"¿QUIÉN SERÍA MI ESPIRITU PROTECTOR?"
Comúnmente
en el medio espírita, nos encontramos con personas tejiendo los más diversos
comentarios al respecto de sus Espíritus protectores. Tales compañeros,
(principalmente en charlas públicas y libros) se remiten a la presencia de los
Guías en momentos de intimidad, de dificultades, de alegría. También
relatan las opiniones y / o interferencias de los Espíritus protectores en
elecciones y decisiones tomadas por el tutelado. Es importante resaltar,
que los referidos compañeros, alegan ver, oír, e interactuar con sus
protectores, llegando incluso a saber el nombre del mismo.
Sin
embargo, la gran mayoría de los encarnados "queda sólo en la
voluntad". Porque es un hecho que deseo y curiosidad de tener un
contacto más efectivo, saber identidad y nombre del Espíritu Protector, es
sueño y / o deseo, que habita la mente y el corazón de la gran mayoría de las
personas.
Por
lo tanto, objetivando serenar nuestros corazones, y para que no "morimos
de envidia" de aquellos compañeros que relatan sus experiencias con sus
Guías Espirituales. Para que sepamos discernir, lo que "procede"
y lo que "no procede" de las experiencias fantásticas,
relatadas. Para que sepamos diferenciar un Espíritu "Protector",
de un Espíritu "familiar", o de un Espíritu "simpático", es
que escribo el presente artículo. La fuente que saciará nuestra sed, y nos
confortará será El Libro de los Espíritus, que en su Capítulo IX, Item VI,
desarrolla el asunto bajo el título de "Ángeles de la Guarda, Espíritus Protectores
y Familiares o Simpáticos".
Inicialmente,
buscamos saber "quién" son los Espíritus Protectores o Ángeles de
Guarda y cuál es su misión. A este respecto, nos dicen los Espíritus de la
Codificación, que los Guías Espirituales, son Espíritus de "orden
elevado", que se unen a un individuo en particular, como un hermano
espiritual. En cuanto a la misión del Espíritu protector, es la misión de
un padre para con el hijo, es decir, conducirlo por el buen camino, ayudarle
con sus consejos, consolarlo en sus aflicciones, sostener su coraje en las
pruebas de la vida . (LE, 491)
Es
importante resaltar, que el Espíritu protector está ligado al individuo desde
su nacimiento hasta la muerte, pues frecuentemente la conexión prosigue en el
plano espiritual, e incluso a través de varias experiencias
reencarnaciones. Esto porque, según la Espiritualidad Superior, las
vivencias en el mundo material no son nada más que fases bien cortas de la vida
del Espíritu.
Ante
estas afirmaciones, somos conscientes, que todo Espíritu Protector, es
obligatoriamente un Espíritu de moralidad e intelectualidad elevada, habida
cuenta de la complejidad y grandiosidad de su misión, que es de conducir un
espíritu imperfecto a la perfección. Si bien es profundo conocedor del
alma de su protegido, siendo sabedor de sus conflictos, vicios morales, miedos,
limitaciones, cualidades, conquistas, y potencialidades evolutivas, por
acompañarlo desde existencias pretéritas.
Es
importante resaltar, que aunque algunas personas consideren imposible que los
Espíritus de alta evolución queden restringidos a una tarea tan penosa y
continua, aseguran los Maestros Espirituales, que aun estando a años luz de
distancia, para los Espíritus Superiores no hay espacio, e incluso viviendo en
mundos evolucionados, permanecen ligados a sus protegidos, pues gozan de dones
por nosotros no concebidos. A este respecto, Kardec de forma pedagógica
aclara, que los Espíritus disponen del "fluido universal" (tema
objeto de estudio en El Libro de los Espíritus) que permea y liga todos los
mundos, siendo por lo tanto vehículo de la transmisión del pensamiento, como el
aire es para nosotros el vehículo de la transmisión del sonido.
Por
lo tanto, en lo que concierne a la comunicación con nuestro Espíritu protector,
esta comunicación se hace a través de los "presentimientos" que
comúnmente sentimos. Son los presentimientos, el consejo íntimo y oculto
de un Espíritu que nos desea el bien. El Espíritu protector busca advertir
su tutelado con el fin de hacerlo vivir de la mejor manera posible, sin
embargo, muy a menudo, cerramos los oídos y las puertas del corazón para las
buenas advertencias, y nos volvemos infelices por nuestra culpa.
