NOVIEMBRE 2015
– SEPTIEMBRE 2016: SATURNO EN SAGITARIO EN CUADRATURA CON NEPTUNO EN PISCIS
De adentro
afuera y de atrás hacia delante
Bienvenidos al próximo gran evento astrológico que configura nuestras
vidas, a nosotros y a nuestro mundo. Las alineaciones como ésta, entre los
planetas externos de lento movimiento, impactan el mismo núcleo de nuestro ser,
catalizando el cambio irrevocable.
El evento previo similar – la muy discutida cuadratura Urano/Plutón que
dominó los cielos de junio del 2012 hasta marzo del 2015, terminó con muchas
vidas, trayendo consigo desafío y turbulencia inimaginables hasta que nos
encontramos en medio de la misma.
Desde marzo de este año hemos estado haciendo inventario, dejando que se
asiente el polvo y pestañeando en la claridad de la nueva luz.
Puede que nos hayamos preguntado que nos sacudió, aunque en muchos (pero
no todos) los casos, estuviésemos extrañamente agradecidos de que así fuera. El
2012 se siente como un recuerdo distante y nuestro presente está en otro mundo
totalmente diferente del que ocupábamos hace cuatro años.
Algunos pueden sentir que es suficiente cambio; necesitamos descansar y
espacio para que las cosas ‘vuelvan a la normalidad’.De hecho no hay más
‘normal’. Urano y Plutón se encargaron de eso haciéndolo todo nuevo.
Ahora Saturno y Neptuno siguen sus pasos, levantando la cortina del
próximo acto de convertirnos en aquello que recalibra nuestro ser para acomodar
la propia ausencia de lo ‘normal’, conjuntamente con la alegría siempre
presente en la rendición a la materia y al espíritu, en un mundo saturado con
el impulso de evolucionar.
Saturno y Neptuno no son los amigos más obvios. Saturno busca la forma y
la certeza. Aporta los límites necesarios para el crecimiento y reconoce el
valor de la responsabilidad y la restricción.
Aunque pueda interrumpir los intentos para alcanzar nuestros objetivos lo
hace cuando esos objetivos no sirven a nuestro crecimiento. Saturno exige
paciencia y humildad, compromiso y una voluntad de resistir cuando la vida se
niega a desplegarse como deseamos.
Nos recuerda que hay un momento apropiado para todas las cosas y tratar
de imponer nuestra programación en un universo en constante expansión
simplemente enfrentará la resistencia hasta que regresemos al programa y nos
conectemos con el flujo.
Saturno se preocupa por nuestro bienestar alentándonos a que tengamos
sentido común y sabiduría en iguales proporciones. Ve donde deseamos avanzar
demasiado sin tener suficiente basamento, y donde creemos que no necesitamos
ser humildes cuando la humildad es la verdadera clave que abrirá las puertas al
futuro.
Puede que no nos guste lo que trae Saturno pero son muchas las
consecuencias de trabajar con esta poderosa fuerza de la naturaleza en lugar de
en su contra, y una vez que aceptemos que no sabemos nada, la vida toma un
matiz totalmente nuevo.
Por otra parte Neptuno es lo opuesto totalmente. Sin forma y amorfo, no
puede ser contenido. Neptuno lo abraza todo sin condición ni excepción.
Busca la unidad, total y completa unidad. La noción de separación está más
allá del anatema para esta presencia cósmica porque percibe todas las cosas
como simplemente un gran todo sin imagen o identidad.
Neptuno no se puede definir ni restringir. No tiene noción de tú y yo, el
yo y el otro. Para Neptuno, el tiempo es un espejismo al igual que lo es una
persona o un lugar. Nos trae momentos de total paz y otros de disolución
aterrorizante.
