Estáis en los tiempos llamados «reducidos» correspondiente en aquel texto a lo que fue llamado la sexta y la séptima Trompeta
Soy
el Maestro Philippe de Lyon. Hermanos y hermanas presentes en la superficie de
esta Tierra, me dirigiré a vosotros como Melquisedec de la Tierra. Permitid
primero que, en el silencio del corazón, bendiga vuestra Presencia, bendiga
vuestra lectura o vuestra escucha.
…
Silencio…
Como
eso fue anunciado hace algunas semanas y como eso estuvo perceptible para
muchos de vosotros, los acontecimientos actuales en la Tierra, fuese cual fuese
su naturaleza, os dan a observar, tanto en la conciencia como a nivel de los
sucesos que ocurren en el escenario social, en el escenario físico, en este
mismo momento en la Tierra, os llevan de manera definitiva a posicionaros en el
miedo o en el Amor pues el proceso de la Ascensión que se lleva a cabo en este
preciso momento os conduce a vuestro Cara a Cara, a probaros vosotros mismos, a
probaros en relación con vosotros mismos y - también - en relación con la
sociedad en su totalidad.
Lo
que está en curso y se manifestará de manera más y más intensa y evidente para
cada uno es muy exactamente lo que ha de ocurrir hasta el momento en que
resuene la Llamada de María, que os llevará a posicionaros, a situaros, a
colocaros en el espacio que os corresponde para vivir, cada uno de vosotros, lo
que os corresponde vivir en relación con un conjunto de circunstancias, un
conjunto de eventos y de elementos colectivos que impactarán y resonarán en
vosotros según vuestro lugar individual en el seno del Amor o en el seno del
miedo.
Nuestro
Comendador os lo dijo hace mucho tiempo, así como los Arcángeles, finalmente no
existe más que el miedo o el Amor y lo que sucede en la pantalla de vuestra
conciencia, en el mismo seno de vuestras actividades en este mundo, no hace
sino reflejar – y esto con una exactitud cada vez mayor en adelante – vuestra
ubicación en el Amor o vuestra ubicación en el miedo.
Estáis
en los tiempos llamados en la Biblia «reducidos», en los tiempos llamados
Apocalípsis o Revelación, en su fase terminal, correspondiente en aquel texto a
lo que fue llamado la sexta y la séptima Trompeta. Así, en cada minuto en
adelante, estad preparados pues «Él vendrá como un ladrón en la noche», aunque
no sin haberos permitido vivir las primicias. Ya sea en lo que miráis, ya sea
en lo que vivís interiormente, el proceso es exactamente el mismo. Lo que
estaba oculto se devela, lo que no era visto es visto, lo que no estaba
percibido se hace perceptible, lo que era ignorado mediante una voluntad
deliberada de la persona ya no puede escapar, fuere cual fuere la intensidad de
vuestra voluntad.
El
tiempo ya no está en preparar lo que sea pues ¿qué
hay que preparar cuando la Eternidad se devela con majestad y con estruendo?
Solamente queda corresponderse o no corresponderse con lo que sucede en la
pantalla de vuestra conciencia. Ya sea en el contacto con algún ser de la
naturaleza, ya sea en el contacto con la enfermedad o con la desaparición de
algún cercano, o vuestra desaparición, ya sea pues en los sucesos felices o
infelices, la Vida os llama a ubicaros. Y – más allá del miedo o del Amor – se define
en vosotros una pregunta: “¿Qué queréis ser?”
¿Queréis serlo todo o queréis ser nada?
¿Cuál es vuestra aspiración?
¿La de vuestra persona o la del alma?
(si ésta estuviese aquí todavía).
La
Luz viene a preguntaros, a través de Su Inteligencia y a través de vuestra
vivencia: «¿Qué quieres ser o no ser?
¿Cuál es tu reivindicación en la
superficie de este mundo? ¿Cuál
es tu papel? ¿Prefieres
el hacer antes que el ser? ¿Prefieres
la vida en este mundo o la vida en Eternidad?
¿Temes perder esa vida o estás dispuesto
a perderla para recuperar – a través de la Resurrección – aquello que eres de
toda eternidad y que nada conoce de este mundo?”.
El
conjunto de los procesos en curso ante vuestros ojos, ante vuestros sentidos,
dentro vuestro como en el exterior de vosotros, nuevamente se resume en la
respuesta a esta pregunta: ¿el miedo o el Amor?
Poned atención también a una forma de aceleración y de disolución paralela del
tiempo y de la causalidad. El tiempo es una ilusión inducida en el seno de este
mundo, nada más. ¿Estás preparado para
permanecer «vivo», fuere lo que fuere lo que pierdas o lo que ganes?
