Preparándose para Comenzar
El 2016 puede comenzar lentamente. ¡Puede que hasta sintamos la tentación
de descartar enero antes de darle una oportunidad! De ser así, ¡no lo
hagan!
Es cierto que no es el inicio más inspirador para comenzar un nuevo año,
pero el sentimiento general en este mes, de comenzar bien nuestras vidas,
resolviendo asuntos pendientes nos pone en buen camino para febrero, cuando
comience una estación de eclipses (con dos eclipses luego en marzo) y las cosas
comiencen a tomar impulso.
Este es un mes de hacer cosas prácticas ya sea limpiar los estantes,
pagar cuentas atrasadas, ponernos al día con la correspondencia, o decidir de
una vez por todas ¡a que partes de nuestra vida vamos a darle solución en este
año! No subestimen el poder de estas actividades aparentemente sin
consecuencia. En este mes ellas forman el fertilizante para el crecimiento que
vendrá en su momento.
En esencia, el mensaje clave para enero es exactamente eso: no dividan la
vida en espiritual y mundana, especial y ordinaria. Todo es especial y todo es
mundano. Todo lo que hacemos tiene poder. Cada palabra, acción, pensamiento,
sentimiento e intención lleva consigo un peso en este universo.
Si enfrentamos el mundo cotidiano de trabajo, transportación, compras,
limpieza, ganar lo suficiente para mantenernos a flote, como algo menos
importante que cuando “somos espirituales”, negamos la presencia de lo sagrado
en el núcleo de nuestra vida.
Hacer esto conlleva un sentimiento de que tenemos que ir a algún sitio
extraordinario para “ser espirituales”, comportarnos de cierta forma, mirar de
una cierta forma o vivir un tipo de vida en particular. Los adornos aparentes
de una persona espiritual se convierten por tanto en el factor decisivo de
nuestra valía y la de todos los demás.
Se formulan juicios basados en las apariencias superficiales y no en la
cualidad de ser. El logro de un objetivo espiritual se convierte en algo que
nos hace especiales y por tanto una herramienta del ego y no del
espíritu.
Este es un fenómeno frecuente por estos días cuando el “mercado
espiritual” está en su apogeo y pleno de materialismo sagrado, despojado de la
única cosa que nadie puede comprar: presencia. La presencia clara y no
adulterada: la conexión fundamental con la Fuente, disponible para todos en
todas partes.
El 2016 es un año de explosión vía la pretensión y la personalidad para
revelar lo que subyace en el fondo. Nada escapará de esta penetración de la
realidad que expone la verdad en el corazón de cada uno. Los que reclaman el
logro espiritual tendrán que responder ante su reclamo.
Los que presentan una cierta cara serán desafiados para hacer de esa cara
una realidad a través de sus vidas y si no, descartarla para revelar lo que
subyace.
Habrá momentos de dolorosa exposición, las decepciones serán resaltadas,
las mentiras reveladas y las pretensiones expuestas, pero a lo largo de todo
esto corre el hilo dorado, claro de la verdad que ilumina todo lo que es
auténticamente real.
Ya no podemos dividir el mundo en pedazos, con algunas partes más
valiosas que otras. Debemos vivirlo todo, abrazarlo todo y serlo todo. Nosotros
mismos, plenamente vividos en toda nuestra gloria, no conformados y
configurados para presentar una cara favorecida al mundo.
Igualmente, si pensamos que el despertar facilita las cosas, ¡este año
puede hacernos pensar de nuevo! El despertar no significa que la vida se
desarrolle a nuestro ritmo, sino sintonizarnos con la vida para que nosotros y
ella seamos uno y el mismo, fluyendo de conjunto a lo largo de toda la
eternidad.
Esto no es fácil para nosotros seres humanos tan concentrados en
controlar los eventos, en hacer que se cumplan nuestros deseos y en buscar la
proclamación de lo que somos y quienes somos.
La humildad es la clave, como lo es una disposición a creer que no sabemos
nada para poder lograr que la vida nos sorprenda una y otra vez. Lo que
sucederá si lo permitimos. No siempre en formas que apreciemos, pero siempre en
formas que nos despierten cada vez más a las profundas corrientes de
convertirnos en ese flujo a través y alrededor de nuestro ser.
La entrada de Marte en Escorpio el 3 de enero crea las condiciones para
dos meses de una actividad poderosa que penetra profundamente hasta las raíces
más obstinadas que necesitan ser eliminadas.
A veces podemos facilitar cambios superficiales que lucen buenos pero no
pueden penetrar los aspectos ocultos, más profundos de nuestra psiquis donde
luchamos contra el cambio real. Marte en
Escorpio resiste el cambio y lo fuerza a la vez, sabiendo que en su
propia resistencia yace la energía necesaria para disolver los obstáculos y los
viejos patrones que mantienen atrapada nuestra energía y limitan nuestra
perspectiva.
Durante este tiempo podemos sentirnos desesperados por cambiar, temiendo
ese propio cambio a la vez, creando ambivalencia y una energía acorralada que
afectará nuestra experiencia cotidiana hasta que podamos enfrentar lo que está
sucediendo realmente.
El renacimiento que yace en la base de Escorpio no se asegura con un
pequeño gesto de fe sino con una inmensa demostración de nuestra resistencia y
resolución para quemar estas cosas que nos atan.
Marte está feliz de aportar el combustible y abanicar las llamas, ¡aun
cuando quisiésemos darnos por vencidos y dejar de señalar esas verdades que
hemos puesto tanto empeño en ocultar!
Pero la verdad saldrá en este mes, precisamente con Mercurio retrógrado
entre el 5 y el 25, mayormente en Capricornio, aunque con unos pocos días en
Acuario. Este retrógrado de Mercurio en particular es especialmente poderoso y
está lleno de sorpresas.