En
lo que se refiere a la presencia constante del Espíritu Protector con su
protegido, dicen los Espíritus de la Codificación que hay circunstancias en que
la presencia no se hace necesaria. Sin embargo, mientras necesitamos
reencarnar en el planeta Tierra, (planeta de pruebas y expiaciones) no tenemos
condiciones de guiarnos por nosotros mismos, necesitando de la orientación y
protección efectiva de la guía espiritual.
En
cuanto al contacto entre tutelado y Espíritu protector, como hablamos al inicio
del artículo, la "gran mayoría de las personas" no tienen
experiencias ostensibles, que puedan recordar e informar. Por lo que fue
dicho anteriormente por los Maestros Espirituales, ya entendemos, que en razón
del elevado grado evolutivo del Ángel Guardián, no tiene como ser visto y / o
oído objetivamente por los encarnados en el planeta Tierra.
A
continuación, Kardec lanza el siguiente cuestionamiento a los Espíritus de la
Codificación:
- ¿Por qué la acción de los
Espíritus en nuestra vida es oculta, y por qué, cuando nos protegen, no lo
hacen de manera ostensible? La respuesta dada fue la siguiente: "Si
contáis con su apoyo no actuáis por vosotros mismos y vuestro Espíritu no
progresaría. Para que él pueda adelantarse necesita experiencia, y en
general es necesario que adquiere a su costa; es necesario que ejercite
sus fuerzas, sin lo que no sería como un niño a quien no dejan andar
sola. La acción de los Espíritus que os quieren bien es siempre de manera
a dejar el libre albedrío, porque si no tuviese responsabilidad no os
adelantáis en la senda que os debe conducir a Dios. No viendo quien lo ampara,
el hombre se entrega a sus propias fuerzas; no obstante,
Ante
las palabras arriba expuestas, queda evidente que las Guías Espirituales no
interfieren objetivamente en la vida de sus tutelados.Es un hecho, que tenemos
como condición "sine qua non" para la evolución espiritual, la
libertad de hacer elecciones, y responder por éstas, derivando de ahí, el
aprendizaje y consecuente evolución del Espíritu. ¡El libre albedrío del
tutelado jamás será irrespetado por los Protectores Espirituales! Lo que
efectivamente nos dará fuerza y coraje para avanzar en los caminos
evolutivos, es la certeza de que se tiene un amigo, un hermano, a velar por
nosotros, solidario en el dolor y la alegría.
Ahora
vamos a tratar de otro aspecto provocador de gran curiosidad, que es la
cuestión de saber el "nombre" de la Guía Espiritual. A este
respecto, es Kardec quien indaga a los Maestros Espirituales en la cuestión 504
de El Libro de los Espíritus, si podemos siempre saber el nombre de nuestro
Espíritu protector o Ángel de la Guarda.Observemos la respuesta dada por los
Espíritus: "¿Cómo queréis saber nombres que no existen para
vosotros? ¿Acreditáis, entonces, que sólo existen los Espíritus que
conocéis? "(Detallé) Luego, en la cuestión complementaria 504-a, el Codificador cuestiona,
que si no lo conocemos, ¿cómo vamos a invocarlo? Y una vez más, con toda
la rapidez responden los Espíritus superiores, que podemos dar el nombre que
queramos, sugiriendo incluso, que elegimos el de un Espíritu superior que
tengamos simpatía y respeto.
No
dando por satisfecho en lo que se refiere a la cuestión del nombre de los
Espíritus protectores, persiste Kardec en la cuestión 505 indagando, si los
Espíritus protectores que toman nombres comunes serían siempre los de personas
que tuvieron esos nombres. Los Mentores responden categóricamente que no,
añadiendo, que muy comúnmente, Espíritus simpáticos a nuestros Guías
Espirituales, o, por determinación de éstos, pueden venir a atendernos.
