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miércoles, 1 de julio de 2015

DUENDES TRAVIESOS ... DESAPARICIÓN DE OBJETOS ¿ TE PASÓ?




ELEMENTALES TRAVIESOS Y LA DESAPARICIÓN DE OBJETOS ¿ TE PASÓ?

MISTERIOS INEXPLICABLES

¿Quién no ha perdido un objeto en alguna ocasión, lo ha buscado frenéticamente y luego, al cabo de un tiempo, lo ha encontrado en un sitio que ya revisó?
Este fenómeno es más habitual de lo que se cree, he podido comprobarlo en  la Red , de modo que me he decidido a compartir con vosotros algunas experiencias propias.

La primera le ocurrió a mi madre cuando todavía era niña: Le habían regalado una muñeca, de esas antiguas con cara de porcelana. Como le tocó vivir una guerra y una posguerra, nunca tuvo demasiados juguetes, de modo que la muñeca le hizo una ilusión indescriptible. Una mañana, cuando se levantó para ir al colegio, vio que su madre tenía ropa en remojo para lavar (en ese entonces no había lavadoras) y decidió desnudar a la muñeca y poner su vestido en el cuenco con agua. Como era invierno, se le ocurrió que la muñeca tendría frío y la dejó en su cama, tapada hasta la barbilla... Nunca más la encontró. Se quedó con el vestido lavado y nada más. Nadie la había cogido, nadie la había visto... Incluso años después, cada vez que en aquella habitación se cambiaron muebles o se reformó, mi madre siguió pensando en la “desaparición” y esperando hallar alguna pista.

Hace unos años yo vivía en un piso pequeño. Compré una blusa y la guardé en un armario, colgada de una percha con otras prendas porque había poco espacio. No se la mostré a nadie, me limité a colgarla y punto. La fui a buscar para ponérmela unos días después y no la encontré. Ni mi marido ni mi hijo la habían visto y ni siquiera sabían cómo era. Vacié el armario por completo, pensando que se podía haber desprendido del colgador, pero no la encontré. Incrédula, volví a revisar ese armario días después: ¡Nada! Un buen día, en uno de esos colgadores, y encima de todo lo demás, apareció y lo hizo justo dónde yo recordaba haberla puesto.

Pero esta anécdota no fue la única: Tenía un pañuelo de seda que me gustaba especialmente y un día me lo puse. Los guardaba todos en un cajón del tocador y allí fui a buscarlo la próxima vez que decidí ponérmelo, pero no lo encontré. Pensé que lo habría perdido pero me extrañó, me extrañó porque me habría dado cuenta, por lo menos, al desvestirme. Vacié el cajón y saqué uno a uno el resto de los pañuelos y no lo encontré. Incrédula, repetí esa operación varias veces sacando de la cómoda el cajón, colocándolo encima de la cama y revisando, pero no estaba allí. Un buen día, en ese mismo cajón y encima de todos los demás ¡apareció!

Lo curioso del caso, es que al poco de cambiar de piso me pasó lo mismo y con el mismo pañuelo. No lo encontré durante días en el cajón hasta que poco después apareció encima de los demás, como la otra vez.

Estas cosas son extrañas, no podemos explicarlas, pero suceden. Se me ocurre un ejemplo que hablaría de múltiples dimensiones y que leí en alguna parte:

Un ser de dos dimensiones “viviría”, por ejemplo, dentro de una caja, pero sólo podría desplazarse por la superficie del fondo porque, para él, la tercera dimensión no existe. Pero un ser de tres dimensiones (nosotros) no tendría ningún problema en alargar la mano hasta el fondo de la caja y tomar cualquier cosa, dejar otra o reponer la primera.
Quizá los duendes tengan que ver en muchas de las desapariciones y reapariciones de los objetos. La travesura más común que realizan es esconder calcetines y es por eso que en varias ocasiones no podemos encontrar los pares, otro acto que les gusta realizar es esconder las llaves. Detrás de sus travesuras, hay algo que nos quieren enseñar. Cuando las cosas tienen que desaparecer, desaparecen, y cuando tienen que reaparecer, reaparecen.  Puede que con esos actos nosotros tengamos que aprender algo. Se cree que ese carácter juguetón representa lo que nos hace falta a nosotros los humanos, serenidad, y ellos nos ayudan a recuperar-lo cuando ocultan un objeto y nos lo devuelven cuando hemos cesado  en nuestra búsqueda. Otras veces solo juegan y nos enseñan a divertirnos .
·         Publicado por ALICIA KRYSTAL el junio 29, 2015
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·         Re-Publicado   por  “Isis   Alada”
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2 comentarios:

ALEXISA dijo...

te cuesta mucho poner el link de donde compartis? y pedis respeto???? ja ja ja

Isa dijo...

Gracias Ísis por el artículo. Una amiga le regalaron un pedazo de tronco y resultó q traía cía. El duende le hizo muchas travessuras . excelente información ;)

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