¡DESCUBRAN LAS EMOCIONES CAUSANTES DE LOS
DOLORES EN LAS DIFERENTES PARTES DE LA ESPALDA!... CSE
"EL CODIGO DE SANACION EMOCIONAL" C.S.E.·
Trabajemos, sanemos, reconozcamos, y aceptemos, las
diferentes emociones Pensamientos, juicios y criticas causantes de esta
dolencia que se manifiesta y padecen un porcentaje altísimo de la población de
la tierra.
ESPALDA (en general)
La espalda representa el sostén y el soporte de la
vida. Es el lugar que me protege si me siento impotente frente a una persona o
una situación (doy la espalda) en caso de necesidad. Si mi peso es excesivo, si
carezco de “respaldo” o si no me siento bastante “respaldado” (afectivamente,
monetariamente, etc.), mi espalda reaccionará en consecuencia y ciertos dolores
(agujetas) pueden manifestarse. Puedo tener la espalda ancha y ser capaz de
recibir o bien inclinarme humildemente, inclinarme por respeto o aceptación.
Poco importa el motivo, un dolor de espalda indica que
quiero quizás salvarme de algo colocándolo detrás mío, porque es con mi espalda
que olvido las experiencias que me causaron confusión o pena. Pongo todo lo que
no deseo ver o dejar ver a los demás, jugando así a la avestruz.
Estoy profundamente herido, incapaz actualmente de
expresar estas emociones bloqueadas. ¡Rechazo ver lo que me conviene!. ¡Acepto
liberar ahora las energías retenidas en los lugares que me duelen!Una espalda
flexible pero fuerte indica cierta flexibilidad mental y una gran apertura
mental contrariamente a las rigideces dorsales que significan orgullo, poder y negación
a ceder.
Sentado bien cómodamente, puedo tener la sensación de
estar protegido, en total seguridad.
Sin embargo, aun cuando mi espalda sirva para soportar
estas cosas indeseables y jugar a la “avestruz”, acepto ver lo que me molesta y
expresarlo.Actuando de este modo, me libero del peso que llevaba.
La postura adoptada da indicaciones sobre lo que vivo
y sobre mi modo de transigir con las situaciones de mi vida: si estoy en
reacción frente a la autoridad, si quiero tener razón frente a alguien o frente
a algo, voy a “tensar la espalda” por orgullo. Si, al contrario, vivo sumisión,
si tengo miedo, si me siento débil, voy a “curvar la espalda” y cuantas más
grandes sean mis preocupaciones, más “me dolerá la espalda”. Ciertas personas
integran más las dificultades de la vida en la escritura, el diálogo o el
intercambio. Elijo el medio que mejor me conviene y dejo que la vida fluya en
mí para aprender a expresarme más y afirmarme cuando lo necesito. Acepto que la
vida me sostenga en cada instante y “levanto los hombros”, sabiendo que tengo
la fuerza necesaria para realizar todos mis proyectos.
ESPALDA (dolores de…) PARTE SUPERIOR DE LA ESPALDA (7
vértebras cervicales)
La parte superior de la espalda corresponde a la
región del corazón y al centro energético cardíaco.Los dolores de espalda se
refieren a los primeras fases de la concepción, a las necesidades de base y a
la estructura más fundamental del ser.Las 7 vértebras cervicales están
particularmente referidas en este sector.Las vértebras cervicales se refieren a
la comunicación y a mi grado de apertura frente a la vida.Mi ingenuidad puede
hacerme vulnerable a este nivel. Si tengo la sensación que se me quiere juzgar,
criticarme o herirme, podré estar afectado en este plano y tendré tendencia a
encerrarme como una ostra.Las cervicales C1, C2, y C3 están particularmente
afectadas si me desvalorizo al nivel de mis capacidades intelectuales y las
cervicales inferiores reaccionarán a la injusticia que puedo tener la sensación
de vivir en mi vida o a la que veo alrededor mío y que me repugna.Además, cada
vértebra me da las informaciones adicionales sobre la fuente de mi malestar.
C1 = primera vértebra cervical que se llama el ATLAS y
que lleva el número C1, sirve de soporte a la cabeza.
Es un pilar que mantiene la cabeza en equilibrio. Si
me preocupo demasiado frente a una situación o a una persona, mi cabeza se hace
más pesada hasta darme dolores de cabeza y C1 podrá tener dificultad en
soportar la carga. Si manifiesto estrechez mental, si rehuso mirar todas las
facetas de una situación, si soy rígido en mi modo de pensar, C1 reaccionará
dejando sus actividades, dejando de poder pivotar. Estará paralizada por mi
miedo, mi desesperación frente a la vida, mi negatividad, mi dificultad en
expresar mis emociones.Un mal estado de C1 se acompaña generalmente de dolores
que afectan la cabeza, el cerebro y el sistema nervioso, etc. Debo aprender a
escuchar mi interior, a guardar mi mente abierta, a traer más calma en mi vida
para disminuir mi actividad cerebral, permitiéndome así ver la realidad bajo un
día nuevo, con más confianza.