¿Estás preparado para extirparte de todo
cuanto has construido, elaborado e ideado en todas las partes de tu vida, en
todas las partes de tu ser?
Se
puede decir que Cristo ya llama a vuestra puerta y la situación os da a ver si
vuestra casa está limpia o si está todavía atestada con lo superfluo, con los
apegos, con las creencias. La Verdad y el Cristo os quieren desnudos, con
aquella desnudez de aquél que no necesita adornarse con ninguna ilusión ni
ninguna representación ni con ningún papel que desempeñar. ¿Quieres
y aceptas no ser nada en la superficie de este mundo a fin de recuperar la
totalidad de tu eternidad? Comenzad con ver eso sin
plantearos siquiera preguntas frente a la evidencia de lo que pasa en vuestro
cuerpo, en vuestra vida, en vuestro país y en todas las relaciones que
entabláis, ya sea en el ámbito social, ya sea en vuestro propio ser interno y
también a través de cualquier relación entre vosotros y un elemento de este
mundo, fuere personificado o no.
Ha
llegado el tiempo de vivir la integralidad del Amor, ya no como una búsqueda,
ya no como una esperanza, ya no como un futuro, sino como la realidad tangible
del instante presente, de vuestro propio soplo y de vuestra propia vida. Ya no
es hora de buscar explicaciones, justificaciones o coartadas. Es hora de ser
verdaderos porque el Amor es la única cosa verdadera aquí, en la superficie de
este mundo. Todo lo demás sólo son adornos destinados a camuflar, a ocultar o a
sesgar la realidad del Amor.
La
Luz os pregunta en adelante más y más, de manera expresa e intensa, lo que
sois, con qué os identificáis unos y otros. ¿Os
dejáis arrastrar por la emoción colectiva?
¿Os dejáis llevar por lo que se dice en
el exterior de vosotros? ¿O
permanecéis estables, pase lo que pase, ocurra lo que ocurra dentro vuestro
como en el exterior de vosotros? ¿Estáis
atrapados todavía en los juegos diversos y varios, los roles y las funciones
que os corresponden? ¿O
estáis conscientes – fueren cuales fueren esos roles y esas funciones,
necesarios para que funcione este mundo – que estáis en este mundo pero sin ser
de este mundo?
No
existe ningún elemento de vuestra vida, ni ningún elemento de vuestro cuerpo,
que pueda permanecer y durar escapando de la efusión de la Luz, de la
Ascensión, lo que provoca a ratos reajustes y balanceos importantes a la espera
de una aceptación y de un “sí”
cada vez más franco y decidido ante la realidad del Amor incondicional, ante la
realidad de la Verdad, que no es de este mundo.
¿Estáis
preparados para manteneros de pie diga lo que diga vuestro cuerpo, diga lo que
diga vuestro país, sin jamás oponeros, sin jamás entrar en dualidad y así
manteneros en línea con la Verdad, con vuestra ubicación en el Corazón del
Corazón que señala la autenticidad de vuestra vivencia pues, de manera
inminente, ningún elemento de este mundo ni ningún elemento invisible – o
incluso avistado recientemente – podrá seros de utilidad en los momentos del
vuelco de vuestra conciencia y de la Tierra?
Veis
alrededor vuestro cierto número de fuerzas operando. Estas fuerzas – visibles
en este mundo o por lo menos percibidas en sus efectos – no pueden sino
resumirse a dos fuerzas antagónicas y opuestas: la fuerza del Amor y de la
Unidad y la fuerza de la división. No perdáis nunca de vista que la división no
nace sino del miedo y no de una voluntad de división y que los errores
colectivos de este mundo, en la gestión de la sociedad como en la gestión de la
Tierra, nunca tomaron en cuenta la verdad del Amor, incluso diría que hacen lo
contrario, en oposición al Amor. Y hoy en día cada uno de vosotros, en su vida,
se ve confrontado – a través de la Inteligencia de la Luz – a circunstancias, a
relaciones, a sucesos que os permiten, fuere cual fuere la dureza, encontrar en
vosotros las capacidades para superar y dejar atrás lo que pueda todavía
parecer reacio al Amor incondicional e incondicionado.
No
estigmaticéis ninguna actitud, ni en vosotros ni exteriormente a vosotros. Ved
cada vez más claramente lo que os corresponde vivir. Ved cada vez más
claramente las fuerzas que operan en el seno de este mundo en estos tiempos
pero sin participar de ninguna de ellas pues todas tienen que ver con la
explotación y el mantenimiento hasta el límite extremo de una forma de dualidad,
de una forma de predación más y más concreta mediante la manipulación de las
multitudes, mediante la manipulación de los países y mediante la manipulación
de lo que llamaría «el adversario». Esto pertenece a la historia de este mundo
pues quienes habéis alcanzado lo indecible del Cristo, lo indecible del
Absoluto, sabéis muy bien – por haberlo experimentado – que este juego del bien
y del mal sólo dura un tiempo y no se relaciona en nada con el proceso
ascensional que se juega en vosotros en estos días.
