MENSAJE CON
SEMILLA DE FUTURO.
En épocas de caos, cuando todo está revuelto, es donde se plantan las
semillas del mañana.
Los cambios continúan. Los humanos desorientados y en conflicto son el
resultado de los grandes eventos cósmicos y planetarios que están sucediendo en
varias dimensiones a la vez. La Tierra toda está en transformación.
Muchas personas experimentan estados emocionales de tristeza, pérdidas
afectivas o materiales. El cuerpo físico tiene que adaptarse a estos cambios y
genera cansancio extremo para recalibrar los reajustes energéticos.
En realidad, estamos abandonando viejos lugares conocidos del ego,
desapegos por todos lados. Nuestros ser espiritual se está despidiendo de
formas y creencias antiguas, se está purificando. Queda en un estado de vacío
interior que aparenta ser soledad y tristeza para poder hacer la transición
hacia una nueva reconexión con otras formas de vida más plenas y con nuevos
propósitos de vida.
Podemos entender los procesos que vivimos como producto de estos cambios
cósmicos y planetarios y relacionarlos con los 4 elementos.
Elemento tierra: los terremotos. La tierra tiembla debajo de nuestros
pies, no tenemos las seguridades de antes. Muchos son desplazados de sus
lugares de origen por fuerzas externas a ellos. Otros sienten que ya no pueden
estar en el mismo lugar, tienen que mudar algo de sus vidas.
Elemento fuego: los volcanes entran en erupción, rugen las entrañas de la
tierra. El fuego del espíritu irrumpe en la conciencia humana quemando y
purificando todo lo que impide la reconexión del ser con su esencia.
Elemento agua: inundaciones. Las aguas se desbordan de sus cauces,
representando nuestras emociones en conflicto con los límites autoimpuestos.
Elemento Aire: vientos huracanados y fuertes tormentas. Nuestras ideas
cambian de un momento para otro. Exceso de pensamientos y poca concreción
porque no hay tierra firme.
Todo está en transformación dentro de nosotros: emociones desbordadas,
pensamientos confusos, cuerpo físico agotado y el fuego del espíritu que pulsa
por tomar protagonismos en el día a día, pero muchos no saben reconocerlo y
colapsan en sus sistemas energéticos.
Estamos removiendo cimientos y estructuras arcaicas propias y de la
humanidad para permitir que la verdadera esencia de nuestro espíritu emerja en
nuestra realidad cotidiana. Luego de tantos miles de años dormidos dentro del
ego humano y desconectado de la Fuente Universal, el fuego del espíritu se abre
paso en la conciencia.
Este proceso llevará más tiempo aún, por esto nosotros somos los
cimientos de la Nueva Tierra. Cada elección que hagamos es fundamental en la
construcción del mundo que entregaremos a las próximas generaciones.
Somos las semillas que florecerán según nuestras visiones del
mañana.
Comprende alma, esta es la tarea heroica de esta vida, ser el cambio, el
pilar de la evolución de la raza humana.
La naturaleza se toma sus largos tiempos de evolución. Todos los seres en
conciencia estamos sosteniendo con pensamientos y acciones claras las nuevas
formas de vida que queremos tener. También es importante cuidar nuestra energía
personal, nuestra estabilidad física.
Los continuos cambios del campo electromagnético de la Tierra nos somete
a grandes fluctuaciones energéticas de nuestro propio campo electromagnético.
Esto se traduce en inestabilidades emocionales, depresiones o estados de ira
sin motivo aparente.
Así como los volcanes entran en erupción y las inundaciones arrasan con
nuestras posesiones, de la misma manera las corrientes del inconciente con
situaciones no resueltas emergen a la superficie para ser tenidas en cuenta.
Ana María
Frallicciardi
www.aguilaazul.com.ar
Desde Capilla del Monte, Córdoba, Argentina
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