C2 = La segunda vértebra cervical trabaja en estrecha
colaboración con C1. Se la llama AXIS. Es el pivote que permite a C1 moverse.
C2 está conectada con los principales órganos de los sentidos, es decir los
ojos, la nariz, las orejas, la boca (lengua). Por esto estarán afectados éstos
cuando C2 tenga un malestar. Si soy rígido en mi modo de percibir la vida, si
rehuso soltar mis viejas ideas para dejar sitio a lo nuevo, si me preocupo
siempre por el día siguiente, C2 corre el gran riesgo de volverse también
rígida. Frecuentemente, mis lágrimas son secas porque reprimo mis emociones y
que mis penas, mis decepciones, mis pesares quedan hundidos dentro mío. El
“lubricante” (mis lágrimas de pena o de alegría) siendo carente, C1 no se
articulará sobre C2 tan fácilmente. Habrá irritación, calentamiento, igual como
en mi vida cotidiana. Esto se produce particularmente en el caso de la
depresión, de una emotividad excesiva (si por ejemplo, hay un conflicto
familiar), de ira, de revuelta y todo esto siendo generalmente causado por el
miedo de ir hacía delante, de cambiar, de tomar sus responsabilidades; del
enjuiciamiento de los demás y de sí mismo, por la no estima de sí que puede
llevar a un deseo de auto destrucción (suicidio). Debo aprender a tomar
contacto con mis emociones y a asumirlas, a tomar mi lugar expresando lo que
vivo para que el flujo de energía empiece a circular en mi cuerpo y que C2
pueda volver a funcionar en armonía con C1 y que todo “bañe en aceite”!
C3 = la Tercera vértebra cervical C3 es una eterna
solitaria. A causa de su posición, no puedo contar con nadie o trabajar en
cooperación con otras vértebras. Si mi C3 no se encuentra bien, yo también
puedo tener la sensación de que debo despabilarme solo. También puedo
replegarme sobre mí mismo, vivir “en mi burbuja” y evitar toda forma de
comunicación (tanto oral como sexual) con mi entorno. “¿Para qué perder mi
tiempo? De todos modos, nunca se me hace caso y nunca se entienden mis ideas o
mis estados de ánimo!” Entonces se produce la rebelión, el desanimo, porque mi
sensibilidad está afectada en lo más hondo de mí. Incluso puede apoderarse de
mí la angustia. El desgaste del tiempo hace su labor y mis sueños y mis deseos
más queridos se desvanecen poco a poco. Me vuelvo irritable, amargo con una
persona o una situación que no consigo digerir. La soledad puede tanto ser
benéfica para recuperarme, hacer balance, ver claro en mi vida, como puede ser
un medio de huir mis emociones, la realidad hacía la cual vivo mucha
incomprensión. La elección me incumbe! Tomo nota de que una dolencia en C3
puede conllevar daños en mi rostro (piel, huesos o nervios) así como en las
orejas y los dientes.
C4, C5, C6 = las vértebras cuarta, quinta y sexta
cervicales C4, C5, C6 se ubican al nivel de la tiroides y están en estrecha
relación con ésta. Ésta juega un papel mayor en el lenguaje, la voz, (cuerdas
vocales) y cualquier desarmonía en lo que a comunicación se refiere tanto
cuando me expreso yo como cuando otras personas me comunican hará que
reaccionen C4, C5 y C6. Puede que me haya ofuscado con lo que haya oído,
causando indignación e ira. C4, C5 y C6 reaccionan aún más fuerte si además no
expreso mis opiniones, mis frustraciones. Mi porcentaje de agresividad corre el
riesgo de incrementarse, lo cual cierra los canales de comunicación al nivel de
estas 3 vértebras cervicales. Trago mal lo que a mí se me presenta. Tengo
tendencia a rumiar ciertos acontecimientos para un largo período de tiempo.
Frecuentemente aparecen dolencias y dolores que afectan todo mi sistema de
comunicación verbal: boca, lengua, cuerdas vocales, faringe, etc. y todas las
partes de mi cuerpo que se sitúan entre el nivel de mi boca y de mis hombros
pueden estar afectadas. Tengo ventaja en aceptar que cada experiencia es una
oportunidad de crecer y que hay una lección por sacar de todo. Debo dejar fluir
en vez de obstinarme y de estar enfadado con la vida. Sino, mi cabeza se pone a
“hervir” y me siento sobrecargado por todas las tareas que realizar y que me
parece no poder llegar a realizar. Necesito expresarme, o bien por la palabra,
la escritura, la música, la pintura, o cualquier otra forma de expresión que me
permitirá “volverme a conectar” con mi creatividad, mi belleza interior. Todos mis
sentidos entonces estarán estimulados, activados, lo cual activará mi tiroides
y permitirá que C4, C5 y C6 funcionen normalmente. Los dolores sentidos en esta
región podrán así desaparecer.
