Madres – La Fuente de Vida y Otras Cosas
El Día de las Madres se celebró en muchas partes del mundo en este fin de
semana pasado y todos tienen opiniones diferentes sobre este día. Para quienes
su madre amada ha fallecido pueden haber sentido tristeza o dolor en ese
día.
Otros no tanto cuando tienen que enviar una postal o un regalo, o dedicar
tiempo a su madre porque están enojados, resentidos y dolidos por lo que ella
ha hecho o no ha hecho por ellos. Otros quisieran haber elegido una madre
diferente de la que tiene y están los que disfrutan este día, aprecian a su
madre y les alegra dedicarle tiempo a ella.
Sea cual sea su experiencia de ‘madre’ elegimos conscientemente la madre que
aceptó darnos la vida, dejando en nosotros una huella específica de ADN
emocional, fijando paradigmas energéticos detallados y parámetros dentro de
nuestro cuerpo de energía y creando las bases para lo que sería nuestro
propósito de vida para que aprendiéramos a amarnos y empoderarnos.
Podemos juzgar a nuestra madre porque no sea lo suficientemente buena,
por no amarnos, apoyarnos o guiarnos suficientemente, por ser cruel,
despreocupada y cosas peores, y no obstante ella hizo exactamente lo que le pedimos
que hiciera dentro de nuestro contrato compartido del alma.
La madre que esperábamos sirviera nuestras necesidades emocionales a
tantos niveles, pero no siempre en la forma que pensamos que ella debía. En su
lugar, ella sirvió a nuestras necesidades espirituales y kármicas y para
entender a nuestra madre y su papel en nuestras vidas y ser capaces de liberar
las emociones respecto a ella, tenemos que entenderla también a ella desde esta
perspectiva.
Como nota adicional, esto no excusa el comportamiento inadecuado de
alguien o hace que sea correcto porque no es así. Todos pueden elegir sus
acciones y algunos ejercen sus contratos Álmicos en la forma más reprobable
posible.
Pero cuando nos cargamos de enojo, resentimiento o malestar respecto a lo
que nuestras madres hicieron o no hicieron, cómo nos trataron, o lo que
hubiésemos querido que ellas hicieran o fuesen en su lugar, limitamos nuestras
vidas y la expansión de nuestra energía por senderos más alegres y
plenos.
El alma que acuerda convertirse en nuestra madre en una vida es, por
cierto, la persona más importante e influyente en nuestro grupo álmico. Eso no
significa que vayan a tratarnos con bondad amorosa, significa que van a cumplir
la misión de su alma en nuestras vidas de la forma que mejor puedan, según
nuestro contrato del alma.
Hay tres aspectos de la energía física, emocional y espiritual de la
madre
- A
través del aspecto físico nuestra madre acuerda darnos la vida, traernos
al mundo.
- A
través del aspecto emocional ella acuerda energizar nuestra impronta en el
ADN emocional creando nuestro paradigma de poder.
- A
través del aspecto espiritual, tenemos nuestro contrato álmico con ella
que fija las bases para otros dos aspectos, que incluyen la sanación de
nuestro karma con nosotros mismos, con nuestro grupo álmico y con
ella.
Al reconocer estos tres aspectos de la maternidad, nuestra relación con
la madre comienza a adoptar nuevas dimensiones y podemos considerarlo desde una
perspectiva totalmente diferente.
Parte de nuestro trabajo como seres conscientes e iluminados fue el de
preparar a la tierra para nuevas generaciones de niños y para ser el tipo de
padres que ellos necesitarían para expresar plenamente su energía. Lo que
aprendimos de nuestras madres nos ayudó a hacer eso porque nos convirtió en
padres más conscientes – conscientes de la energía, sentimientos, emociones,
acciones, potencial, dolor, traición y poder.
La mayoría de los nacidos antes de los 80 tenían madres poderosas
encerradas en vidas impotentes y a veces vertieron sus frustraciones sobre
nosotros. En mis años de asesoramiento intuitivo me ha asombrado el número de
madres enfermas mentalmente, desorientadas y hasta psicóticas.
Sus hijos se convirtieron en víctimas de energías que no podían utilizar,
manejar o expresar y fueron muy mal tratados. Me sorprende que algunos de mis
clientes hayan logrado vencer su niñez porque su experiencia fue terrible.
Como adultos, utilizamos lo que experimentamos con nuestra madre para
lograr un mayor propósito en nuestro uso del poder o vivir en agonía
silenciosa, dolor e impotencia al tener una madre que no nos dio suficiente
apoyo, guía o atención, o al menos eso creemos. O que nos dañó tanto emocionalmente
que nunca nos recuperamos.
Podemos utilizar la celebración del Día de las Madres para amamantarnos,
para liberarnos de una carga de energía muy tóxica perdonando a nuestras por
todo lo que hicieron o no hicieron y reconocerlas como maestras espirituales
que han sido.
Y entonces amarnos de la forma en que queremos ser nutridos, apoyados,
guiados y amados, comenzando con nosotros mismos lo que entonces atrae a
personas amorosas que nos pueden llevar más allá de la experiencia del contrato
del alma con nuestra madre dándonos una nueva experiencia de amor que podamos
incorporar, encontrar en ella paz y compartirla con el mundo.
Y si a través de nuestra experiencia en la niñez fuimos padres más
compasivos, amorosos y conscientes con nuestros hijos entonces podemos celebrar
nuestra victoria al haber concluido el ciclo kármico creando un nuevo nivel de
maternidad empoderada que honra la misión del alma madre/hijo y el propósito de
vida en una forma más amorosa, respetuosa y sostenida.
Jennifer Hoffman
Derechos de autor reservados © 2016 por Jennifer
Hoffman. Pueden citar, traducir, reimprimir o referirse a este mensaje si
mencionan el nombre de la autora e incluyen un vínculo de trabajo a: http://enlighteninglife.com
Traducción: Fara González
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del
Ahora
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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