MIDIENDO NUESTRO CRECIMIENTO PERSONAL
Como muchos sabéis, en el pasado, las escuelas de Misterios del Antiguo
Egipto guardaban grandes conocimientos, entre otros, los secretos de la propia
naturaleza, las leyes que rigen la vida, las dinámicas y estructuras de como está
hecho el hombre, etc., conocimientos que, por otro lado, no eran dados a
cualquier persona, pues sólo unos cuantos, después de cumplir una preparación
muy larga y muy rigurosa, eran considerados merecedores de que se les
permitiera ingresar a estos templos del conocimiento para ser instruidos.
Muchas veces, el tiempo previo al ingreso llevaba varios años, y ya una
vez dentro, prácticamente, seguía toda una vida de perfeccionamiento continuo.
Este tipo de crecimiento y evolución iba siendo guiado por aquellos que
iban delante en el camino, así que podían, bajo un sistema de grados, niveles o
escalafones, ir dando instrucción a otros que empezaban su andadura.
Lo que impacientaba a muchos aspirantes que, desde fuera, pudieran
intentar comprender como esa evolución iba a darse y como “podía medirse”, si
acaso, era entender bajo que reglas o bajo que criterios uno asume que
realmente está avanzando y creciendo, y como alguien podía medir algo tan
subjetivo como el propio crecimiento espiritual.
Las escuelas iniciáticas modernas siguen usando el rasero de los grados y
niveles; enseñanzas como las de Gurdjieff hablan de “tipos de hombres”
numerando a las personas en categorías del 1 al 7 según el desarrollo de su
sistema energético, y se han “inventado” diferentes maneras de medir este
crecimiento usando por ejemplo los elementos y su volatilidad o densidad
(empezando por un estadio asociado al elemento Tierra y terminado en el
elemento Fuego) o usando escalas asociadas a los diferentes niveles de la
psique y de la consciencia para ello.
Potenciales latentes que se van desarrollando paulatinamente
Evidentemente todas estas escalas son subjetivas hasta cierto punto. Si
me pongo a aprender, a sanarme, a transformarme a mi mismo, a cambiar mi vida,
¿cómo puedo medir en que estadio de ese camino me encuentro?
En general, todo desarrollo psíquico, energético, mental, de consciencia,
etc., corresponde a una evolución del ser interno de cada uno, y sólo se
observa que se ha alcanzado un nuevo nivel cuando ese desarrollo se manifiesta
exteriormente por haber cristalizado ya en todos los estratos de la persona y
por haber probado experimentalmente, o vivencialmente, el nuevo potencial y
grado evolutivo adquirido. Es semejante al poder contenido en un cartucho de
dinamita.
No se puede reconocer el alcance de su energía con sólo examinar el
material externo con el que está fabricado. Dejar caer al suelo la dinamita
tampoco pone a prueba la energía que contiene o lo que hay en su
interior.
Hasta que se manifiesta correctamente utilizando los métodos adecuados,
no se muestra su verdadera naturaleza y aquello que existe latente en ella, no
dejando entrever realmente que es lo que no estaba siendo revelado.
Sucede lo mismo respecto al desarrollo psíquico, mental y místico. Todos
los sistemas de diferentes técnicas o escuelas que ayuden al desarrollo del
potencial humano tienden a formar una reserva de poder interior en la
persona.
La naturaleza de muchas de las facultades y poderes psíquicos del hombre
es conservativa, y están destinados a propósitos específicos, es decir, sólo se
expresan en determinados canales y en determinados momentos de necesidad, pero
mientras esos canales no se abran o desarrollen, las facultades o habilidades
dormidas, pero innatas en el ser humano, no se manifiestan.
En general, esa caja de herramientas que todos poseemos cuando se usan en
forma apropiada, tienen un valor incalculable pero, desde fuera, son difíciles
de explicar, evaluar y medir, ya que solo la propia persona que las posee puede
determinar como le son útiles en su vida o como dejan de serlo.
Talentos innatos
Solemos decir que cada uno de nosotros tiene una misión y propósito en la
vida, y que no es otra cosa que la puesta en práctica de aquello que nos hace
felices, porque nos gusta, porque somos buenos, porque lo hacemos bien, porque
está alineado con nuestro camino y decisiones pre-encarnativas, etc.
Y por experiencia y convicción, sé que cuando uno trae una misión que
cumplir, también trae ciertos talentos y ciertas habilidades especiales que
aplicadas en la actividad correcta nos hacen sobresalir en algún aspecto
concreto.
Nuestra evolución y crecimiento en la vida está generalmente apoyada en
esas habilidades que vamos despertando con nuestro trabajo interior, y aquellos
talentos que ya traemos de serie y los entrenamientos y aprendizajes que van
aconteciendo en nuestra vida nos hacen perfeccionar muchas veces cosas que ya
poseemos, quizás muchas veces más que despertar algo que está profundamente
enterrado.
Cada uno tiene unos valores y conocimientos que bajo las fuerzas y
entrenamientos adecuados de diferentes enseñanzas y técnicas despiertan esas
habilidades innatas, pero no todo el mundo, siguiendo las mismas herramientas,
usando los mismos entrenamientos o andando el mismo camino en la misma escuela
esotérica llega al mismo grado de desarrollo de las mismas, ya que los raseros
para su medición son lo suficientemente genéricos y amplios para que puedan dar
cobijo a una amplia gama de estados evolutivos del hombre que puedan ser
catalogados bajo el mismo grado o misma nomenclatura.
Evidentemente hay hechos que son objetivos, aunque no se puedan medir con
instrumentos de la ciencia: uno puede tener una consciencia fragmentada en
muchos Yos o puede solo tener un Yo unificado, eso denota un nivel evolutivo u
otro, uno puede tener un cuerpo emocional o intelectual superior cristalizado,
y manifestado, y otra persona no, eso implica un trabajo y un alto grado de
crecimiento personal, uno puede tener los centros superiores de control
activados y otros no, y eso provoca la activación de ciertas habilidades
latentes.
Pero como llegar a ese tipo de desarrollo pasa por tantos caminos
distintos que las técnicas que le sirven a uno no le sirven para nada al otro,
unas herramientas o formas de entrenamiento para algunos son perfectas y para
otros poco más que una perdida de tiempo.
Tu propio criterio personal
Al final, el criterio para medir si uno está avanzando en su propia vida
tiene que pasar necesariamente por la reflexión interior de preguntas tipo:
¿son mis puntos de vista más amplios que antes sobre la realidad de las cosas?
¿tienen mis problemas el mismo poder para deprimirme, hacerme sentir temor o
indecisión? ¿tengo más herramientas para acometer mis objetivos o
desafíos?
Quizás al final solo exista una respuesta correcta cuando alguien intente
medir nuestro nivel evolutivo, o nosotros mismos intentemos saber en que
escalafón del mismo estamos, y es la respuesta a la pregunta: ¿estoy más
alineado con el amor, con la verdad, con la paz, con la serenidad?
Si a esa pregunta siempre nos nace decir si, entonces ya podemos estar
tranquilos de que hemos avanzado en cualquier escala de medida que escojamos al
respecto o podamos así juzgar si lo que estamos recibiendo de otros nos está
siendo útil de verdad.
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1 comentario:
yo no haría mucho caso de este supuesto "gurú"... las palabras suenan en la cabeza o en el corazón, y leyendo a este señor me dan dolores de cabeza...
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