C7, la última vértebra cervical C7 está influenciada
altamente por todo mi lado moral, mis creencias y mi lado espiritual también.
Si vivo en armonía con las leyes de la naturaleza, si escucho los mensajes que
mi cuerpo me manda y la vida en general, C7 va a funcionar mejor. Al contrario,
si vivo ira, si estoy cerrado a las opiniones y a los modos de ver de las
personas con quienes me relaciono, si me elevo y me enfrento con otras
ideologías diferentes de la mía sin una mente abierta, C7 reaccionará
fuertemente y podrá afectar mis manos, codos y brazos que podrán inflamarse o
tener dificultades en moverse. El funcionamiento de mi tiroides estará
afectado. Del mismo modo, remordimientos de consciencia con relación a una
palabra dicha, un acto hecho o un pensamiento mandado hacía una persona también
van a afectar C7. Si vivo emociones intensas en mi vida, si estoy decepcionado,
si tengo miedo de estar rechazado, si me escondo debajo de mi concha para
evitar estar herido “otra vez”, C7 podrá estar afectada. Debo aprender a
discernir lo que es bueno para mí y lo que no lo es. Debo respetar los puntos
de vista de cada persona incluso si son diferentes de los míos. Abriendo mis
brazos a los demás es como voy a aprender mejor y podré realizar mejor las
elecciones que me permitirán sentirme más libre.
ESPALDA (dolores de …) – PARTE CENTRAL DE LA ESPALDA
(12 vértebras dorsales)
La parte central de la espalda representa la gran
región torácica del cuerpo comprendida entre el corazón y las vértebras
lumbares. Es una región de culpabilidad emocional y afectiva. Las 12 vértebras
dorsales se relacionan principalmente con esta región:
D1 = la primera vértebra dorsal D1 puede reaccionar
fuertemente cuando voy hasta mis límites bien sea en mi trabajo, bien sea en el
deporte, en suma, en todas las situaciones en que voy hasta el final de mis fuerzas
mentales, físicas o emocionales. No aprecia tampoco un “dopaje” que sea bajo
forma de alcohol o de droga, la que sea. Su sensibilidad en ese momento estará
a flor de piel. Me construyo entonces medios de auto protección para protegerme
de mi entorno y evitar estar herido. Esto puede manifestarse sobre todo en mis
gestos o en mis palabras: por ejemplo, tiendo a apartar a los demás por mi
frialdad o por palabras hirientes. Esto puede incluso manifestarse por una toma
de peso importante, éste siendo mi protección natural y física, porque quiero
inconscientemente “ocupar más sitio” y dejar menos a los demás. También esto
puede esconder timidez actual y con la cual tengo dificultad para transigir. Se
pondrá aún más en evidencia si temo perder el amor de la gente. Debo vigilar y
evitar acurrucarme sobre mí mismo rumiando negatividad constantemente, siendo
siempre fijado en las mismas ideas y frustraciones. Un mal estado de D1 puede
traer dolencias en cualquier parte de mi cuerpo situada entre mis codos y la
punta de mis dedos así como dificultades respiratorias (tos, asma, etc.)
D2 = la segunda vértebra dorsal D2 reaccionará
fácilmente cuando mi emotividad esté afectada. Si acumulo y ahogo mis
emociones, entonces D2 me mandará un mensaje y aparecerá el “dolor de espalda”.
Si tengo la sensación de que no tengo mi lugar en la vida y en la sociedad, que
la vida es “injusta” y que me siento víctima de los acontecimientos, D2 estará
afectada. Puedo ser particularmente sensible a todo lo que toca a mi familia, y
vivo situaciones de conflicto o desarmonía de un modo intenso. Puedo haber
almacenado viejos rencores. También puedo remover constantemente experiencias
pasadas, recuerdos, queriendo fijar mi realidad en acontecimientos pasados en
vez de mirar el porvenir con confianza y viviendo intensamente el momento
presente. Puedo contemplar una nueva situación que me trae un miedo a lo
desconocido. ¿Voy a tener demasiadas responsabilidades? ¿Voy a estar sostenido
o deberé despabilarme solo? ¿Cómo van a reaccionar la gente alrededor mío? Si
dudo de mí, de mis capacidades, podré reaccionar jugando el papel de los “duros
de roer” volviéndome muy autoritario; tendré así la sensación de controlar la
situación, sabiendo muy bien que tiemblo de miedo, yendo incluso hasta tener
angustia. También puedo volverme irritable frente a una persona o un suceso y
reacciono por saltos de humor. Una D2 en mal estado suele estar acompañada de
malestar y dolores en el corazón y los órganos que se vinculan a ellos, así
como a los pulmones. Aprendo a pedir y a hacer confianza en mi capacidad de
aceptar nuevos retos. Suelto mi pasado y me giro hacía el futuro sabiendo que
ahora soy capaz de tomar mi lugar en armonía con mi entorno. Puedo también leer
la sección referente al corazón para tener otras pistas.
