Cero parásitos
Cuando uno se pone a trabajar en
cualquier cosa, en cualquier objetivo, por cualquier causa, con cualquier meta
enfrente, aparecen obstáculos. Se hace inevitable. Algunos son parte del
proceso de crecimiento, de aprendizaje, están puestos ahí por la vida, por los
resultados de las diferentes elecciones que hemos hecho, por la manifestación
de procesos energéticos generados con anterioridad. Otros vienen por las
dinámicas del entorno en el que nos movemos, por las leyes de causalidad,
causa-efecto de todo lo que se mueve en nuestro plano, y por las fuerzas
invisibles qué, depende de lo que nos hayamos propuesto hacer, tratarán de
bloquearnos el camino.
Pero otras veces esos obstáculos son cosas más tangibles,
cosas cotidianas, mundanas, y de nuestro entorno, incluso creados por nosotros
mismos, quienes, consciente o inconscientemente, vamos poniendo algunas
piedrecillas en el camino. Estos “obstáculos” o elementos que nos restan
energía y que no nos permiten avanzar cómo queremos los podemos denominar
“parásitos” (pero nada que ver con el concepto de parásito o larva de las
terapias de sanación) y son todas las posibles barreras que pudieran
interponerse entre una persona y su objetivo final.
Cosas
que nos consumen energía
Para entendernos, un parásito es una cosa que nos consume
energía y que aún toleramos. Algo que depende de nosotros y que podríamos
suprimir. El parásito puede ser algo sencillo que no nos molesta demasiado,
cómo el hecho de tener cambiar una bombilla e ir dejándolo cada vez para el día
siguiente o algo que nos agota cómo pueden ser relaciones complicadas con un
colega pesimista y negativo, un trabajo realmente nefasto, etc.
Por ejemplo. Imaginaros un tubo de riego. Queréis regar
el seto que se encuentra al fondo del jardín dónde tenéis unas rosas. Resulta
que vuestro tubo está perforado. Aún más, cada día, nosotros y los demás, vamos
haciendo nuevos agujeros en el tubo de riego a medida que se nos acumulan esas
cosas que nos quitan la energía (el agua de la manguera). El tubo acaba por
tener fugas, y, si no hacemos nada, cada día tiene más fugas. ¿Resultado? La
presión disminuye cada vez más hasta tal punto que apenas llega agua para regar
el seto dónde se encuentran las rosas.
El tubo somos nosotros, y las rosas nuestro objetivo, sea
el que sea. En nuestra vida cuándo aceptamos esas fugas de agua, sufrimos
pérdidas de energía casi constantemente. Por efecto acumulativo, este modo de
funcionar acaba por consumir toda nuestra energía vital y apenas somos
conscientes de ello. En estas situaciones, que las tenemos todos, uno tendría
que intentar alcanzar un estado libre de “parásitos” de forma que:
–
No dejemos escapar nuestra energía vital
– Dejemos de sufrir con situaciones que podríamos cambiar
– No toleremos las cosas sin reaccionar y seamos más proactivos
– Pasemos a un estado de tolerancia cero, cero molestias, cero interferencias y una visión clara de hacia dónde vamos y que hacemos para llegar allí.
– No permanezcamos pasivos frente a consumos de nuestra energía vital
– Encontremos la forma de salir de los compromisos, de las explicaciones y de justificaciones para hacer cosas que no queremos hacer y que no nos permiten hacer lo que queremos de verdad.
– Dejemos de sufrir con situaciones que podríamos cambiar
– No toleremos las cosas sin reaccionar y seamos más proactivos
– Pasemos a un estado de tolerancia cero, cero molestias, cero interferencias y una visión clara de hacia dónde vamos y que hacemos para llegar allí.
– No permanezcamos pasivos frente a consumos de nuestra energía vital
– Encontremos la forma de salir de los compromisos, de las explicaciones y de justificaciones para hacer cosas que no queremos hacer y que no nos permiten hacer lo que queremos de verdad.
