nocopias

jueves, 9 de octubre de 2014

NEFERETI, MARÍA, CONCEPCIÓN, ADALÍA.



Al sentir el mensaje me estremezco por la energía amorosa y tibia de amor que emana, es claro que cada vez están más con nosotros o más bien que cada vez los sentimos más cerca pues siempre han estado aquí, solo es cuestión de enfocar el sentimiento y disfrutarlo no sé si me entiendan, profundiza en el mensaje y encontraras cosas maravillosas estoy seguro gracias.


Cúlmenes de luz encuadran la fragancia del amor.


Rutas maravillosas resaltan los nuevos designios amorosos, claridad en tu ser es necesario para entender este nuevo proceder divino, bíblico es el estado mayoritario del movimiento, la esperanza de un mundo mejor se amasa en el movimiento uniforme de los corazones humanos, la distancia es ya improcedente pues la unificación se prende cada día más como células en crecimiento, cada uno con su cada cual trenza los movimientos y encuadra las formulas y signos que dentro de su ser adeinico (ADN debo supo

ner) formula los movimientos siguientes como un gran matraz en ebullición, destilando la presea divina del ser, queridos míos yo su madre amorosa os abraso en el más tierno de los sentimientos que emana del corazón mismo del padre, es tiempo ya de unificar cada uno de los corazones encausando su luz al diafragma pragmático de luz, en un latir uniforme y equilibrado, en un movimiento rítmico de luz y amor.


Pequeños míos abrasen ese sentimiento caleidoscópico, amartillando la dulzura que su cetro divisa al movimiento, Gaia está presente en cada uno de estos lacios amorosos, convertir el desamor en luz, convertir la sinrazón en amor prodigioso, ya no más mentiras, ya no más esclavitud, sois libres abrid sus alas amorosas, crisálidas místicas sois de lo más hermoso que creó el padre amoroso, volad, volad libres y bellas como diente de león en viento tibio.


Os amo y mi corazón está en ustedes, siéntanme estoy a su lado acariciando su testa, divinizando su corazón, latiendo en el mismo tiempo, mis pequeños niños amorosos, soltad ya el lastre que os empaña la visión, vean la claridad del alba iluminando su ser, su iluminando el nuevo amanecer, embelleciendo los colores de cada cual, yo madre amorosa en comunión con todos los reinos Nefereti, María, Concepción, Adalia, en tantos reencuentros, adiós niño amoroso mi luz en tu ser y cuantos más adiós.


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