D3 = la tercera vértebra dorsal D3 está esencialmente
relacionada con los pulmones y el pecho. Puedo ir a consultar lo referente a
estos dos temas para ver cuáles son las causas que pueden afectarles y tendré
una pista para saber porqué D3 me manda también mensajes. Además, todo lo que
puedo percibir por mis sentidos y que no me conviene del todo hará reaccionar
D3. Ya que soy muy sensible a mi entorno, me he confeccionado un sistema con el
cual sé lo que está bien y lo que está mal, lo que es aceptable o no. Puedo
estar fijado y rígido en mi modo de pensar o ver las cosas. Tengo tendencia a
juzgar cualquier persona o situación que no entre en mi definición de “correcto”.
Puedo reaccionar fuertemente frente a lo que considero ser una “injusticia”.
Incluso puedo volverme colérico, incluso violento mientras no esté de acuerdo
con lo que veo, percibo u oigo. También puedo construirme un “escenario” en mi
cabeza, disfrazando la realidad, frecuentemente a causa de mi miedo a ver la
realidad de frente y también porque la realidad que me rodea me deprime.
Entonces, tengo menos gusto de vivir, ya no tengo el sentimiento de estar en
seguridad. Puede invadirme la tristeza. Ya no tengo el gusto de luchar. La
depresión se va apoderando de mí progresivamente, y querré cortarme de este
mundo que sólo me trae pena, frustración, ansiedad. Debo aprender a ver la vida
bajo un nuevo día. Aceptar que no pueda vivir en un mundo perfecto pero que
cualquier situación es perfecta porque cada situación me permite sacar una
lección.
D4 = la cuarta vértebra dorsal D4 se refiere a los
placeres, a los deseos, a las tentaciones frecuentemente insatisfechos. A veces
mis esperas son desmesuradas, carecen incluso de realismo y me vuelvo
irritable, colérico porque “mis deseos” no están realizados. Estoy enfadado con
la vida, mi entorno. En el fondo de mí, siento un vacío tan grande,
generalmente afectivo, que tengo tendencias depresivas y el único modo que
conozca de equilibrar este estado de ser y traer algo “picante” en mi vida será
crear un estado de excitación, bien sea naturalmente o artificialmente. Puedo
practicar deportes de emociones fuertes (paracaidismo, alpinismo, etc.) o puedo
tomar drogas para ponerme en un estado de éxtasis y de bienestar temporal. Me
refugio así en un mundo imaginario, protegido de todos. Sin embargo, no estoy
al albergue de las emociones que he inhibido y de las cuales he intentado
escapar. En apariencia puedo ser muy libre, pero en realidad, estoy encarcelado
en mi ira, mis penas, mis frustraciones, y por mi miedo a estar asfixiado por
el amor de los demás, porque nunca supe reconocerlo y aceptarlo. Entonces,
tengo tendencia a rechazar a los demás. Me opongo, me mantengo distante y
alimento esta cuneta con mi mal humor, mi actitud depresiva. Es importante que
reconozca y que acepte mis emociones para poder integrarlas y permitirme vivir
plenamente mi vida. Cuando D4 está afectada, también puede seguir una
dificultad con la vesícula biliar.
D5 = la quinta vértebra dorsal D5 está tocada cuando
me vuelvo a encontrar en una situación en que tengo la sensación de perder el
control. Me siento entonces desestabilizado. Incluso puedo hallarme en un
estado de pánico. Esto se produce en particular en el plano afectivo con
relación a mi cónyuge, un miembro de mi familia, un amigo cercano, etc. Este
control se esconde a veces bajo una apariencia de “querer ayudar a alguien”,
“guiarlo”, “ayudarle en sus dificultades”, pero en el fondo de mí, ejerzo un
control para con esta persona, estando en posición de “fuerza” incluso
inconscientemente. Si las cosas no suceden como lo deseo, puedo volverme
frustrado, crítico, impaciente e incluso colérico, y D5 reaccionará
violentamente. Quiero darme una imagen de “duro de roer” que tiene la “espalda
ancha” y que “es capaz de cargar”. Pero, en el fondo, sé que me cargo demasiado
los hombros, lo cual me lleva a estar inseguro, angustiado, en rebelión contra
mi entorno que hago responsable de mi malestar. Tengo grandes ambiciones, lo
cual me hace a veces apartarme de mis valores profundos y actuar en
contradicción con éstas. Entonces, me echo en relaciones artificiales con la
gente, viviendo decepción tras decepción, porque el amor verdadero, sencillo,
no es bastante presente. Es importante que esté a la escucha de mi interior,
que tome contacto con mi esencia, con mis verdaderos valores para que vuelva la
calma en mi vida y que vea claro en los acontecimientos, desarrollándome y
siendo capaz de vivir el amor verdadero. Se debe observar que el mal estado de
D5 frecuentemente está acompañado de diversos malestares afectando mi hígado y
mi circulación sanguínea.