Ancianos,
Estrellas, Arcángeles os comunicaron por turno durante un año unos elementos
propicios para vivir la Libertad. Ya sea la Danza del Silencio, ya sea el Kriya
Yoga, ya sea el contacto con los pueblos elementales o con las entidades de la
Luz libre, en todo eso no hay diferencia. Eso os permite ajustaros con la
Eternidad y con la Verdad. Tened presente también – como os ha sido recordado
recientemente en «En estos Tiempos de la Tierra» por Teresa – que la humildad y
la simplicidad son los garantes de vuestra Autonomía y de vuestra Libertad
interior.
Si
no es el caso todavía, vais a ser numerosos en daros cuenta – a través de las
circunstancias mismas de vuestras vidas – de lo que no podía o no quería ser
visto hasta ahora y que será necesariamente visto. Habéis entrado de lleno en
el Choque de la Humanidad ligado a la Ascensión misma y propiamente dicha. La
confrontación de la historia y de lo que ha sido implantado como energías, como
comportamientos, como costumbres en el seno de la historia de este mundo se
manifiestan hoy con virulencia. Tal es la acción de la Luz en su revelación
final.
Ahora
que estáis cada vez más numerosos en percibir lo invisible – sin siempre tener
las explicaciones o diría incluso esta forma de causalidad – tened presente que
más allá de toda manifestación de la Luz, incluso las más auténticas y
maravillosas, está la Verdad y que la Verdad jamás puede coincidir, en este
mundo, con la vida tal como la conocéis.
La
Vida os llama – estéis donde estéis – a volcar vuestra conciencia en vosotros
mismos a fin de encontrar ahí los medios para dejar atrás lo que pueda
resistir, no a nivel de explicación, no a nivel de justificación, sino
solamente en el Amor y en la humildad. Desapareced ante vosotros mismos. La
Vida os invita a hacerlo. Desapareced ante la ilusión de ser una historia, de
ser una profesión, de ser un niño o un adulto de tal o cual edad. Desapareced
ante todo lo que sólo dura un tiempo. No hay mejor momento, diría, antes de la
Llamada de María, que estos momentos en que se da ante vuestros ojos como en
vuestra carne el combate entre el miedo y el Amor. Os corresponde definir lo
que queréis nutrir. Os corresponde definir lo que queréis co-crear. Vivís ahora
y en adelante la intensidad de este combate, intensidad cada día renovada y
cada día reforzada.
Más
que nunca las enseñanzas recibidas años atrás durante las Bodas Celestiales se
actualizan, no para repasar las mismas etapas sino para trascenderlas gracias
al aporte de la Luz, gracias al aporte de la Eternidad, gracias al aporte de
Cristo.
Mientras
vuestros cielos comienzan a partirse, dando a ver manifestaciones más y más
tangibles de la Eternidad, como bien sabéis muchos son los hermanos y las
hermanas a los que calificaría de adormecidos o hipnotizados que no pueden
aceptar ni siquiera ver lo que es sin embargo visible y no da lugar a duda
porque el miedo está en ellos y pronto no podréis encontrar argumento alguno ni
justificación alguna ni energía alguna para cambiar eso. Solamente vuestra
eternidad manifestada a través del Corazón Ascensional, a través de vuestra
alegría sin objeto, hará que se convierta o vuelva al derecho lo que todavía
está al revés, sin voluntad alguna, sin explicación alguna, sin siquiera estar
presentes.
Estáis
comprometidos unos y otros a no alimentar más el miedo y a dejar que el Amor
crezca hasta el límite de vuestra conciencia o de vuestra supraconciencia. Muy
pronto no podréis nutriros de otra cosa que no sea Luz. Muy pronto no podréis
ser iluminados por otra cosa que no sea vuestra Luz. ¿Qué
teméis o qué habéis ideado? Porque lo que habéis
ideado, lo que teméis o lo que esperáis ahora os hace salir de la verdad del
Amor. La Vida os llama – y nosotros os llamaremos cada vez más – a instalaros
en el estado de beatitud donde todo se resuelve, sean cuales sean vuestras
actividades y fuere cual fuere el estado de vuestro país, de vuestra región, de
vuestro cuerpo o de vuestra familia.
