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jueves, 16 de octubre de 2014

ARCÁNGEL GABRIEL SOBRE LA CUALIDAD DEL AMOR LLAMADA REFLEXIÓN. Por Marlene Swetlishoff--16-10-2014




Amados, Tengamos una charla sobre la cualidad del amor conocida como reflexión.
La vida en el mundo ocupado de hoy puede ser un flujo continuo de movimiento y actividad y, a veces parece como si nunca se ralentizará el tiempo suficiente para uno poder recuperar el aliento.
Muchas veces, las personas quedan atrapadas en un ciclo de hacer cosas que realmente no les traen alegría o felicidad y si no son cuidadosas y conscientes, podrían encontrar que la vida les ha pasado por alto.
Es importante tomarse el tiempo para respirar y reflexionar sobre las cosas que son realmente importantes.
Hacerse el tiempo para reflexionar, evaluar y re-evaluar la propia vida y tomarse algún tiempo para reducir la velocidad y permitir que el poder interior transforme y revitalice al verdadero y auténtico Ser, es muy importante.
Esto puede significar pasar tiempo en solitario, orar, meditar, o simplemente sentarse en silencio disfrutando de la naturaleza y apreciar la vida de verdad.
Cuando uno permite que este momento pacífico transforme su día, uno se vuelve más centrado, fructífero y pleno.
Uno se da cuenta de que hay algunas cosas que deben tener prioridad sobre las demás en su vida cotidiana e incluso encontrar las respuestas que han estado buscando durante estos silenciosos momentos de reflexión.
Cuando uno se hace el tiempo para una reflexión silenciosa, los elementos del silencio y de la soledad ayudan a transformar su tiempo lejos del ajetreo de la vida en algo significativo, contemplativo y espiritual.
Ya que permiten este regalo para sí mismos, abren sus mentes a nuevas posibilidades que nunca han considerado antes.
Pueden encontrarse en un principio, ante el desafío de nuevas áreas de crecimiento y descubrimientos acerca de sí mismos de formas que no se ocupaban antes.
Deben estar dispuestos a darse el espacio y el permiso para incluir un tiempo de escucha y reflexión en silencio con el fin de permitir que la voz y la conciencia de los sentimientos que deben ser abordados, tales como, soledad, miedo, apegos malsanos, voces negativas de la vergüenza, juicio y condena, cualquier área de quebrantamiento o heridas del pasado que necesiten sanación.
Estos momentos no son para los débiles de corazón y uno debe ser lo suficientemente valiente como para permitir un momento desgarrador de profunda honestidad con uno mismo y con el Dios de su ser.
Esto permite y lo abre a uno a que un momento de gran sanación, equilibrio, integración y transformación pueda empezar a suceder dentro de uno mismo y por lo tanto, también dentro de su vida exterior.
Durante un momento de reflexión en silencio, una persona comienza a descubrir y abrazar la riqueza dentro de sí misma y de Dios en su interior que no fue reconocida o previamente conocida.
Comienzan a descubrir la música divina con sus armoniosos matices divinos.
Uno se ubica donde se pueda experimentar a Dios y al ser de más amplias y nuevas maneras.
Una persona cambiará a menudo, no necesariamente en una forma dramática, sino de una manera simple, sutil, pero no menos profunda.
Cuando uno se toma el tiempo para la reflexión tranquila, uno se esfuerza por comprender las propias reacciones y respuestas emocionales de las personas y situaciones que ha estado tratando.
A partir de esta reflexión ellos surgen, listos para volver a participar de su mundo exterior con propósito, dirección y claridad.
La auto-reflexión les permite pasar de la vida que acaban de experimentar hacia la comprensión de su vida. La auto-reflexión les permite pensar en lo que hacen bien, lo que los lleva a tomar decisiones para realizar algo de una manera más profunda que antes.
La reflexión requiere de tiempo en silencio e implica un estado interior de bienestar, así como una condición externa.
Se requiere de compromiso y disciplina para tomar con éxito las medidas necesarias para derrotar el ruido interior que se produce cuando se inicia el camino a la reflexión.
Este ruido interno incide rápidamente en la resolución de uno a estar en un estado de reflexión silenciosa por los pensamientos que aparecen, pensamientos como lo que a uno se olvidó comprar en la tienda temprano en el día, o lo que alguien dijo en la oficina.
Esto lo distrae a uno de la reflexión interior significativa respecto a los valores que son más importantes para ellos.
Estos valores permiten y alientan a una persona a reconstruir el tapiz de los momentos más decisivos que han experimentado.
Estos son los momentos que se atesoran como momentos hitos en su vida; momentos de alegría, momentos creativos, y momentos placenteros de la naturaleza, que proporcionan la energía positiva para utilizar su creatividad de manera más efectiva en el momento presente.
Al centrarse en las cualidades de los momentos más definitorios de uno, le permite a uno clarificar y definir mejor lo que uno es.
Uno observa lo que es lo que más les importa y cómo quieren utilizar su tiempo, energía, experiencia, habilidades y recursos para obtener el máximo beneficio de sus patrones previos del pasado y lo que tienen como sus expectativas de futuro.
Se sienten más desapegados de las experiencias del pasado; se sienten más compasivos y más centrados en su momento presente.
Se sienten que están viviendo su vida con mayor abundancia, confianza, entendimiento natural y claridad sobre el camino a seguir.
Al encontrar un poco de soledad y hacerse el tiempo para la auto-reflexión, se puede volver a descubrir la belleza y el amor que los rodea y dentro de su propia vida.
Les permite momentos de tranquilidad para estar presente con sus pensamientos.
Esto les permite un tiempo en silencio para reflexionar sobre su vida y lo verdaderamente afortunados que son por todo lo que tienen y por lo que son.
Mientras me despido, les pido que mediten y reflexionen sobre estas palabras.
YO SOY el Arcángel Gabriel
© 2014 Marlene Swetlishoff




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