D6 = la sexta vértebra dorsal D6, va a reaccionar
cuando me critico y que me juzgo severamente. Puedo haber estado educado en un
entorno muy estricto en el cual los valores y las líneas de conducta debían
seguirse al pie de la letra. Habiendo crecido en este clima autoritario y no
permisivo, ahora puedo tener “casos de consciencia” en los cuales quisiera
darme gusto, coger tiempo para mí pero juzgo que esto no es “correcto” y “ que
no me lo merezco”. Me creo preocupaciones inútilmente porque no dejo de
analizar cada uno de mis gestos, cada una de mis palabras, cada uno de mis
pensamientos, para estar seguro de que “estoy correcto”. Me corroe la
culpabilidad por dentro. La angustia está muy presente y me auto castigo
cortándome del mundo. Tengo dificultad en aceptarme. Me siento víctima de la
vida, impotente frente a los acontecimientos. Juzgo severamente éstos sin
querer aceptar que están aquí para hacerme crecer, pero viéndoles
preferentemente como castigos, injusticias. Vivo entonces en la frustración y
la incomprensión, el resentimiento, envidioso y celoso de los demás. Por esto
una D6 en mal estado se suele acompañar de malestar al nivel del estómago.
Tengo necesidad de estar más flexible y permisivo para conmigo y aprendo a ver
positivo en cada acontecimiento, sabiendo que cada experiencia me lleva a
conocerme más y a volverme mejor.
D7 = la séptima vértebra dorsal D7 es una trabajadora
de trabajos forzados. Si en mi vida, me empujo al límite en las cosas que debo
hacer, sin escuchar mi cuerpo cuando necesita descansar o relajarse, D7 va a
echar un grito de socorro. Es posible que así quiera olvidar o huir a alguien o
una situación cualquiera. Puede que quiera olvidar mis problemas financieros,
afectivos, etc. Parándome, es muy posible que afloren el desánimo y la
insatisfacción frente a mi vida, cosa que no quiero. Acumulo mucha ira y
agresividad: todo ruge adentro mío porque “la vida no tiene nada bueno para
ofrecerme”. Me obstino, incluso me bloqueo sobre ciertas ideas que me
obsesionan. Debo aprender a apreciar lo que tengo y lo que soy y ver toda la
abundancia que es presente en mi vida. Tengo el derecho de tomar tiempo para
mí, tengo el derecho de vivir emociones en vez de dejarlas hervir adentro mío.
Me concedo el derecho de vivir mi pena, mi decepción, mis miedos porque es así
como podré aceptarlos y cambiarlos en positivo. Puedo hacer mi limpieza
interior a medida y dejar que D7 funcione normalmente. Es así como los males
que acompañan frecuentemente una D7 en mal estado y que tocan frecuentemente el
páncreas y el duodeno podrán también irse.
D8 y D9 = las octava y novena vértebra dorsal D8 &
D9 que hallo a la altura del diafragma y que están estrechamente vinculadas, se
parecen en todo. Por esto, se tratan juntas. Se afectan principalmente cuando
vivo inseguridad debido a un miedo que tengo de perder el control en una
situación o con una persona. Me siento más seguro de mí cuando dirijo
perfectamente todos los aspectos de mi vida, cuando orquesto perfectamente
cualquier situación para saber exactamente qué debo esperar. Me escondo en mi
burbuja de cristal, sin hacerme preguntas ni hacer esfuerzos para cambiar lo
que sea en mi vida. Vivo todas mis emociones “para dentro”. Pero este “supuesto
equilibrio” está trastornado, D8 y D9 asustadas reaccionan fuertemente,
acurrucándose de miedo. La desesperación puede tener lugar y tengo el mal de
vivir. Tengo dificultad en ver la luz al final del túnel. Puedo sentir
desprecio por la vida y me dirijo hacía un abismo que sólo puedo vencer
haciendo confianza en la vida y dejando ir el control que ejerzo. Porque es
soltando cuando gano el dominio de mi vida. Tomo nota que una D8 lastimada
puede acompañarse de dolores del diafragma y el bazo (incluyendo los trastornos
de la sangre) mientras que D9 en mal estado estará acompañada de alergia o de
un mal funcionamiento de las glándulas suprarrenales o de urticaria.
D10 = Cuando la décima vértebra dorsal D10 está
afectada, esto suele reflejar una profunda inseguridad frente a la cual me
siento sin armas, sin recursos. Mi confianza está en su nivel más bajo y
necesito “un pequeño tónico” para ayudarme a darme más valor y a olvidar mis
preocupaciones. Frecuentemente, esto puede ser un consumo más grande de alcohol
o de droga que de costumbre que me dará “un pequeño estímulo”. Sin embargo,
cuando vuelvo a mi estado normal, las inseguridades aún están presentes y mi
vida se oscurece porque sólo veo el lado negativo de las cosas. Lo veo todo en
negro, rechazando la vida, compadeciéndome de mi mismo. Estoy preocupado por
pequeñeces y me enfado sin ser capaz de manifestarlo sin embargo, lo cual
afecta mi sensibilidad que vuelve a flor de piel y que hace que me irrito por
futilidades. Una D10 en mal estado se acompaña frecuentemente de dolores en los
riñones, reconocidos como la sede del miedo. Aprendo a hacerme confianza y
aprendo a ver la belleza alrededor mío y la que existe dentro mío. Tengo el
valor de pedir ayuda.