Habrá
– y hay ya – para muchos de vosotros una suerte de imperiosidad de la Luz que
ya no es simplemente una llamada o una conminación o una invitación sino una
conminación directa permitiéndoos, en el momento de la Llamada de María, de
decir de manera colectiva que nadie podía ignorar lo que iba a suceder, lo que
sucede ahora, que no es sino lo resultante del miedo y lo resultante del
encierro de este mundo pero también de la mente humana – esa mente humana cuyas
líneas depredadoras fueron más o menos disueltas por la acción de la Luz,
aproximadamente antes de la liberación del núcleo cristalino de la Tierra.
Tuvisteis entonces el equivalente de cuatro años, en términos terrestres, para
repasar en vosotros a través de los cuatro Elementos, a través de los cuatro
linajes, ilustrados hoy por los linajes estelares y también por los encuentros
realizados con los pueblos de la naturaleza, los elementales.
La
Vida os pregunta sobre a qué vais a apoyaros. ¿Vais
a apoyaros sobre el hecho de tener un techo, sobre el hecho de tener dinero,
sobre el hecho de tener amigos, sobre el hecho de comprender incluso lo que
sucede en este mundo? ¿O
vais a apoyaros exclusivamente sobre el Amor incondicional e incondicionado,
sobre la Luz vibral, que nada tiene que hacer, lo recuerdo, incluso de la
historia de este mundo como de vuestra historia personal?
La
Luz vendrá efectivamente a cogeros después de la Llamada de María o durante
ésta, bien sea de manera autónoma, por atracción de Luz a los lugares de la
Tierra que ya pasaron, para así decirlo, a quinta dimensión. ¿Queréis
apoyaros en otra cosa que el Amor, traduciendo así vuestra fe y vuestra
evidencia ante la Luz y ante la Luz en vosotros mismos?
No habrá más pregunta que esa. Cuanto más entráis en el Corazón Ascensional,
mucho menos estáis afectados por cualquier circunstancia que sea de lo efímero.
Trátese de necesidades fisiológicas, trátese de necesidades sociales o de
necesidades afectivas, todo eso se aparta, no como una negación sino más bien
como la evidencia de la instalación de la Luz.
Tenéis
la oportunidad hoy de ver real y concretamente las fuerzas que operan en este
mundo, ya sea a través de los representantes de los pueblos, los representantes
de las religiones, los representantes de cualquier grupo social que sea. ¿Queréis
manteneros en el seno de esa influencia y queréis adheriros a esas influencias
y a esas luchas ó os colocáis irremediablemente en el Fuego del Corazón y no en
el fuego del ego?
Hablaba
de las técnicas que os fueron comunicadas hace ahora un período de un año. Usad
la que os parece más adaptada pero no olvidéis nunca, ahora y en adelante, que
solamente la manera cómo estáis transparentes, solamente la manera cómo
aceptáis desaparecer de lo efímero, os da la certeza de la Eternidad. Los
conocimientos almacenados en vuestra cabeza ya no os sirven para nada. Toda
Presencia, incluso de la Luz vibral, no tendrá en adelante otro propósito que
haceros penetrar en el santuario de la Eternidad, en el Corazón del Corazón.
Todo
eso lo veis de manera intensa o toque a toque pero eso va a amplificarse en
forma desmedida a partir de vuestro mes de diciembre y lo que voy a decir, así
como lo que otros van a decir, se aplica por supuesto a este último mes de
diciembre.
Hay
obviamente la historia de este mundo. No volveré sobre el cambio de año o sobre
el nacimiento de Cristo. No volveré tampoco sobre ciertas fechas celebradas en
el seno de la iglesia católica o en el seno de otras religiones en este mes de
diciembre. Lo que observáis no es sino el resultado de la historia pero no sois
esta historia. Vengo pues a invitaros a despojaros interiormente de todo cuanto
es superfluo, a no dejar fluir más proyección alguna en adelante, a no
conceptualizar más nada acerca de lo que vivís. En cierta forma tenéis que ser
nuevos y vírgenes de toda información y de toda historia para estar disponibles
en totalidad para el tiempo presente, fuere lo que fuere lo que tengáis que
efectuar todavía en el tiempo lineal de la Tierra.
No
existe ninguna agenda, incluso la más copada, que os impida realizar vuestra
Eternidad en totalidad en adelante. Incluso ya no queda nada por solicitar,
nada que esperar, solamente hay que ser, hagáis lo que hagáis, centrados ahí
donde el gozo y la paz se convierten en vuestro atributo cotidiano. Inútil
meditar, inútil llamar ya que todo aquello está ya presente, al alcance de
vuestro corazón, al alcance de vuestros sentidos, para cada cual, fuere cual
fuere el miedo que lo habita todavía.