Si estamos tratando de manera directa o indirecta de tapar el sol con un
dedo (incluyéndonos a nosotros mismos) esta combinación ¡ahogará nuestros
esfuerzos!
El retrógrado de Mercurio en Capricornio expone los hechos fríos y duros
nos guste o no, pero al hacerlo revelará a la vez la libertad que viene de
decir simplemente la verdad estando preparados para vivir con las
consecuencias.
Esta es una buena práctica para el resto del año, cuando las verdades
puedan ser cortantes y a la vez profundamente necesarias para recalibrar
nuestra relación con los demás, con el mundo en su conjunto y con nuestro
hermoso hogar planetario.
Si queremos las verdades envueltas en papel de regalo, este año será una
desilusión. Si queremos que este se nos deletree de manera innegable y clara,
¡estamos a tono con un viaje fructífero!
La Luna Nueva en Capricornio el 10 de enero en cuadratura con Urano en
Aries, nos recuerda que el fuego ardiente del divino interior no es igual al
calor emitido por el ego que se cree a sí mismo ser la fuente de todo
poder.
Está volviéndose cada vez más difícil forzar algo a voluntad y los
esfuerzos pueden ser nulos si no nos alineamos con la corriente superior de la
evolución consciente que requiere devoción a un proceso más allá de nuestro
entendimiento.
Esta Luna Nueva nos recuerda que cualquier cosa que creamos que sea el
despertar, no lo es. ¡Si podemos pensarlo, estamos equivocados!
Los conceptos no se acercan ni tampoco las palabras. Simplemente tenemos
que convertirnos en ello y ver lo que sucede a cada momento, despertando al
pulso de la creación que conforma nuestros días.
El sentido general de que no podemos lograr el ritmo necesario puede
sorprendernos si estamos demasiado enfocados en lo que creemos que debía estar
ocurriendo en este mes, versus lo que está ocurriendo realmente.
Una alineación que involucra a Júpiter, Eris y el Sol y que cubre el
cielo entre el 11 y 16 de enero, pone el acento en cómo nuestra relación con el
mundo material refleja nuestra sabiduría interior. No tiene sentido buscar la
verdad si no estamos preparados para vivirla y dejar la sabiduría a un lado no
hace más que limitar nuestra efectividad.
Esto disminuye nuestro propio ser al descartar la nutrición divina que
alimenta nuestra percepción. No podemos tomar solamente pedacitos de la verdad
que nos hacen sentirnos bien. Debemos consumirla y digerirla toda, permitiendo
que nos nutra y alimente aún más nuestra percepción y libertad más
profunda.
La Luna Llena en Leo el día 25 nos ofrece un impulso si necesitamos algún
tipo de estímulo. Está bien si comenzamos a ver a través de una nueva
perspectiva aquello que una vez parecía obvio, haciéndonos cuestionar qué y
quienes somos. Esta Luna nos recuerda que solamente experimentando nuestras
perspectivas y viviendo nuestros sueños podremos descubrir la verdad o
no.
No podemos evaluarlo todo de antemano y decidir por anticipado que
caminos son merecedores del esfuerzo y cuales nos llevarán a la deriva. Tenemos
que abrazar la vida desde el interior para encontrarlo todo, revelado en
nuestro encuentro con el momento presente y nacido de decisiones pasadas y
realidades actuales.
Esta Luna ofrece la confianza para avanzar por el sendero sin importar
cuán incierto se sienta este, porque únicamente haciéndolo descubriremos el
próximo paso y el siguiente, cada uno coreografiado desde el interior y el
exterior al prestarle atención a las verdades que surjan por el camino.
Mercurio se estaciona directo el día después de la Luna Llena,
proclamando un cambio gradual del ritmo y la oportunidad de avance. Si vivimos
este retrógrado de Mercurio bien estaremos preparados en este punto para
comenzar a avanzar comprometiéndonos a largo plazo por difícil que
parezca.
Sea que esperemos que este sea un año de cambios personales o de logros
públicos, de despertar espiritual, riquezas financieras o todo lo que venga, la
semana final de enero nos invita a comenzar, después de tres semanas atando
cabos sueltos y asuntos pendientes que de no hacerlo harían imposibles los
nuevos comienzos.
Al terminar enero la energía está por todo lo alto así como la
inspiración acompañante, ¡aunque sería sabio mantener nuestros pies bien
anclados a tierra! Una secuencia de pequeñas alineaciones para terminar el mes
nos recuerda que la energía es información y nuestra tarea es interpretar las
claves y seguir el rastro.
Si algo no funciona la energía está bloqueada o muy difusa. El
discernimiento de la diferencia es una habilidad importante que debemos
desarrollar en este año, ¡así que mejor comenzamos desde ahora!
La primera clave se encuentra en nuestra actitud: estamos chirriando los
dientes y forzando el avance por encima de todo o soltando con demasiada
rapidez y “confiando en que el universo” ¡haga lo que de hecho es nuestro
trabajo!
Encontrar el equilibrio entre la rendición y el esfuerzo, la dedicación y
la flexibilidad, nos aportará dividendos ahora a medida que apreciamos los
matices internos que conforman nuestra experiencia y que por tanto diseñan el
futuro de cómo vivimos nuestra vida cotidiana.
Sarah Varcas
© Sarah Varcas 2015. Todos los derechos
reservados. Se permite compartir libremente este artículo en su totalidad a
condición que se acredite plenamente a la autora, se distribuya este
gratuitamente y se incluya la URL www.astro-awakenings.co.uk
Traducción: Fara González Difusión: El Manantial
del Caduceohttp://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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