LADY NADA – TRANSMISIÓN DE LA
LLAMA DE LA RESURRECCIÓN:
Amantísimos hermanos:
Bienvenidos seáis a este Templo Maravilloso que es el hogar de todos aquellos que amorosamente acepten la invitación al mismo. A través de los tiempos siempre se ha hablado de la Resurrección, acerca del renacer que cada ser tiene en cada momento de su existencia. La Resurrección como vosotros mismos lo sabéis, es el despertamiento de la conciencia, es el elevar vuestra vibración desde un estado inferior hacia un estado superior, es el despertamiento de cada uno de los seres. Al igual que cada uno de los astros existentes en vuestro Universo que al despertar el alba, empiezan a iluminar con su radiante Luz y al anochecer se ocultan para darle lugar a la noche en la sombra. Así mismo cada uno de los seres día tras día va evolucionando y va dejando atrás algunas de sus limitaciones.
Cada ser tiene la
conciencia renovada en el momento mismo en que se permite entrar en estados de
silencio, entrar en estados de reflexión y por ello se permitieron estos
momentos especiales en donde se dio la Iluminación a algunos seres para que
crearan una imagen que ahora vosotros conocéis como la “Semana Santa” y cuya finalidad en aquel
entonces era llevar a cada uno de los seres a momentos de introspección, a
momentos de reflexión interior, a que cada uno se tomase un tiempo durante un
ciclo determinado para analizar su propia existencia, haciendo un pare en todas
sus actividades externas, calmando su mente de todo tipo de ruido, de todo tipo
de experiencia humana, aislándose totalmente del mundo material. Hoy
desafortunadamente la humanidad ha olvidado esos momentos. Hubo una época en
que incluso esta semana, aunque mal enfocada, dirigida hacia el sufrimiento de
nuestro Amado Hermano Jesús, que se intensificó en las mentes de los seres
humanos y no de forma adecuada, sin entender el verdadero significado del
mismo.
Sin embargo cada alma en
su devoción, en su amor profundo, dedicaba estos momentos para estar consigo
mismo, para recogerse en los sonidos de la música mística, de la música
profunda que adentraba dentro de su conciencia, en su propia Alma, recordándole
que él no era ese ser de carne y hueso encarnado; sino que era igualmente un Alma, un
Alma que debía recogerse, un Alma que necesita de un tiempo para que la
conciencia externa pueda escucharla, para que su sonido interior pueda florecer
externamente y manifestarse. Un Alma que llegaba profundamente a la conciencia
externa, recordándole que su paso por este mundo era igualmente corto y que su
tiempo debía dedicarlo para su propia evolución, para hacer un análisis
profundo de su propia vida, para ser un observador de la existencia que hasta
ahora había llevado a cabo. Era el momento donde cada ser permanecía en
quietud. Algunos con devoción se acercaban a las diferentes ecclesias, más en
el fondo lo que se pretendía era que el ser externo se conectara con el ser
interno y reflexionara sobre la vida que hasta ese instante había llevado a
cabo, sobre cada una de las experiencias vividas, sobre cada uno de los
propósitos nuevos que debía emprender para poder mejorar aún más esa personalidad
que se estaba desenvolviendo en el mundo físico.
Actualmente amados
hermanos, muchos de vosotros os habéis dejado llevar por la palabra –que hoy es
la de moda– el “Estrés”. Habéis permitido que la
vida misma os lleve en una carrera loca y ahora habéis entendido el descanso
como una forma de diversión externa, manteniendo siempre vuestra mente ocupada
en diversas actividades, en forma tal, que vuestro Espíritu tiene pocas
oportunidades para comunicarse con vuestro externo, con vuestro ego, con vuestra
personalidad, haciéndole caer en cuenta del error en que se está sumiendo; de cómo día tras día se
está dejando contaminar aún más por las experiencias externas y como
consecuencia, está permitiendo que su vibración día tras día sea más baja, en
forma tal, que su Magna Presencia no pueda expresarse libremente, impidiéndole
evolucionar en forma ascendente.
Hoy os hacemos un llamado
a todos aquellos que tengan su mente abierta, sus oídos atentos para escuchar
su sonido interior. Os hacemos un llamado para que os toméis momentos y tiempo
para vosotros mismos, para que dediquéis instantes en vuestras vidas y no
solamente en estas épocas sino en todos los momentos que podáis, para que
dediquéis el tiempo necesario para vosotros, para amaros, para consentiros,
para llegar a vuestra propia esencia, para apartaros de las apariencias
humanas, para poder ver vuestros conflictos como observadores, para poder
llegar vosotros mismos al entendimiento que todo lo humano tiene solución y
puede trascenderse cuando el Espíritu penetra en cada cuerpo físico y se hace
cargo de su propia evolución sin interferencias del ego, sin distracciones
externas, enfocado en un punto fundamental y trascendental que es vuestra
propia evolución.