Habéis
ingresado pues, de manera colectiva, en la sanación final y la solución final
que, lo recuerdo, en el plano histórico de esta Tierra, se verificó ya cierto
número de veces desde hace más de 300.000 años, lo hayáis presenciado o no. Hoy
en día ya estáis.
No
busquéis ningún apoyo que no sea el Amor y la Luz, aunque necesitéis todavía
apoyaros en alguien de este mundo o de nuestros mundos. Comprended de manera
más y más urgente que todo eso es el mundo que está presente en vosotros y en
ninguna otra parte. No os fijéis solamente en las señas – que son innumerables
y evidentes – no os fijéis solamente en lo que sucede en vosotros a nivel de
vuestro cuerpo de Eternidad mediante la Luz vibral, sino que estéis más bien
atentos al estado de vuestra conciencia manifestada en este mundo, no por
temor, no por miedo, sino más bien como la evidencia de lo que sucede en
vosotros y en todas partes en este mundo.
No
hay en la superficie de este mundo – y cada cual hoy puede verificarlo – estado
más acabado que aquél donde no sois nada y donde vuestra persona y vuestra alma
acepta realmente ser polvo y donde solamente el Espíritu es eterno. Y siendo el
Espíritu perfecto, ¿en qué necesita
perfeccionarse o evolucionar? Daos cuenta ahora, a
través de vuestra vivencia, de la inepcia misma del concepto de evolución o de
mejoramiento de lo que es perfecto de toda eternidad y de que vosotros sois de
toda eternidad. Todo lo demás no son más que historias que sólo duran un tiempo
y puedo decir que incluso la historia que hemos construido juntos para permitir
la resurrección de vuestro cuerpo de Êtreté no es nada en relación con la
Resurrección final del Espíritu.
Así,
tal como dijo Cristo en su tiempo, reitero: «¿Estáis
preparados para perderlo todo y así recuperarlo todo?».
No se trata de miedo pues quien tenga miedo ante esta frase está convidado a
ver lo que está en su corazón. El Amor desconoce el miedo porque el Amor no
tiene ni principio ni fin. El Amor desconoce a la persona porque ella tiene
principio y fin. El Amor sólo conoce al Amor. Se puede – obviamente – percibir
el combate del cual hablaba hace unos instantes. Se puede percibir la
desarmonía y el desequilibrio. Sin embargo todo eso sólo dura un tiempo y no es
nada frente al Amor.
Haced
la prueba vosotros mismos, ya sea a través de la Danza del Silencio, ya sea a
través del contacto solicitando nuestra ayuda. Comprobad vosotros mismos la
firmeza de la Eternidad y la fragilidad de lo efímero, sean cuales sean
vuestras posesiones, sea cual sea la plenitud de vuestra vida en este mundo.
Ninguna plenitud de este mundo puede aproximarse a la plenitud del Amor. Es
hora ahora - más que nunca – de recordar lo que sois previamente a toda
historia. Nada mejor para aquello que abandonar todos los marcos de creencia,
todos los marcos de referencia, todos los marcos de percepción. Es hora de
«lavar las vestiduras en la sangre del cordero».
En
el escenario de este mundo, estéis donde estéis, en cualquier país que sea, solamente
se llevan a cabo combates que solamente duran un tiempo y que en nada ni de
ninguna manera se relacionan con quienes sois en verdad. Entonces más que nunca
la Luz viene a preguntaros: «¿Dónde estás?
¿Quién eres?».
Haceos sinceramente la pregunta antes de responderla. ¿Sois
tal persona con tal historia, tal alegría, tal pena, o habéis trascendido el
sentido mismo de ser esta persona, no como una nueva creencia sino más bien
como la única verdad tangible y definitiva de lo que es el Amor?
Nuestro
Comendador os dijo que ya no quedaba silla donde sentarse, que ya no quedaba
traste que guardar. Dicho de otra forma, no os aferréis más a nada conocido.
Respetad obviamente lo que la vida os da para hacer y vivir pero ya sin
rigideces. Dejad que la vida os lleve, dejad que la Onda de Vida o el Canal
Marial o nuestras Presencias os lleven hacia vosotros mismos. No temáis por
nada pues no hay nada que temer, salvo por parte de quien se considere
simplemente como una persona.
Lo
que sucede en esta Tierra – y que ha de suceder cada día más y más – no es sino
la actualización de la historia y la solución de la historia, que ha de
permitir a cada hermano y hermana presente en la superficie de esta Tierra
recapacitar. Nadie podrá decir que no sabía, aunque la Verdad le hubiese sido
ocultada hasta el día de hoy. No hay error en la Luz. Sólo hay error en la
persona y en este mundo encerrado. Sed como el niño, inocente y sin reflexión,
en lo que la vida os ofrezca para vivir. Dejad que por fin aparezca – en
vuestro tangible – la Inteligencia de la Luz, así como la co-creación
consciente, así como el Femenino Sagrado, así como las diferentes
manifestaciones de la vida que encontráis por doquier, ya sean los pueblos
elementales, ya sean nuestras Presencias o simplemente vuestra Presencia.
