RELAJA LA MENTE EN
EL AGUA
Piensa en un lugar que te permita
relajarte durante unos minutos pero que a la vez te revitalice. Un lugar
donde recargar energías, donde apartarte del bullicio durante unos momentos, un
lugar que te permita eliminar tensiones y relajar el cuerpo pero que a la vez
renueve tus energías. ¿Qué lugar sería el
ideal para ti? ¿Dónde buscarías ese momento de relax?. Lo cierto es que hay una opción ideal que logra
todo eso y mucho más: darse un baño relajante.
La ducha es una de las maneras más
sencillas, eficaces y rápidas de relajar el cuerpo y la mente, a la vez que
sirve para recargar energías. Pero aunque son muchos quienes se dan una ducha o
un baño con la intención de relajarse, pocas veces se relaciona directamente
con el descanso de la mente.
¿Te ocurre lo mismo? ¿Te gustaría saber cómo aprovechar algo que tenemos tan
a mano como la ducha para lograr desconectar tus pensamientos y relajar mente y
cuerpo?.
Los beneficios de meditar en el agua
Nos duchamos por higiene, pero muchas
veces también aprovechamos esos momentos de intimidad para evadirnos del estrés
del día a día y tener unos minutos para nosotros mismos. Y es que lo
cierto es que el agua ofrece tantos beneficios que resultaría ilógico pasarlos
por alto.
En primer lugar, recuerda que el 70% de
tu cuerpo es agua. ¿Qué esperar entonces
del contacto del agua sobre nuestro cuerpo?. Un buen baño logra relajarnos gracias al sonido del agua, pero
también nos motiva, inspira, y da claridad a las ideas. Además, es un buen estimulante
emocional.
Cuando necesites relajarte, evadirte de
la realidad durante unos minutos o recargar pilas. Intenta darte un baño
relajante. ¡Resulta increíble lo
mucho que puede hacer por ti!. Pero aun así,
debes tener presente que no es un sustituto de la meditación, sino más bien un
agradable complemento para que lo sumes a tus hábitos de relajación.
Ten en cuenta que la meditación no
solamente relaja, sino que ayuda a desarrollar la intuición, aumenta la
creatividad, mejora la salud física y emocional, te conecta con tu yo interior
y te sirve de trampolín para alcanzar la vida que quieres.
Pero, ¿y si a todo eso le sumaras además los increíbles beneficios del agua?. Piensa por un momento que palabras como estrés,
tensión y fatiga desaparecen con el agua que resbala por tu cuerpo. Y todo eso
para dejar paso a sensaciones mucho más agradables como paz, armonía y
bienestar. Miles de personas usan la ducha para evadirse de la realidad.
Ahora, puedes usar también ese poderoso elemento de la naturaleza para relajar
tu mente y estar como nuevo.
Ducha: ¿en la mañana o de
noche?
Hay quien se ducha todas las mañanas, y
lo cierto es que es ideal para aquellas personas que suelen empezar el día con
pereza y dificultades para coger el ritmo a la rutina. En cambio, hay
quien prefiere la noche para disfrutar de una ducha, lo que es excelente para
quienes terminan el día cansados, agotados y con estrés acumulado. Una
ducha por la mañana activa, y por la noche relaja e incluso favorece el descanso
y el sueño.
Pero además de todo eso, lo cierto es
que muchas veces al entrar en contacto con el agua dejamos volar nuestros
pensamientos y hacemos listas mentales de todo lo que ya hicimos o de lo que
nos queda por hacer.
La ducha es el momento ideal para todo
eso si así lo creemos oportuno, pero también es muy reconfortante dedicar unos
minutos al sonido del agua y a no pensar en nada. Eso relaja, activa, ayuda a
la mente y repercute en el cuerpo.
Ejercicio de relajación en el agua
¿Quieres probar los beneficios del agua? Te compartimos un sencillo y práctico ejercicio de
meditación para que tu bienestar sea todavía mayor.
1. No importa si
prefieres una ducha reconfortante ya sea caliente, templada o fría; o si por el
contrario eres de los que se decanta por un baño espumoso donde el sonido de
las burbujas sea el único capaz de romper el silencio. Sea cual sea tu
caso: crea un spa a tu gusto, apaga las luces o disminuye su intensidad, coloca
alguna vela si te gustan, escucha música relajante si lo prefieres, elige la
temperatura ideal… ¡y olvídate del tiempo!
2. Mientras te desvistes
y esperas a que el agua esté a la temperatura ideal para ti, toma respiraciones
profundas y largas. Concéntrate en respirar y exhalar, eso te ayudará a
reducir la velocidad de tu mente y calmará tus pensamientos.
3. Entra en la ducha y
centra tu atención ella temperatura del agua. Toma nota de cómo te
sientes, concéntrate en el aroma del jabón y aprecia las sensaciones
refrescantes que la ducha te ofrece. Si tu mente se pierde entre
pensamientos, toma una respiración profunda y déjalos marchar. Lleva tu
atención a la meditación.
4. Imagina que el agua es
una luz pura; una limpieza que alivia tus preocupaciones, y que los arrastra
hasta el desagüe. Sigue tomando respiraciones profundas y prolongadas
mientras lavas tu cuerpo y te preparas para el resto del día, para la
meditación o para acostarte si es de noche.
5. Llega el momento de
poner fin a la ducha, pero no de seguir aumentando tu bienestar. Por eso, este
es un momento ideal para ofrecer gratitud. Concéntrate en las cosas que
están bien en tu vida, en todo lo que hace que te sientas bien, o en los
recuerdos que hacen que dibujes una sonrisa en tu rostro. ¡Las sensaciones son increíbles!
Piensa que transformar ese tiempo de baño en un momento relajante es todo
un regalo para tu cuerpo y tu mente. Te mereces dedicarte ese momento de
relajación total.
Fuente: Método Silva
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