DISCURSO de Jesús el día de Navidad.
El sendero del Avatar.
Aquí, Oh, Dios, te he encontrado.
Te he encontrado en el viento y en el fuego, y en el cristal y en la nieve, te
he encontrado en el corazón, en la sonrisa de un amigo. Aquí, Oh Dios, en este
punto Yo Soy. Y perduro, y seré todo lo que tú eres, aquí.
Y, cuando pases, Oh Señor, Yo estaré aquí, en mi puesto,
y perseveraré, aún.
Estaré aquí, de nuevo, al amanecer y a la puesta del Sol, y, a lo largo de la
noche y del día, sostendré mi Llama, guardaré la vigilia, guardaré la Luz en la
ventana del Faro.
Aquí Yo Soy Oh Dios, puedes contar conmigo, cumpliré mi parte con constancia,
guardaré mi voto, velaré porque este barco de Maitreya llegue a su puerto, y
estaré contigo, mi Señor, el Salvador del Mundo.
Naceré este día contigo, mi Señor, proclamaré a la Estrella
de Belén, la Gran Hermandad Blanca, la Estrella de mi aparición. También, a la
Poderosa Presencia Yo Soy y el Cuerpo Causal, multiplicado por los Avatares de
las Eras.
He aquí, Yo Soy ese Cristo, descendiendo en mí Templo.
Oh Señor, he aquí Yo Soy el que Yo Soy.
He aquí, persisto y llamo, y por mi amor, yo atraigo la plena Presencia
Esférica de Mi Cristo, en la forma.
He aquí, mi alma pobre comprende el significado de la Unidad de ese Cristo.
Yo Soy el que Yo Soy. Araré el campo, sembraré la semilla, la regaré y
mantendré la vigilia, por Dios, para ofrecer la ganancia de mi labor sagrada.
¡Escúchame, Oh Señor!, porque Yo Soy un hijo de Dios, en
el nombre de Jesús, y he venido a librar a los cautivos.
En esta hora de la Navidad, y del Solsticio de Invierno, en este momento del
Sol, detrás del Sol, unido a tu corazón, unido a mi corazón.
Yo Soy el Uno Viviente, Yo Soy el Uno, no dos, si no Uno, Yo Soy el Uno, y, en
la Ley del Uno, el Yo Soy en Mí es el Ünico soberano.
¡Óyeme, Oh Maitreya!, respondo como el Hijo de Dios, como
Jesús hizo.
Yo Soy quien, en tu nombre, no tiene miedo, de luchar contra la serpiente, para
atarla y seguir la estela del poderoso barco de la vida.
¡Oh, mi Capitán!, oye mi llamado, porque yo perduro y sostengo la vigilia.
Yo Soy el guardián de la puerta, de mi conciencia y de mi corazón.
Del Libro de Oraciones de “The Summit ligthhouse”.
E. Claret Prophet.
En Camelot, California, 25 de Diciembre de 1982.
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