Acostumbraos,
para decirlo así, a deshaceros de lo habitual. Acostumbraos a sentir y vivir el
gozo independientemente de toda circunstancia, incluso las más nefastas pues no
hay mejor momento que esos días. Tened presente también que, aunque no tengáis
ni el porqué ni el cómo, ni siquiera la vivencia, lo que está ocurriendo no es
sino la instalación del Amor que viene a transmutar la materia y la Tierra y
vuestro cuerpo y vuestra conciencia y que todas las relaciones que no sean
conducidas por la Luz – en vosotros como exteriormente a vosotros, en vuestras
relaciones personales o en vuestras relaciones sociales – desaparecerán sin
excepción. Sólo quedará en pie y vivo el Amor incondicionado e incondicional.
La
Luz os llamó a unos y otros de múltiples formas a lo largo de estos años. Os
corresponde responder con la misma intensidad. No os dejéis sumergir por el
combate de las fuerzas opuestas. No os dejéis alcanzar sino más bien colocad a
Cristo por delante, a Cristo por detrás. Dicho de otra forma, colocad el Amor
por delante y por detrás. No dejéis nada detrás vuestro, excepto el Amor. Ahí
donde estáis, el Amor está. Ahí donde moráis, el Amor mora. Ahí donde resistís,
el miedo se insinúa. Eso vale para todo. No hay ningún ámbito de la vida en
este mundo, en cualquier componente que sea, que pueda sustraerse al Amor.
¿Estáis
preparados para entregaros vosotros mismos a vuestra Eternidad?
¿Estáis preparados para dejar que se
diluyan los rencores, los karmas, los miedos, todo lo que resista, y vais a
aceptar vuestra Libertad? Vuestra vida os lo
muestra cada día y os lo mostrará de manera cada vez más vistosa y evidente.
Algunos
elementos os fueron comunicados relacionados, una vez más, con la respiración,
diversos ejercicios facilitando el acercamiento al Corazón del Corazón para así
permitir la emergencia en su manifestación en la superficie de este mundo de la
Morada de Paz Suprema, testigo indefectible del retorno a vuestra eternidad.
Alguno
de vosotros – tras esperar los cambios que se dan en estos días – se apartan
simplemente porque algunos miedos no han sido identificados. No temáis por
nadie. Dejad que la Luz opere. Sed testigos del Amor, testigos de Cristo, y
nada más será necesario.
Poned
atención en los momentos de adormecimiento y en los momentos de despertar, los
momentos en que entráis en oración o en meditación. Poned atención en el
momento en que volcáis de un estado a otro. Poned atención en lo que puede
ocurrir en vuestros campos de energía incluso sutil, en vuestra conciencia
fuere cual fuere, en los mecanismos y modos íntimos del paso de lo efímero al
Eterno. Ahora que muchos de vosotros vivís lo que llamaré «mini-stasis»
idénticos (con excepción de la duración) a lo que será vivido tras la Llamada
de María, poned atención a lo que os deparan aquellos momentos que pueden
contrariar vuestras actividades o vuestra vida. Fijaos en lo que cosecháis.
Fijaos en lo que sentís a continuación. De esa manera mediréis la distancia o
la coincidencia que pueda existir dentro vuestro con vuestra eternidad.
Notaréis
también que a más coincidencia con vuestra eternidad, más se dan los mecanismos
llamados de sincronía y de fluidez de la Unidad y cómo éstos se realizan más y
más rápidamente y de un modo cada vez más asombroso. No reclaméis ningún mérito
por ello pues no sois nada en la superficie de este mundo. Es justamente por
eso que vivís el Todo. Es justamente por eso que accedéis a ratos o de manera
permanente a la Paz Suprema. Será de ahí de donde acogeréis con bendición la
Llamada de María y la revelación de Cristo, así como el cambio profundo e
irremediable del cuerpo de la Tierra.
Tened
presente que no hay esfuerzos que hacer. Al contrario es el fin de todo
esfuerzo. Es el momento cuando vuestra atención y vuestra intención desaparecen
en la belleza de la Luz. Es en ese momento cuando ponéis real y concretamente
vuestro Espíritu en manos de la Fuente o del Padre. Es el momento en que veis
las cosas producirse, incluso los acontecimientos o las cosas más dramáticas
para la persona, con la misma intensidad de Amor en vuestras palabras, en
vuestras miradas o en lo que captáis de una situación o de una relación al
nivel que sea.
