Yo y mi ser, o “Yo, el ser”
En aquellas ocasiones en las que, la esencia, ser, o mónada, literalmente
toma el control del cuerpo que le sirve como vehículo evolutivo, y se “asoma”
al mundo físico, a través del Yo observador, si alguien te preguntara, ¿quien
eres?, la respuesta es tan simple como difícil: “yo soy yo”. Y tu sabes lo que significa,
aunque quizás quien te lo pregunta no.
Si la mónada se
encuentra “recogida” en su posición habitual, y es el Yo observador o
cualquiera de los Yos gestionados por el programa ego quien dirige el cuerpo
humano, entonces la esencia parece ser una “tercera persona”, y uno habla de
ella como si hablara de algo que está “por ahí”, que aun sabiendo que es lo que
realmente soy, no está asomada a través de la ventana de mi conciencia al plano
material de esta realidad. Aquí es cuando decimos a los demás “mi esencia
dice…”, “siento a mi ser…”, “mi mónada está muy expandida….” Pero sigue siendo
algo que la personalidad que habla, lo ve como en tercera persona.
La primera situación
es la que jamás quiero perder cuando me sucede. Y cuando me sucede es como si
fuera “nuevo” en este plano. Yo soy yo, y yo soy todo lo que hay y me siento
conectado con ello. La primera vez recuerdo que incluso me sorprendió ver mis
manos y decir, “esto son mis manos”, o ver el mundo con los ojos de la
conciencia que pertenece a otro nivel tan infinitamente diferente al de
la personalidad artificial. Yo me reía de mi mismo, diciéndome, “¿dónde está el
manual de instrucciones de esta realidad?”. Pero, tarde o temprano, mi
mónada se “retira”, y el Yo observador, el yo único o unificado, vuelve a
sentir que “algo” que no era él mismo, se ha recogido. Lo sabe porque quedan
las sensaciones en todos los niveles físicos y energéticos de lo que había
salido a la superficie, así como la percepción registrada de aquello que la
esencia ha “experimentado” estando al mando, y que, ahora, desde su posición
normal, vuelve a comunicarse con la mente como si de algo relativamente
“externo” se tratara.
Yo le pregunto a mi
ser porque no se mantiene el 100% del tiempo “asomado” y en control, no me
importa no ser “David”, si puedo ser “yo” y todo lo que se siente cuando eres
el “tu” de verdad. Y me contesta que no es operativo que “la esencia” en
estos momentos esté para mi 24/7, pues el estado de “yo soy yo” es un estado de
idiotez sublime y felicidad eterna (lo dice con humor y como guiñando un ojo),
y depende de aquello que a nivel de alma y personalidad se quiera llevar a
cabo, que eso sea un estado “operativo” y viable, o no. Me recuerda una
anécdota de Eckhart Tolle, que cuenta que cuando su ser tomo control de su
vehículo físico y se “quedó” ahí, se pasó 2 años en este estado “sublime” donde
vivía en parques y divagando por la vida, porque simplemente, no sentía
necesidad de hacer nada más que “estar” y “ser”.
Mi ser me pregunta si
deseo eso. La primera respuesta es que si, lo deseo, no hay nada más bonito ni
mejor que un ser humano creo pudiera desear, la segunda es que solo a medias.
Conozco la sensación que describe Tolle, no por haberla vivido como él, sino
por haberla vivido varias veces en el último año por momentos cortos, máximo
unas horas seguidas en una de las ocasiones.
Afortunadamente, la
mónada, una vez tiene abierto el canal de paso hacia la esfera de conciencia,
realmente entra y sale de la misma cuando quiere. Anoche me desperté a las
cinco de la mañana, pues mi hija lloraba en su cuna, y tras calmarla, volví a
intentar dormir. Estando en duermevela volví a sentirme “yo”, “yo soy yo” me
dije, y me puse a hacer algunas sanaciones, de esencia a esencia. “Hola
hermano, hola hermana”, les decía a las mónadas de mis hijos mientras “yo era
yo” y les iba haciendo cosas en su sistema energético. Terminé la sanación y
volví a sentirme “David”, pues mi ser se había retirado de nuevo. Es curioso
todo lo que estoy aprendiendo, y como me siento durante las siguientes horas en
las que “el remanente” energético de la presencia de mi ser inundando mi esfera
de conciencia permanece “fresco”. Lo malo es que la personalidad que tengo lo
echa de menos, y cuando “yo soy yo”, se que no necesito hablar de mi en tercera
persona.
http://davidtopi.com/yo-y-mi-ser-o-yo-el-ser/
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