D11 = las anomalías en la onceava vértebra dorsal D11
se hallan también cuando mi sistema nervioso tiene dificultad en funcionar. Mi
gran sensibilidad a todos los niveles hace que D11 se desforme porque también
desformo la realidad para sufrir menos. La cambio a voluntad para que sea como
quiero. Me “corto” voluntariamente de mi entorno. Pero esto sólo puede durar
cierto tiempo y debo pronto o tarde enfrentar la realidad. En ese momento, una
tensión interior se habrá instalado, y tendré dificultad en transigir con ella.
Esto puede volverse tan insoportable que incluso puedo tener ideas de suicidio
ya que vivo en la incomprensión y que tengo miedo del porvenir porque me siento
impotente en cambiar las cosas en mi vida. Me considero “víctima”, herido en
mis sentimientos. Rumio lo negativo y hago pocos esfuerzos para sacarme de esta
situación. Debo aprender a moverme e ir hacía delante en vez de estancarme en
un estado de ser comatoso y complacerme en la pasividad. Las dolencias en la
D11 se acompañan frecuentemente de dolores en los riñones así como de
enfermedades de piel (eczema, acné, etc.). Empiezo a creer también que es
posible cambiar cosas en mi vida pero que debo estar listo para invertir
esfuerzos y pedir ayuda.
D12 = la doceava vértebra dorsal D12 está afectada
sobre todo cuando vivo en un lugar cerrado. Tengo tendencia a criticar, juzgar,
saltar fácilmente a conclusiones, no porque haya comprobado sino solamente
porque mis observaciones pueden darme falsas impresiones y que las interpreto a
mi modo. Esto me lleva a vivir mucha ira que me “roe interiormente”. Mi mental
es muy activo. Mi sensibilidad está “a flor de piel”. Me construyo castillos de
arena. Me invento todo tipo de escenarios. Ya que tengo dificultad en transigir
con mi entorno, vivo mucha inseguridad. Puedo entretener ideas mórbidas, ya
incapaz de absorber lo que sea de lo que veo, siento o percibo y envidiando lo
que tienen los demás. Una afección en el nivel de la D12 se acompaña
frecuentemente de males intestinales, dolores en las articulaciones, una
circulación linfática deficiente y así a veces afecciones en las trompas de
Falopio. Aprendo a comunicar, a ir a comprobar con las personas relacionadas
para eliminar la duda y la inseguridad que me habitan. Así veo más claro en mi
vida y se establecen en mí la calma.
Tanto es así que los dolores en medio de la espalda
son la señal clara de una relación difícil con la vida y las situaciones de mi
existencia. Esta región de la espalda corresponde también al movimiento de
exteriorización de la energía de vivir que fluye por mí. Esto significa que en
período de madurez interior (cuando adquiero experiencia), varias cualidades
divinas tales como la confianza, el amor, el desapego (es decir el libre albedrío)
sobre todo en el plano afectivo) están puestas a prueba. Mis dolores de espalda
e incluso la espalda curvada pueden significar diversas cosas: culpabilidad en
unas situaciones en que no me he de sentir culpable, amargura o una débil
confianza en mí vinculada a una vida que siento muy pesada por llevar. Puedo
tener la sensación de que “están siempre pegados a mi espalda”. Si tengo dolor
de espalda, esto denota un gran sentimiento de impotencia, frente a una
situación presente difícil de tratar y en la cual necesitaría ayuda. La
desesperación puede aparecer porque no me siento bastante apoyado en el plano
afectivo y padezco también inseguridad. Tengo tendencia a retener mis emociones
y vivo mucho en el pasado. Me quedo vinculado a dicho pasado. Me siento inestable
y ansioso. El objetivo por alcanzar reside en una expresión más activa de la
energía divina. Necesito ser transparente en todo, conmigo mismo y los demás,
dejando de transportar sentimientos de un pasado cojo para dar paso a un aquí y
abajo tranquilo y sereno. Necesito ayuda y ánimo, conectarme con mi ser
interior que vela sin cesar sobre mí. Mi cuerpo me da señales importantes. No
hay vergüenza ninguna en pedir ayuda. Al contrario, es un signo de inteligencia
ya que esta ayuda me permite ir hacía delante. Veo importancia en mi propia
identidad y soy prudente con mi ego y mis miedos. Aprendo a comunicar con mi
ser interior por la meditación y la contemplación; con él hallaré muchas
soluciones y respuestas. Estar conectado con mi ser interior, es elegir vivir
mejor las situaciones de la vida.
