su vientre — y este vacío los atormenta tanto como las mujeres sufren del espacio vacío en sus vientres.
Ambos sexos acaban dañados por las tradiciones en las que viven y ambos sexos han sido heridos de diferentes modos, por lo que para recobrar su integridad ambos sexos requieren hacerlo de diferentes modos.
Para los hombres el énfasis en la apertura del corazón es generalmente beneficiosa.
Conectarse con sus sentimientos, permitiendo mostrar su vulnerabilidad, y reconociendo la energía femenina en sí mismos como medios fundamentales para la sanación de los hombres.
Pero para las mujeres es de cierto modo exactamente lo opuesto. Para ellas el camino a la auto-sanación es siendo fieles a sí mismas, manteniendo claros límites, reconociendo su energía masculina, y reconociendo y manifestando sus obsequios únicos.
Energéticamente, esto significa que bajan la energía de su corazón, su ser, hasta su vientre, lo cual significa descendiendo profundo a esa cavidad de la pelvis que simboliza la fuerza primaria de la energía femenina.
Una de las maneras en las que las mujeres pueden llegar a casa a su base es manejando más conscientemente la ira almacenada en ellas.
Muchas mujeres suprimen las emociones de ira o de desilusión porque el enojo llama al temor, o las hace sentir impotentes.
El enojo es amenazador porque pudiera envolverlas en un conflicto con otros, y si sienten que no son capaces de erguirse por sí mismas y expresar su enojo, se sienten impotentes.
Entonces el enojo se puede convertir en una depresión, pasividad o cinismo.
Sin embargo, pueden empezar a considerar el enojo como una valiosa señal de que algo o alguien está violando sus límites por lo que se sienten heridas; una señal que ustedes pueden usar para crear un cambio positivo en su vida.
Dando la bienvenida al enojo ustedes se toman a sí mismas seriamente, lo cual significa que la fuerza contenida en el enojo puede ser expresada de un modo positivo.
El primer paso es no ver el enojo como algo malo ni condenarse por ello.
Esto es más difícil para las mujeres que para los hombres porque ellos están más acostumbrados a negarse a sí mismos y a dejar su espacio a otro en vez de demandar se respeten sus límites naturales.
Por esa razón quiero dirigirme a las mujeres altamente sensibles que andan por su senda espiritual: cuiden el poder de su vientre; reconózcanlo, permanezcan firmemente dentro de sus propios límites y osen erguirse por sí mismas.
Ustedes tienden a asociar la espiritualidad con el amor, la luz y la conexión, y ellos son atributos esenciales, pero una conexión equilibrada con el mundo a su alrededor depende de su habilidad para distinguir entre lo que es correcto y lo que es incorrecto para ustedes, separar y desapegarse cuando sea necesario, en vez de conectarse y fusionarse indebidamente.
Para eso necesitan valorarse plenamente y valorar sus necesidades propias y sus talentos propios, y todas sus emociones propias.
Yo viví en un tiempo en el que no se aceptaba que las mujeres se expresaran libremente, y ni que decir, no se valoraba.
Yo sentí una fuerte conexión con el mensaje de Jeshua Ben Joseph y con la esencia de la energía Crística.
Me sentí tocada por sus palabras, su carisma, y en esa vida fui crecientemente más profundo en mí para recordar quién era yo: independiente, poderosa, obstinada.
Era impulsada regularmente a profundizar en mí, y batallaba con sentimientos de impotencia y de enojo.
La energía de la frustración se apoderaba de mi vientre, y debajo yacía latente un sentimiento de inferioridad, de autoduda.
Mi misión era llegar a aceptar mi poca autoestima y dejar ir los juicios de la demás gente.
Éste es el reto para todas las mujeres. Cuando las mujeres no están presentes en el área de su vientre, tienden a dar demasiado a otros de corazón, de ‘vaciarse’ a sí mismas en sus relaciones con otros, tales como con sus seres amados, sus hijos, sus padres, sus amigos.
El perderse a sí mismas en la otra persona es un signo de no estar plenamente a gusto consigo mismas, en su propia base.
Si hay un sentimiento dominante de un vacío o de alienación, es tentador extender un brazo a otro para aliviar ese sentimiento.
Ustedes lo hacen aparentemente por amor, pero hay otro motivo rondando por allí: ustedes necesitan al otro para sentirse aceptadas y bien de sí mismas.
Sin embargo, el verdadero crecimiento espiritual significa que ustedes aprenden a cuestionar — ¿a partir de qué motivo me estoy conectando con el mundo a mi entorno, con mi amado, mis amigos, mis hijos, mis padres?
Ahora elijan una de esas relaciones y pongan su atención en su vientre.
Sientan a partir de ese nivel cuánto espacio ocupan ustedes en esta relación o cuánto reciben.
Por ejemplo, imaginen a su ser querido y pregúntense en su interior: “¿me siento aceptada plenamente en el área de mi vientre cuando estoy en su presencia?”
Hagan lo mismo con una amiga. Respiren profundo en su centro mientras piensan sobre ella y su respuesta.
¿Sienten que hay algo bloqueando o previniéndolas de respirar? Experimenten con esto como una meditación guiada.
La pregunta clave es: ¿puede relajarse su vientre en esa relación? ¿se sienten aceptadas y son libres para ser ustedes mismas? ¿o sienten que tienen que hacer todo el esfuerzo y tomar una posición que no es natural para ustedes?
Tal vez se sienten agobiadas y sin energía cuando están con la otra persona; entonces su conciencia se eleva hacia su cabeza y su estado consciente deja su base, su vientre.
Cuando suceda eso, no se condenen, sino vean con amorosa honestidad su propio temor de ser fieles a sí mismas y tomar su legítimo lugar. Reconociendo su propio temor ustedes lo transforman.
Y no están haciendo esto solas. El campo de energía colectiva de las mujeres está cambiando. Lo que se dan a sí mismas beneficia a otros y vice versa.
© Pamela Kribbe
www.jeshua.net
Traductor : Gloria Mühlebach




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