¿Quién soy yo?
Esta es una de las
grandes preguntas que se hace la humanidad .
Ante esta pregunta,
con lo primero que nos solemos responder es con nuestras cualidades más
desarrolladas, con las que aún están por desarrollar y mal llamamos defectos,
con nuestro nombre, diciendo en qué ciudad o país vivimos, a lo que nos
dedicamos, lo que nos gusta hacer, o describiendo nuestro físico…
Pero eso no nos calma
esa necesidad interna de saber quiénes somos realmente. Porque tú y yo no somos
eso. Cuando respondemos así, nos damos cuenta de que estamos identificando a
nuestro Yo Soy con el exterior, con lo que hago o no hago, con mis creencias,
con mi profesión, con mi nombre, con mi apariencia…
En definitiva, con
nuestro ego. Tú y yo no somos nada de eso, tú y yo somos YO SOY. ¿Qué significa
YO SOY? Yo Soy es el nombre de la divinidad, de Dios, del Todo. Y todos decimos
«Yo Soy» y al hacerlo, no nos damos cuenta de que somos Dios. Tú y yo somos
esencia divina. Tú y yo somos Uno.
Tú y yo somos Dios.
Imagínate un océano,
sabes que es inmenso. Tú sabes que si cogiésemos una sola gota del océano,
podríamos ver en su composición la esencia de todo el océano, ¿verdad? Tú
y yo somos dos gotas del océano que tenemos la misma esencia que todo el
océano.
Tú y yo somos en
esencia Dios. Tu Ser y mi Ser, son Dios. Dios, la Divinidad, el Universo o el
Todo, como prefieras llamarlo, es la Potencialidad Pura, la Inteligencia Creadora,
el Amor, la Energía, la Vibración… Y por eso, tú y yo también somos todo
eso. Tú y yo somos Dios Creador de nuestra realidad.
Si Dios es la
Inteligencia Creadora, tú y yo poseemos esa misma esencia y estamos creando
nuestra realidad constantemente sin darnos cuenta. Creamos cada día, cada
segundo, cada situación, con nuestros pensamientos y emociones.
Si te cuesta
comprender esto, pregúntate cuántas veces has deseado algo y ha ocurrido, y
pregúntate también cuantas veces no has deseado algo y has pensado y temido
tanto eso que ha ocurrido.
Si te das cuenta, me
dirás que muchísimas veces. Así que ahora que lo sabes, comienza a ser
consciente de tu poder creador, de tu inmensidad y, dedícate en cada momento a
prestarle atención únicamente a la realidad que deseas y así será. Porque Creer
es Crear.
Y si en tu nueva
práctica de prestarle atención a la realidad que deseas en algún momento del
día te viene un pensamiento negativo, acéptalo, no luches contra él y vuelve a
la calma, recuerda que los miedos y la negatividad no son reales y repítete
estas afirmaciones en voz alta y siendo consciente del significado de cada
palabra:
Yo Soy la Luz Yo Soy
la Verdad Yo Soy la Alegría Yo Soy el Amor Yo Soy Después, vuelve a prestar
atención a la realidad que deseas desde la calma y el silencio, imagínala,
siente la emoción que te provoca que ya es así, y agradécela.
Mantén una actitud
positiva durante cada día. No visualices ni cuándo ocurrirá, ni cómo o dónde,
porque de eso, se encarga el Universo. Tú solo debes ocuparte de visualizar,
sentir la emoción que te genera y agradecer y tener una actitud positiva. Hemos
venido aquí para experimentar, para jugar, para aprender y ser felices, no a
sufrir.
Te invito a instalar
esta creencia sana en ti. No pierdes nada por probar algo nuevo, por
experimentar bienestar y jugar a crear tu realidad. Porque funciona, y no te
arrepentirás. No olvides nunca que tus deseos son órdenes para el Universo que
está deseoso de hacerlos realidad. Lo que te libera es la verdad, no el esfuerzo
por ser libre, así que hoy quiero compartir contigo esta verdad:
«La única verdad y
creencia que debemos integrar para verdaderamente vivir en plenitud y felicidad
es Yo Soy Dios Creador de mi Realidad». Y si en este proceso de despertar en
algún momento no sabes quién eres, simplemente di YO SOY.
¡¡Feliz y exitoso
día!!
Autora: Eugenia Gil
Pascual Licenciada en Psicología y Neuropsicóloga.
Atrévete a Ser – Psicología Holística, Crecimiento Personal y
Espiritualidad.
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