ESPALDA (dolores de…)
PARTE INFERIOR DE LA ESPALDA.
Frecuentemente confundida
con los riñones y comúnmente asociada al dolor de riñones, esta área se sitúa
entre la cintura y el coxis. Es una parte del sistema de sostenimiento. Dolores
en esta región manifiestan la presencia de inseguridades materiales (trabajo,
dinero, bienes) y afectivas. “Tengo miedo de carecer de…!” “Nunca lo
conseguiré!”, “ Nunca conseguiré realizar esto!” expresan bien los sentimientos
interiores vividos. Estoy tan preocupado por todo lo material que siento
tristeza porque hay un vacío y este vacío me duele. Incluso puedo fundar mi
valor personal en el número de bienes materiales que poseo. Vivo una gran
dualidad, porque deseo tener tanto la “calidad” como la “cantidad”, tanto en lo
que a relaciones interpersonales se refiere como a lo que poseo. Tengo
tendencia a tomar demasiadas cosas sobre mis hombros y tengo tendencia a
dispersar mis energías. Intento hacerlo todo para ser amado y me entretengo con
la opinión que tienen de mí los demás. También puede tratarse de una inquietud
frente a una u otras personas. Estoy preocupado por ellas y quizás tengo
tendencia en “coger los problemas de los demás sobre la espalda” y querer
salvarlos. Mi impotencia frente a ciertas situaciones de mi vida me vuelve
amargo y rehuso someterme, pero tengo miedo. Este sentimiento de impotencia que
puede llevarme hasta la rebelión, podrá conducirme a un “lumbago” o un “dolor
de cintura”. No me siento sostenido en mis necesidades de base y mis
necesidades afectivas. Tengo dificultad en hacer frente a los cambios y a la
novedad que se presentan a mí porque me gusta sentirme en seguridad en mi
rutina y mis viejas costumbres. Esto revela frecuentemente que soy inflexible y
rígido y que quisiera ser sostenido a mi modo. Si acepto que los demás puedan
ayudarme a su modo, voy a descubrir y tomar consciencia de que tengo el apoyo
que necesito. Así me vuelvo más autónomo y responsable. Si se trata de un
pinzamiento de los discos lumbares, pongo probablemente demasiado presión sobre
mí mismo en hacer cosas para que me amen. Ya que se revela necesario un período
de reposo, aprovecho para mirar lo que está sucediendo en mi vida y volver a
definir mis prioridades. Al no sentirme sostenido, me vuelvo rígido (tieso)
hacía los demás. ¿Tiendo a culpar a los demás de mis dificultades? ¿Me tomo el
tiempo de expresar mis necesidades? Acepto que me único sostén viene de mí
mismo. Volviendo a tomar contacto con mi ser interior, establezco un equilibrio
en mis necesidades y reúno todas las fuerzas del universo que están en mí.
Estas fuerzas me dan confianza en mí y en la vida porque sé que me traen todo
lo que necesito: físico, emotivo, espiritual. Estoy sostenido en todo momento!
Las 5 vértebras lumbares se sitúan en esta área.
L1 = la primera vértebra lumbar L1 está afectada
cuando vivo un sentimiento de impotencia frente a alguien o a algo que no me
conviene y que tengo la sensación de no poder cambiar, que he de soportar.
Entonces, me vuelvo inerte, sin vida, gasto mucha energía con cosas
frecuentemente menores pero las aumento tanto que toman entonces proporciones
catastróficas, lo cual puede incluso hacer aparecer un sentimiento de
desesperación. Puedo vivir inseguridad frente a aspectos de mi vida, pero no
tiene realmente razón de ser. Quiero controlarlo todo, pero esto no es
humanamente posible. Puedo también vivir conflictos interiores entre lo que
quiero hacer y que no me permito. Esto hace subir en mí frustración,
agresividad e ira. Estos sentimientos endurecen mi corazón si no me libero y
amargan mi vida. Una vértebra L1 en mal estado puede traer enfermedades
relacionadas con las funciones de digestión (intestino y colón) o eliminación
(estreñimiento, disentería, etc.). Tomo consciencia del poder que tengo para
cambiar el curso de mi vida, y sólo la mía! Vuelvo a establecer mis prioridades
para canalizar bien mis energías.
L2 = El estado de la segunda vértebra lumbar L2
depende mucho de mi flexibilidad frente a mí – mismo y a los demás. La soledad
y la amargura generalmente causadas por una timidez pronunciada son también
factores importantes que pueden afectar L2. Soy preso de mis emociones: al no
saber como vivirlas y expresarlas, y al ser éstas a veces vivas y explosivas,
pongo máscaras para protegerme y evitar que se pueda ver lo que sucede en mi
interior. Mi malestar puede hacerse tan grande que quiero “adormecer” mi mal
con bebida, drogas, trabajo, etc. y L2 hará entonces una llamada de socorro.
