Por David Topí
Todos aquellos entre
vosotros que hayáis practicado alguna técnica de relajación, concentración,
meditación, yoga, etc., posiblemente incluís ejercicios de respiración de
diferentes tipos en ella. Es más que posible, además, que conozcáis tantas
maneras de respirar como cursos, clases o libros hayáis leído al respecto, pues
es la principal función fisiológica que nos permite controlar, de manera
consciente, diferentes procesos físicos y psíquicos de nuestro organismo y
regularlos a voluntad.
Dentro de las
diferentes maneras y ejercicios de respiración, suele existir, en casi todos,
una pausa entre el momento en el que inhalamos el aire y lo soltamos, de forma
que, en muchas enseñanzas, se trabaja especialmente el mantener el aire en los
pulmones durante un tiempo determinado antes de expulsarlo. Esta práctica de
inspirar, retener y expirar, que según lo que practiques durará más o menos
segundos, en más o menos ciclos de repeticiones, tiene un base tanto física y
fisiológica como psíquica y metafísica, pues vamos a explicar un poco el porqué
de la necesidad de retener el aire en los pulmones que nos dicen que hagamos,
pero que no nos suelen decir porqué o para qué.
Componentes del aire
que respiramos
Lo que todos sabemos
es que el aire que respiramos forma parte de la triada de energías que nutren
al ser humano, formadas por lo que designamos como carbono (lo que ingerimos y bebemos), oxigeno (lo querespiramos) y nitrógeno (las energías e impresiones que recogemos del entorno).
http://isialada.blogspot.com.es/2015/07/carbono-oxigeno-y-nitrogeno-fuentes-de.html En este caso,
el aire está compuesto por elementos tales como el oxígeno, el ozono, el gas
carbónico, algunos gases raros y un poco de argón, siendo toda esta mezcla la
que entra en nuestros pulmones en cada inhalación. Sin embargo, en el aire no
solo están estos elementos gaseosos, sino que, por supuesto, se encuentra, como
se encuentra imbuida en todas las cosas, la energía cósmica, la esencia etérica
de la vida, o como queramos llamar cada uno a lo que la medicina china llama el
Chi, otros llaman prana y otros llaman fuerza vital. En nuestro planeta, esta
fuerza vital o prana nos llega principalmente del sol, pues es nuestra estrella
la fuente principal de la misma para todo lo que se encuentra en el sistema
solar.
Así, cuando
inspiramos, entra en nuestro cuerpo oxígeno y prana, y, gracias a la
circulación sanguínea, ambas llegan a todas las células de nuestro organismo y
son distribuidas adecuadamente por todo este. Mientras las funciones
fisiológicas del citoplasma celular que se encarga de la absorción del oxígeno
lleva a cabo su trabajo, las mismas funciones del núcleo de la célula se
encargan de absorber a su vez esta fuerza vital, prana o esencia cósmica. Esto
hace que tanto el proceso de respiración nos del oxígeno que el cuerpo orgánico
necesita para sobrevivir, como además nos de la energía que las células
necesitan para su evolución y crecimiento “psíquico” y “energético”. Además,
mantiene el campo electromagnético de la célula en equilibrio, pues si el
núcleo es aquel que posee energía de carga predominantemente positiva (la
fuerza activa), en la membrana celular es la que posee una carga
predominantemente negativa (la fuerza pasiva), siendo este campo el origen del
mantenimiento y perpetuación de la vida celular.
De esta manera, cada
vez que respiramos profundamente, usando principalmente el diafragma para poder
absorber mayor cantidad de aire, no solo insertamos mayor cantidad de prana o
energía vital sino que, en el proceso de retención del aire, y de aquí la
indicación de hacer una pausa entre inspiración y expiración, damos más tiempo
a que, en los pulmones, entre más prana a la sangre, y luego este llegue
a los núcleos celulares que recogen esta energía y la usan para potenciar
su despertar “psíquico” en mayor cantidad, lo que repercute en un mayor
dinamismo de crecimiento no solo orgánico, sino energético.
Respiraciones de
“poder”
Mediante la
respiración es como uno se recarga de energía de forma consciente, como uno
puede incrementar el potencial de su propio campo electromagnético, y el propio
magnetismo personal que todo ser humano emana naturalmente por la composición
física y energética que poseemos. La respiración consciente, incluyendo la
retención del aire, influye favorablemente en las funciones vitales del
organismo, mejora nuestra salud y potencia nuestros aspectos mentales, pues la
acumulación de energía y la dinamización psíquica de todas las células permite
incrementar el estado psíquico y consciente general de la persona de forma
armónica y equilibrada. Es otra de esas cosas que tendrían que enseñarnos en la
escuela de pequeños, pero que, como todo, como es algo que hacemos sin darnos
cuenta, pasa de largo y no somos conscientes de su enorme importancia para
nuestro crecimiento y evolución a todos los niveles.
Favor
Respetar e incluir todos
los enlaces, canal y traductor si lo hubiere Sr. Orlando S. M.
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