Encontrando
los parásitos
Para llegar a estar libre de parásitos primero uno tiene
que hacer una lista de cosas que le consumen energía y de cosas que nos impiden
en este momento ponernos a realizar aquellos cambios que sean necesarios para
moverse en la dirección del objetivo a conseguir. ¿Necesitas tiempo para
estudiar o aprender algo nuevo? Pues busca los parásitos que te quitan ese
tiempo precioso y aprovéchalo para ejecutar acciones que nos muevan en la
dirección a la que queremos ir. ¿Necesitas recursos para empezar a montar algo
nuevo en nuestra vida? Averigua si hay algún obstáculo que te impida obtenerlos
e intenta superarlo.
Una buena media, para empezar, sería identificar unas
decenas de esos parásitos presentes actualmente en nuestra vida, por qué
al final, cuando empezamos a buscarlos, nos daremos rápidamente cuenta que son
muchos, y que los encontramos en todos los ámbitos. Es importante hacer esta
lista por escrito, apuntarlos tal y cómo van apareciendo, siendo creativos.
¿Dónde
están esos parásitos?
Como ya podéis imaginar, están en todas las áreas de
vida:
Relaciones
profesionales: el entorno, nuestros jefes y compañeros, el transporte, el
tiempo que invertimos en él, etc.
Relaciones personales: familia, amigos, vecinos, reuniones obligadas, etc.
Trabajo: nuestro despacho o espacio para trabajar, nuestras tareas, el entorno físico…
Nuestro hogar: cosas que posponemos constantemente, una reorganización para tener más espacio, comprar una mesa para montar el primer despacho para trabajar desde casa, etc.
El coche: llevarlo al taller, limpiarlo, , etc.,
El ordenador: una revisión de nuestros hábitos con la informática, las herramientas que necesitamos y nunca instalamos, el tiempo que perdemos sin hacer nada, etc.
La economía: los problemas relacionados con el dinero, nuestra situación financiera, nuestros gastos…
La salud: comida, ejercicio, ir al médico, etc.
Relaciones personales: familia, amigos, vecinos, reuniones obligadas, etc.
Trabajo: nuestro despacho o espacio para trabajar, nuestras tareas, el entorno físico…
Nuestro hogar: cosas que posponemos constantemente, una reorganización para tener más espacio, comprar una mesa para montar el primer despacho para trabajar desde casa, etc.
El coche: llevarlo al taller, limpiarlo, , etc.,
El ordenador: una revisión de nuestros hábitos con la informática, las herramientas que necesitamos y nunca instalamos, el tiempo que perdemos sin hacer nada, etc.
La economía: los problemas relacionados con el dinero, nuestra situación financiera, nuestros gastos…
La salud: comida, ejercicio, ir al médico, etc.
Buscando
la forma de eliminarlos
Para cada uno de esos parásitos que hemos identificado
hemos de proponer una forma de deshacernos de ellos, o transformarlos de forma
que no se conviertan en obstáculos o derrochadores de energía.
Esto se puede hacer bien arreglando, comprando,
ejecutando, cambiando lo que sea, o bien hablando con la gente, adaptando las
circunstancias, renunciando a cosas o diciendo que no a otras. Pero ojo. No se
trata de pelearse con todo el mundo y poner nuestra vida y la de nuestra
familia patas arriba. La eliminación de estos parásitos se puede hacer de forma
natural, encontrando la forma de transformar una situación que no es de nuestro
agrado en otra que nos evite una pérdida de energía, motivación y buen humor.
Se impone el sentido común y la lógica de cada uno de nosotros para encontrar
la forma que mejor nos va para proceder a la eliminación del parásito.
El objetivo es conseguir deshacernos con el tiempo de
todo aquello que en estos momentos pueda ser una carga y una cadena que nos ata
a una situación en la cual no queremos estar y nos impide ir recorriendo el
camino hacia dónde queremos ir. No se trata de poner nuestra vida patas arriba.
Se trata de pensar y evaluar con calma nuestra situación y planificar acciones
que puedan hacernos soltar lastre, poco a poco, actualizando nuestra vida e
integrando cada uno de los pasos que demos en nuestro ser. La idea, una vez
más, es ir creciendo, ir evolucionando e ir cambiando lo que tenemos ahora por
aquello a lo que queremos llegar.
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