El
Comendador os habló «En Estos Tiempos de la Tierra» y en otras oportunidades de
momentos propicios para el mecanismo final de la Ascensión de manera colectiva.
El conjunto de los signos, el conjunto de las vibraciones, está ahora en el
momento preciso de la vivencia de la Ascensión. Al nutriros de vuestra
eternidad, al nutriros de Cristo, al nutriros del Sol, os tornáis autónomos y
no necesitáis más atención ni intención. Queda simplemente la humildad. La
integridad o el tema de la integridad no se plantea siquiera, como algo que ya
no tiene razón de ser, mientras la humildad, aquélla que os permite adentraros
en lo más profundo vuestro, os lleva y deposita en el umbral de Shantinilaya,
como dicen nuestras hermanas orientales. Es el momento cuando os tornáis tan
pequeños como Cristo.
Ninguna
ilusión podrá en adelante ser mantenida en vuestra vida como en vuestra propia
percepción de vosotros mismos en vuestra eternidad y no habrá más cómo pesar el
pro y el contra o cómo discutir consigo mismo. Estáis en los momentos en que lo
intangible se hace más y más tangible y lo que era llamado tangible y real, la
misma materia, desaparece, no como una desaparición o un aniquilamiento sino
más bien debido a una transmutación total de la materia y de las leyes de la
materia, donde cada cual tiene un lugar, diferente del otro pero en la misma
verdad del Amor.
Tened
presente pues en la cabeza que el Amor es realmente – y de manera más y más
evidente - la respuesta a todo y que – de no haber respuesta – eso significa
que no hay suficientemente Amor incondicionado y que vuestro amor está todavia
condicionado.
La
Luz os llama a extirparos de un modo irremediable y definitivo de todo juicio
pero sin impedir que veáis la verdad, sin juzgarla. Como Cristo podréis decir
llanamente: «Padre, perdónalos pues no saben lo que hacen». Entonces – y
solamente entonces – habréis salido definitivamente de toda forma de
manifestación de la dualidad al mismo tiempo que seguiréis presentes en la
superficie de este mundo. Éste es vuestro aporte imprescindible para con
vosotros mismos y para con la humanidad, los humanos con alma, y el conjunto de
lo que lleva alma en la superficie de este mundo.
No
os dejéis engañar por ninguna mentira, ni en relación con vosotros mismos, ni
en relación con el mundo. Sed la expresión de la Verdad y de la Belleza, de la
Paz y del Gozo bajo cualquier circunstancia. De no ser el caso, notaréis las
diferencias cada vez más grandes entre los momentos interiores en que alcanzáis
y vivís la Verdad y los momentos exteriores en que la Verdad y el Amor no están
por delante de vuestra vida y de vuestro escenario.
No
podéis pretender ser Cristo y no amar a cada cual como a vosotros mismos, sin
juzgar, sin ser engañados por las circunstancias del miedo y sin embargo amando
del mismo modo. Comprobaréis que amar sin condiciones a quien sea o lo que sea,
bien sea una relación, bien sea una casa, bien sea un país, os retro-alimentará
y os colmará. Aquello es lo que ha sido llamado no sólo Acción de Gracia sino
estado de Gracia. En eso tampoco queda otra alternativa que el miedo o el Amor.
Vuestra vida os lo demuestra y os lo demostrará más y más. Hasta diría que lo
que os sigue molestando hoy no es más que resistencia ante el Amor. El Amor os
nutre y os nutrirá cada día más. Él viene a sustituirse a los demás nutrientes
porque llegará un día cuando no podréis concebir sino un solo nutriente – el
Amor – y una sola expresión de vosotros mismos – el Amor.
Y
escuchad bien lo que os digo mandado por el conjunto de los Melquisedec:
ninguna fuerza podrá oponerse de forma duradera al Amor, fueren cuales fueren
las apariencias, fueren cuales fueren los golpes a la vida y a la libertad en
cualquier parte que sea de esta Tierra porque estamos en vuestros cielos como
ha sido anunciado ya. Lord Metatron se ha desplegado de manera sutil y visible
para algunos de vosotros en los Círculos de Fuego, preparado para recibiros.
Los Ancianos se expresan a través vuestro, las Estrellas, los Arcángeles, los
pueblos de la naturaleza. ¿Es aquélla vuestra morada
o será que vuestra casa está hecha con piedras?
El
Amor os llamará siempre al Amor. El Amor os llamará siempre a la Vida y a la
humildad. Tened presente que todo lo que pueda aparecer como contrario al Amor
no es sino resistencia al Amor. Y el Amor ilumina las resistencias, ilumina lo
que es falso, no para juzgarlo sino por compasión frente a la falta de Amor de
un hermano, de una hermana, de una situación, de un pueblo o de vosotros
mismos.