Estos momentos de apertura
de este Templo son de vital importancia si cada ser saca el mayor provecho del
mismo. En este momento la Llama de la Resurrección está a vuestra disposición.
Y qué es la Llama de la Resurrección sino esa Energía maravillosa donde todas
la Energías del Cosmos están condensadas. La Luz Rosa con su Amor manifiesto,
la Luz Azul con su Poder Divino, la Luz Oro Rubí manifestando la Paz, la
Tranquilidad, la verdadera Cohesión en conjunto con la Luz Rosa. La Luz Verde
de la Verdad manifestando todo lo esencial para que cada ser pueda entender el
verdadero significado de su existencia. La Luz Violeta para que cada ser pueda
transformar cada una de esas energías densas de cada uno de sus cuerpos, para
que pueda liberarse de cada una de sus cristalizaciones humanas y materiales,
para que pueda liberar todas esas creencias que han sido adquiridas a través de
cada una de las diversas encarnaciones y que os mantienen atados en el mundo
material y en una creencia que no es verdadera, en un cúmulo de afirmaciones
que fueron creadas por el propio ser en su conciencia humana. Por la Luz Blanca
condensada que las contiene a todas y que es la pureza misma, que es la
transparencia, la Belleza en su máxima expresión. Entonces cuando visualicéis
que la Llama de la Resurrección penetra a través de vuestros cuerpos físicos,
empezad a sentir como esta Llama va trabajando específicamente en vuestra
materia, en las funciones que se desarrollan dentro de la misma y va trabajando
la Energía correspondiente para activar la Perfección y la Belleza en cada parte,
para traer la sanación física en cada lugar que corresponda; para traer la Iluminación
de la Luz Dorada en aquellos lugares donde la misma se manifiesta para irradiar
vuestro cerebro, que es el Cerebro que mantiene vuestro cuerpo físico,
dirigiendo cada una de las actividades con la Sabiduría misma que la Luz Dorada
proyecta sobre el mismo.
Igualmente visualizareis
como la Llama de la Resurrección va cubriendo cada uno de vuestros cuerpos,
físico, mental y emocional;
hasta conectarse con vuestro cuerpo Espiritual y unificarse con el mismo y
traer a vuestra Presencia Maravillosa de Luz, de Amor y de Verdad para que se
manifieste en cada uno de vosotros. Atraer ese Cristo Maravilloso para que se
haga presente y entonces se manifieste la Resurrección en cada uno de vosotros,
la Resurrección de vuestro cuerpo físico manifestando la perfección, la Salud
Perfecta, los pensamientos Perfectos, las emociones Perfectas, la Iluminación
Perfecta, el Amor radiando e Iluminando todo vuestro entorno, el Amor contagiando
a cada uno de vuestros hermanos, envolviéndolos plenamente; acercándoos unos a los
otros como verdaderos hermanos, resucitando en la conciencia de la unidad,
despertando la Sabiduría de que cada uno de vosotros sois parte del otro, sois
parte del planeta, sois parte del Universo, de las Galaxias.
Todo está unido en un Todo
y es la única Verdad, lo demás son apariencias, las limitaciones solo existen
en la mente de quien permite que las absorba. Todo lo que vivís es tan solo una
apariencia que llega a vuestras vidas, que no sois eso que estáis manifestando,
sino que sois un faro de Luz y de Perfección y que vuestra misión va más allá
de esas apariencias. Entonces, Amados hermanos, os invito a resucitar, os
invito a despertar, a renacer nuevamente, a levantaros de las limitaciones
humanas, a elevaros por encima de ellas y a entender y comprender cuál es
vuestra verdadera misión. Os invito a que no os dejéis llevar por el mundo de
las formas y que toméis no importa cuando ni en qué momento, la fecha no es importante,
más si decidís hacerlo en estos días es de gran importancia para vuestro
recogimiento, para vuestro entendimiento. Permaneced unas horas, un día, una
semana –lo que cada uno elija– con vosotros mismos, haciendo una introspección
acerca de vuestra vida. Haciendo un análisis profundo de lo que es
verdaderamente importante.
Al final, ¿Qué es lo que cada ser ha
de llevarse para sí mismo?
¿Qué
es lo que a cada ser verdaderamente le pertenece y que nadie puede quitarle? ¿Qué es lo que es inherente
a cada ser?
¿Qué
es lo que lo hace ser importante y trascendente? ¿Qué es lo que lo hace ser radiante,
magnético y luminoso?
¿Será
acaso el Amor el que hace que un ser brille por encima de los demás? ¿Será acaso su compasión? ¿Será acaso su ternura? ¿Será acaso su servicio y
su entrega?
Os dejo estas reflexiones,
amados míos, para que podáis resucitar plenamente.
¡Qué la Paz y el Amor estén
siempre con vosotros!
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