Para
que mejor comprendamos como se da la sustitución, usan los Espíritus de la
siguiente analogía: cuando nosotros encarnados, no podemos por alguna razón
realizar personalmente alguna actividad, o misión, enviamos a alguien de
nuestra confianza para que nos represente actuando en nuestro nombre. Por
lo tanto, la cuestión del nombre es el de menos, pues lo que importa es la
certeza de la existencia de esa Guía Espiritual que según los Espíritus de la
Codificación, conoceremos su identidad y lo reconoceremos cuando estamos en la
vida espírita, pues frecuentemente, ya lo conocemos otras encarnaciones.
En
cuanto a la posibilidad de que un padre o una madre vengan a convertirse en el
Espíritu protector del hijo o hija sobreviviente, nos dicen los Maestros
Espirituales, que para que un Espíritu se vuelva "protector" de alguien,
deberá tener un cierto grado de elevación , además de un poder y una virtud
más, concedidos por Dios. Por lo tanto, cuando el Espíritu de padres o
madres, protegen hijos o hijas, seguramente estarán asistidos por un Espíritu
más elevado, pues su poder está más o menos restringido a la posición evolutiva
en que se encuentran, no siempre siendo permitidos, toda libertad de
acción.(LE, Cap. XIX, Libro II, página 507/508)
Otra
cuestión a ser aventada, trata de la posibilidad de tener varios Espíritus
protectores. A este respecto, nos dicen los Maestros espirituales que
"cada hombre tiene siempre Espíritus" simpáticos ", más o menos
elevados, que le dedican afecto y se interesan por él, como hay también, los
que le asisten en el mal." Añaden, que los Espíritus
"simpáticos", "a veces pueden tener una misión temporal, pero en
general son sólo solicitados por la similitud de pensamientos y de sentimientos,
en el bien y en el mal", puesto que, el hombre encuentra siempre Espíritus
que simpatizan con él, (...) (...) (LE, Cap. XIX, Libro II, págs. 512/513 y 513
a)
Con
el objetivo de una mejor comprensión de lo que fue expuesto, me voy a
apropiarme del cierre hecho por Kardec, cuando así resumió las explicaciones
dadas por los Maestros Espirituales sobre la naturaleza de los Espíritus que se
ligan al hombre:
- El Espíritu protector, ángel
de la guarda o buen genio, es aquel que tiene por misión seguir al hombre en la
vida y ayudar a progresar. Es siempre de una naturaleza superior a la del
protegido.
- Los Espíritus familiares se
ligan a ciertas personas a través de lazos más o menos duraderos, con el fin de
ayudarles en la medida de su poder, a menudo bastante limitado. Son
buenos, pero a veces poco adelantados e incluso livianos; se ocupan
voluntariamente de detalles de la vida íntima y sólo actúan por orden o con permiso
de los Espíritus protectores.
- Los Espíritus simpáticos son
los que atraemos a nosotros por afectos particulares y una cierta semejanza de
gustos y de sentimientos, tanto en el bien y en el mal. La duración de sus
relaciones está casi siempre subordinada a las circunstancias.
Para
finalizar, estemos conscientes y confiados de que "todos nosotros"
seres humanos encarnados y desencarnados, mientras estamos en una condición de
elevación espiritual sufriente, vinculados a los más diversos vicios morales,
reencarnando en planetas de pruebas, expiación, regeneración, tendremos por
necesidad de amparo y orientación, un Espíritu protector de alta elevación - por lo que no es visible. A este
amoroso guía espiritual, podremos atribuir el nombre que queramos, pues él nos
atenderá siempre, independientemente de "nombres" - pues él no tiene nombre de Espíritus
conocidos en la Tierra. Estemos atentos a nuestros
"presentimientos", pues nuestro Ángel Guardián, se comunica con
nosotros a través de intuiciones y presentimientos.Nuestra guía espiritual es
el amigo que más nos conoce, por acompañarnos en numerosas jornadas
reencarnaciones, siempre estando presente en los momentos más solitarios,
infelices, dolorosos, como en los momentos más felices de nuestra vida. Y
por fin, tengamos la certeza, que será él a recibirnos cuando de nuestro
regreso al mundo espiritual, cuando para nuestra alegría, lo reconoceremos y lo
identificaremos! ¿Habrá algo más consolador?
María
de las Gracias Cabral.
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