En
definitiva no hay nada que ver fuera de eso. Y recordad que la solución a todo
cuestionamiento o a toda interrogación en vosotros se encuentra en vuestro
corazón. Ya no son necesarias las palabras. Ya no es necesaria la comprensión.
Solamente es necesario dejar Ser vuestra eternidad, el Amor y la Luz que sois.
En ningún caso eso requiere de vosotros o de vuestra participación. Solamente
el ego cree eso y la persona cree que va a poder coger y hacerse con el Amor.
Nada más falto. La evidencia del Amor va a tornarse tal – y lo sabéis – que
muchos de vosotros en esta Tierra, hermanos y hermanas todavía dormidos caerán
de rodillas ante la Gracia de María y de su Llamada.
Lo
que acabo de deciros es eso, interrogaros acerca del Amor, no para fabricar
ideas, conceptos o proyecciones sino más bien para reencontrar el Alfa y el
Omega, la Verdad de la Vida. No necesitáis ningún equipaje. No necesitáis
ninguna buena acción ni ninguna mala acción. Necesitáis tan sólo ser vosotros y
reconoceros vosotros mismos en la majestad del Amor incondicionado. Y eso va a
tornarse, como lo reitero una y otra vez, más y más evidente y más y más
flagrante. Observad en torno vuestro, entre los hermanos y las hermanas
adormecidos, su misma incapacidad para conceptualizar este Amor. Sin embargo,
no os preocupéis por ellos porque nadie en la superficie de esta Tierra, dotado
con humanidad, puede escapar de la propia Madre.
El
Amor es también, en este período, la confianza. Tenéis demostraciones
innumerables a través de vuestras vivencias, a través de las señas del cielo y
de la Tierra y, para algunos, no basta. Sois vosotros mismos las confianza.
Sed
verdaderos y sed espontáneos también porque la Inteligencia del Amor suele
recurrir a la espontaneidad mucho más que a la reflexión o a la comprensión.
Estaréis a veces conducidos a adoptar tal comportamiento, a decir tal palabra,
a dar tal cosa o tal mirada. Aquello será el elemento justo de la manifestación
del Amor incondicionado que os mostrará y os demostrará que nada tenéis que ver
ahí como persona o como historia.
Otro
elemento a considerar – antes de expresaros, antes de mirar, antes de
intervenir – es colocaros en el Corazón del Corazón y dejar que el silencio os
colme antes de decir o antes de mirar porque – en ese silencio previo – el Amor
puede desplegarse en vosotros y exteriormente a vosotros. Luego dejaos llevar
por las líneas de evidencia, de sincronicidad, de belleza y de alegría. Así
saldréis de toda programación o de todo condicionamiento de vosotros mismos con
relación a vuestro pasado, a vuestra historia, y os acercaréis de manera más y
más flagrante al eterno presente. Es esto lo que os permite la Ascensión de la
Tierra y es hacia esto adonde ha conducido la Liberación de la Tierra ocurrida
hace casi cuatro años ahora.
Os
insto también a escucharos, no en vuestras quejas, no en vuestros dolores, no
en vuestros miedos sino a dejar emerger – a través del silencio y de la escucha
– lo que sois en verdad y que ahí está, a disposición.
Recordad
también que la palabra se hace Verbo y que el poder del Verbo os coloca frente
a y en el lugar de vuestra responsabilidad y vuestra autonomía.
… Silencio…
Doy gracia, aquí y en otras partes, a vuestra escucha, a vuestra lectura. Os invito a dejaros penetrar, más allá de lo expresado, por el Espíritu Santo, por el Espíritu de Verdad, y a dejar cantar en vosotros al testigo del Amor, al Coro de los Ángeles en el Espíritu del Sol.
… Silencio…
Doy gracia, aquí y en otras partes, a vuestra escucha, a vuestra lectura. Os invito a dejaros penetrar, más allá de lo expresado, por el Espíritu Santo, por el Espíritu de Verdad, y a dejar cantar en vosotros al testigo del Amor, al Coro de los Ángeles en el Espíritu del Sol.
Deposito
en vuestro seno la bendición de la Luz, presente en la Tierra y activa en la
Tierra.
…
Silencio…
Soy el Maestro Philippe de Lyon, soy vosotros, soy Uno con vosotros, en la Gracia del Amor, me retiro en vuestro corazón.
Soy el Maestro Philippe de Lyon, soy vosotros, soy Uno con vosotros, en la Gracia del Amor, me retiro en vuestro corazón.
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