Cuando estamos bajo el pulgar de Saturno puede que pidamos la
misericordia de Neptuno para liberar la presión, pero cuando estamos bajo el
abrazo infinito y sofocante de Neptuno puede que pidamos el pragmatismo de
Saturno para recordarnos quienes somos y por qué estamos aquí. Estos dos
planetas unidos brindan las experiencias más polarizadas de nuestras vidas –
definición y disolución.
Cuando trabajan juntos estamos en tiempos interesantes, descubriendo el
terreno común entre los extremos de la forma y lo amorfo, y cómo cada polaridad
nos conecta con nuestra naturaleza divina que trasciende ambos.
Cuando dos planetas están en cuadratura entre sí, debemos encontrar la
forma de acomodarlo y vivir ambos.
Para quienes están más orientados a Neptuno, buscar la disolución de la
identidad y una experiencia de unicidad en donde todos los límites se suavizan
y todas las cosas se funden – sea a través de la práctica espiritual, la
creatividad, el amor, las drogas o cualquier cosa que flote alrededor de
ustedes – se opone a Saturno que requiere el compromiso a un sendero más
disciplinado, dando forma a nuestro anhelo del abrazo de Neptuno.
Si Neptuno se ha convertido no en la liberación de la identidad, la forma
y la responsabilidad sino en un escape de éstas, ¡Saturno tratará de
enmendarlo! No hay escape en el mundo de Saturno.
La única forma hacia la verdad final es vía la identidad, la personalidad
y la madurez del ego. Si tratamos de escaparnos de lo mundano para alcanzar la
felicidad anticipadamente este nos bajará a la tierra con un tirón, exigiendo
que incorporemos el sendero, vivamos en el mundo material con todos sus retos y
triunfos, exigencias y recompensas.
Saturno nos enseña que no podemos trascender un mundo en el cual nos
negamos a involucrarnos. Al abrazar el sendero de Saturno aprendemos que la
trascendencia no es el salirnos de nuestras condiciones sino asimilar la
experiencia dentro de ellas tan profundamente que nos revelen su verdadera
naturaleza al vivir en medio de ellas.
No obstante, si Saturno se aviene más a nuestro estilo y apreciamos la
certeza y la forma, la rutina, la responsabilidad y la identidad, Neptuno nos
insta a soltar nuestro asidero y ver lo que sucede; a suavizar nuestros límites
y permitir un poco más de incertidumbre, una gota de duda.
Permitámonos preguntarnos que sería si las cosas no fuesen tan blanco y negro
como parecen. ¿Qué si todo aquello en lo que creemos es solamente una verdad a
medias y el opuesto es igualmente cierto? Neptuno libera el juicio, la
dualidad, disolviendo nuestro mundo polarizado. Este no conoce el bien y el
mal, ni la culpa ni la vergüenza.
Simplemente nos abraza con amor y compasión, viéndolo todo como sí mismo
y a sí mismo en todas las cosas. Nos recuerda que estamos conectados
intrincadamente e inevitablemente con todo y con todos nos guste o no, y nos
hace la pregunta: ¿Qué vamos a hacer al respecto?
Vivimos en tiempos interesantes, que requieren gran reflexión respecto a
lo que significa ser humano y lo que este planeta necesita de nosotros para
cruzar la gran división de eras y alcanzar la era de Acuario. Estamos en medio
de ese cruce ahora, con Neptuno al timón y Saturno chequeando los mapas.
Hacia donde ellos nos llevarán en el próximo año está por ver. Neptuno
nunca se comprometió con un plan. Pero podemos tener la seguridad que sea lo
que sea seremos bendecidos con la oportunidad de ver la vida por dentro, por
fuera, de frente y de espaldas, cambiando nuestra percepción para siempre.
La cuadratura
Saturno/Neptuno se alinea exactamente en las siguientes fechas (UT): 26 de
noviembre 2015, y 18 de junio y 10 de septiembre del 2016.
Sarah Varcas
http://astro-awakenings.co.uk/
Traducción: Fara González
Difusión: El Manantial del Caduceohttp://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario