EL
ENCUENTRO DE LOS EMISARIOS
Como en otros tiempos del proceso de la Tierra, los
emisarios se reunieron para transmitir e instaurar el nuevo camino para las
almas que la habitan.
Él partió hacia el lugar acordado. Su corazón le
guiaba e indicaba en cada cruce que aparecía ante él. Sabía que estos
encuentros eran para algo importante y superior en la evolución del planeta. La
humanidad había producido una elevación de su consciencia, con lo que las
pautas que hasta ahora se basaban debían de revisarse y modificarse según la
vibración conseguida hasta el momento.
Todo se conjuraba para que la Nueva Tierra diera un
paso más hacia su Ascensión. Los emisarios lo sabían, y había llegado la hora
que volvieran a reunirse y establecer un nuevo código para ser transmitido y
hacer que cada alma se responsabilizara en un mayor grado dentro de su proceso
para abrir el sendero interior y llegar a su tesoro más apreciado: su verdadera
esencia esperando ser reconocida y manifestada cuando todo coincidiera para su
plena expresión. Ahora, había llegado este momento para que así fuera.
Allí, en medio de la naturaleza, fuera del
alcance de cualquier interferencia terrenal, fueron llegando uno a uno, hasta
llegar a confeccionar el círculo de los emisarios.
Todos sabían el motivo de este encuentro. La Llamada
les había anunciado para el día de hoy. Los sueños, para algunos; las visiones
para otros, o las comunicaciones directas de la Hermandad Superior, o incluso
de la propia Divinidad individual, todos fueron avisados, llegando y
aposentándose para el gran encuentro.
Los tiempos motivaron la creación, nuevamente, del
círculo de los emisarios.
El silencio unía a todos ellos. Había hombres,
mujeres, y algún que otro niño como se denomina a los de poca edad en esta vida
actual. Todos ellos unidos por la misma esencia y dispuestos a crear el nuevo
pavimento para la nueva vida que deberá de instaurarse en nuestro amado planeta
conocido allende de nuestra vida láctea y universo.
En las más altas esferas, todo se sincronizó para
que pudiera hacerse este encuentro protegido por la Gran Voluntad Superior
Universal.
Todos, de diferentes rincones, se sentaron en
círculo para transmitir y recibir la sabiduría y los nuevos principios para la
humanidad.
Aunque en silencio, había una unión entre todos
ellos. Era una sola energía, con la presencia de los hermanos celestiales. Todo
estaba a punto para empezar el encuentro.
Hubo uno que expresó su palabra para hacer que la
unidad sentida se reforzase y crease una protección para todo lo que allí debía
de suceder y transmitirse a todos los presentes. Este círculo estaba abrazado
por otro círculo luminoso de seres, de otras dimensiones colaborando con
aquellos que se encontraban en aquella cueva. Detrás de ellos, había un tercer
círculo de seres de la más alta vibración.
Cuando los emisarios, escuchando la voz de quien los
guiaba, empezaron a interiorizarse profundamente, siguiendo las pautas
concretas de quien dirigía. Hicieron, a continuación, unas respiraciones al
unísono, y todo el lugar se iluminó de una luz dorada que irradió unos rayos
que fueron a los corazones de los allí presentes.
Había quietud física, pero sus almas y consciencias,
durante largo tiempo fueron recibiendo e inter-conectándose los unos con los
otros e intercambiando lo que sus corazones iban recibiendo. Todo se unificaba.
Todos los seres iban llegando a un acuerdo para el renacimiento de una nueva
vida. El tiempo iba pasando sin ser conscientes de él. Cuando lo recibido
coincidía en cada corazón, y habiéndose integrado en cada una de las
consciencias, entonces, cuando la Unicidad quedó reafirmada e integrada en cada
uno de los ADN de los asistentes, entonces, la luz dorada desapareció y la voz
que dirigió los inicios del encuentro volvió a oírse, para dar paso a lo que
cada uno sentía después del acuerdo establecido, procedente de la Voluntad
Superior.
Todos sintieron sus verdaderas naturalezas, sus
esencias y plenitud. Sus cuerpos se volvieron ingrávidos y el amor habitado en
cada uno de ellos, hizo que las luces individuales resplandecieran como no lo
habían hecho hasta entonces. Fue como si todos, absolutamente todos, hubieran
subido algunos grados de intensidad al radiarse. La cueva volvió a iluminarse,
pero esta vez, de las emanaciones de los asistentes encarnados.
Los emisarios habían recibido las nuevas pautas para
llevarlas a término a partir de ahora por todos los rincones de nuestro
planeta.
Todavía en círculo, y sintiendo sus irradiaciones y
sensaciones de la presencia de estas, a la indicación de la voz guía, todos
hicieron a la vez, una profunda respiración para unificar el momento de salir
de este estado con toda la información recibida.
Después de unas cinco horas, tal como conocemos el
tiempo en nuestro mundo, poco a poco, los asistentes fueron abriendo los ojos
sintiendo la Hermandad con todos los presentes y todo lo que les rodeaba y
podían percibir. Los seres de la Luz y otras dimensiones continuaban allí con
ellos.
El aparente silencio prosiguió manifestándose,
aunque todo había cambiado. Los emisarios ya no eran los mismos. Contenían en
su interior una liberación de sabiduría que no habían obtenido hasta aquel
momento. Había llegado la hora de dar un paso más en el proceso de la humanidad
y de cada ser. El camino había de modificarse para llegar a la manifestación
del sentido de nuestra existencia y la Gran Voluntad Divina.
La voz prosiguió:
- Ahora,
todos los presentes hemos recibido y sentido los nuevos peldaños para ser
transmitidos a lo largo de nuestra dimensión, allí donde cada uno esté. Sentid
y sentiréis la conexión con la procedencia de nuestro Hogar. Todos, cada uno de
nosotros somos fuente para alimentar las almas de nuestros hermanos encarnados.
Somos Uno con ellos. Muchos continuarán negando vuestra presencia o vuestras
palabras. Dejad que su proceso continúe, y sentid su amor en vosotros. Esto les
ayudará para cuando estén dispuestos a seguir su camino a consciencia. (Pausa).
No estáis aquí para aquellos que no quieren, sino para aquellas almas que estén
dispuestas a llegar a ellas. Serán a éstas quienes alimentaréis, estando
presentes y con vuestro ejemplo.
- …
- Sabéis
que no seréis vosotros, sino la Voluntad Divina en vosotros. Acordaos de la
humildad para llegar a todos los que ya estén preparados para recibir el
alimento celestial para su alma. No insistáis porque cuando así sea, vuestra
consciencia podría dudar. Siendo vosotros con todo lo que sentís, llegaréis a
aquellos que lo necesiten. Lo Superior os facilitará aquellos que
necesiten de vuestro ser. Os vendrán. Seréis llevados allí donde os necesiten,
como hasta ahora ha ido siendo. (Pausa larga).
- …
- Lo
que hoy hemos recibido, todos lo contienen pero no todos saben de su presencia.
En su momento accedimos a ser los emisarios de esta humanidad, aunque los
momentos vividos para llegar a aquí, no fueron fáciles ni sencillos. Tuvimos,
todos, que confiar en nosotros, aceptar lo vivido para que, con el tiempo
físico, poder sentir nuestro servicio de la Gran Voluntad Divina en esta
dimensión. (Pausa). Hoy somos nosotros, pero llegará el día, que este lugar
será pequeño, porque gran parte de la humanidad sentirá su esencia y la
manifestará en su camino. La Tierra se irá iluminando cada vez más, elevando
sus vibraciones, llegando a ser, una puerta abierta a otros seres más allá de
nuestro sistema solar. Aquellos quienes ahora están aquí con nosotros empezarán
a ser sentidos por una gran parte de la humanidad. Muchos los podrán ver como
nosotros. No somos especiales por estar hoy aquí. Acordaos de vuestra
procedencia y sentid vuestra Divinidad para llegar a cumplir vuestro servicio
desde la pureza, la humildad y la firmeza.
Sólo se oían sus palabras firmes y cálidas, la de
esta voz, de esta alma que recordaba a todos los presentes el sentido de sus
servicios.
- Que
los corazones resuenen en cada uno y sean la guía de sus pasos. Que el Amor
abrace cada acto, cada palabra, todo sentir y cada obra que se realice.
(Pausa). Todos sois bendecidos y transmitid la buena nueva de los nuevos
tiempos y la responsabilidad de cada uno en su vida. Cada una de ellas,
fortalecerá las de su entorno, y todas las almas encarnadas y las del universo
nos uniremos para dar sentido a la Intencionalidad por la cual fuimos creadas.
- …
- Ahora,
id a vuestros hogares, con vuestra gente y transmitidles lo recibido y sentido
hoy aquí. Seréis amados, protegidos y bendecidos. Que el Amor y la Paz sean en
todos vosotros.
A continuación, cada uno de los asistentes fue
levantándose y despidiéndose de los presentes con un abrazo para continuar su
camino por el cual encarnaron.
Alguno de estos emisarios se encuentra cerca de
vosotros. Para reconocerlo sentid vuestro corazón y sabréis la verdad de su
presencia. Él os transmitirá desde la pureza, la humildad y la simplicidad.
Respectará vuestro proceso, vuestro ritmo y os sentiréis bien a su lado.
Sentiréis la veracidad conforme es el Camino, la Verdad y la Vida. Llegará el
día que lo que recibiréis de él con su sola presencia, lo llegaréis a sentir
vosotros también en vuestro interior. Vuestro corazón os hablará alto y claro,
siendo la brújula para llegar a vosotros mismos.
El universo no os deja solos. Os ha escuchado y
vuestras peticiones han sido escuchadas. La Fuente se encuentra en vuestro
interior, pero aprender a alimentar vuestra alma, a veces necesita un estímulo
para saber cómo abrir vuestro interior y cómo adentraros en él, para llegar al
encuentro con uno mismo. Cuando os encontréis, sentiréis la alegría de ser
quienes sois, más allá de lo físico.
Hoy os quiero recordar que vuestro camino no está
solo y que, aquellos que todavía buscáis, dejaréis de hacerlo porque será en
vuestro interior, en el silencio y en los emisarios como Luz encarnada quienes
os indicarán el camino hacia vuestra plena manifestación.
Vosotros sois estos emisarios del presente a partir
de ahora. En vuestro entorno, para aquellos que lo necesitéis, encontraréis uno
de estos emisarios reunidos en la cueva. Estad abiertos de corazón, porque los
nuevos tiempos, no requieren del pasado, sino del potencial que cada uno es.
Ha llegado la hora de vuestra responsabilidad ante
el proceso.
Vosotros sois la nueva humanidad.
Los emisarios continuarán con su servicio a la
Voluntad Superior. Los reconoceréis por su amor, su luz y su sabiduría emanada
del corazón.
No hay predicciones de destrucción ni desamor. Nada
de esto hay, porque estos seres entregados al servicio del Amor harán que el
Amor pueda con todo el pasado y sus limitaciones. Solo hay esperanza y
realización para cada uno de vosotros.
Es la hora anunciada de que cada alma se
responsabilice de su proceso.
Sed vosotros mismos y el Amor regará las semillas de
vuestra divinidad para que puedan brotar, y recoger los frutos tan anhelados
desde vuestro corazón.
Vosotras, amadas almas, sois el agua para la
Ascensión del planeta y la humanidad. Dejad que las semillas de vuestro
interior recojan la humedad de vuestra predisposición y el Amor de vuestro
corazón.
Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros.
Publicado por Jordi Morella
Para recibir los mensajes en tu bandeja de correo suscríbete en http://isialada.blogspot.com.es/ y
http://isisalada2.blogspot.com.es/
1 comentario:
Gracias, por el mensaje,por ayudarnos y por todo el amor incondicional. Gracas IsisAlada.
Publicar un comentario