Tengo tendencia a ver las cosas en negativo y a vivir en un estado depresivo
que veo muy poco porque estoy en un papel de víctima que no me obliga a pasar a
la acción o a cambiar cosas en mi vida. Igual como L1, un sentimiento de
impotencia y también mucha tristeza afectarán L2. Soy bastante amargo frente a
la vida porque estaría supuestamente disfrutando de los placeres de la vida
pero, frecuentemente, no me autorizo a ello a causa de mis obligaciones o por
deber, para mostrar el buen ejemplo. Debo aprender que no he de ser perfecto. A
veces puedo sentirme incapaz o impotente frente a una situación. No he de
culparme por ello o estar enfadado; solo he de ser auténtico conmigo mismo y
los demás y expresar simplemente mis penas, mis alegrías, mis dudas, mis
incomprensiones, mis frustraciones para estar más abierto frente a los demás y
para que L2 recupere vida también. Se debe recalcar que una vértebra L2 en
malas condiciones puede conllevar enfermedades del abdomen, la apéndice o las
piernas en donde podría ver aparecer varices.
L3 = la tercera vértebra lumbar L3 se ve sobre todo
afectada cuando vivo situaciones familiares tensas o tormentosas. Me impido
decir o hacer cosas para no herir y no molestar a los demás. Pero al hacer
esto, me hago daño a mí mismo. Juego el papel de “buen chico” o “buena chica”
manifestando una gran flexibilidad. Pero me vuelvo “bonachón” lo cual me causa
frustración, sobre todo si debo poner mis deseos de lado. Y quizás, también, me
ponga de lado, particularmente a causa de mi gran sensibilidad, sin saber mucho
como dichas emociones estarán recibidas. Me vuelvo “paralizado”, incluso
impotente, en mis emociones, en mi cuerpo, en mis pensamientos, lo cual impide
que se manifieste mi creatividad y todo lo vinculado a ella, en particular la
comunicación y la sexualidad que se quedan “rígidas” y “frígidas”. Para superar
el desánimo, debo tender los brazos hacía los demás y atreverme a expresar mis
emociones para que mi pleno potencial creativo se despierte y se manifieste. La
mala condición de L3 puede conllevar dolencias en los órganos genitales, en el
útero (en la mujer), en la vejiga o en las rodillas, tales como la artritis, la
inflamación o dolores.
L4 = Cuando la cuarta vértebra lumbar L4 se rebela, es
frecuentemente porque tengo dificultad en transigir con la realidad de todos
los días. Puedo complacerme en un mundo imaginario y esto puede llevarme a
vivir en la pasividad, estando un poco cansado de ver lo que ocurre alrededor
mío. Se instala cierta dejadez. “¿Porqué preocuparse de todos modos?” Sufro los
acontecimientos y no los creo, lo cual me puede dejar un sabor amargo. Igual
como L4, necesito protegerme cerrándome porque puedo fácilmente dejarme
distraer o influenciar por lo que me rodea, sobre todo por lo que la gente
pueda decir de mí, y mi sensibilidad puede estar altamente afectada. También me
rompo la cabeza exageradamente y mi discernimiento está a veces erróneo o
carente porque mi mental es muy rígido, lo cual me impide tener una visión
global de una situación y en consecuencia soluciones o posibles vías frente a ella.
Entonces quiero controlar en vez de escuchar mi voz interior. Debo aprender a
escuchar ésta para recuperar el dominio de mi vida. Recupero mi poder de crear
mi vía como quiero y recupero el gusto de realizar grandes cosas! Se debe
observar que una vértebra L4 en mal estado puede conllevar dolores en la región
de mi nervio ciático y de la próstata en el hombre.
L5 = Puedo preguntarme lo que sucede en mi vida cuando
la quinta vértebra lumbar L5 está afectada. ¿Tendría por casualidad una actitud
de desprecio o de pereza frente a una persona o una situación? Puedo vivir un
poco de celos, disgusto, frustración, pero sin embargo ya tengo mucho, la vida
me ha mimado y tengo dificultad en reconocerlo. Mi vida está teñida de lujuria
(en todos los niveles) y debo aprender a apreciar lo que tengo, y a cultivar
mis relaciones interpersonales: tengo dificultad sobre todo en el plano
afectivo a ser auténtico y a sentirme bien porque en el fondo de mí, vivo una
gran inseguridad y tengo dificultad en expresar lo que vivo. Por lo tanto,
tendré tendencia a ser algo depresivo ya que pasaré frecuentemente de un
cónyuge a otro sin saber demasiado porqué sucede esto, sintiéndome “correcto”
dentro de lo que estoy viviendo. Inventaré toda clase de guiones y mi atención
siempre estará centrada en los pequeños detalles anodinos, lo cual me impedirá
adelantar y pasar a otra cosa. Cierta amargura puede ensombrecer mi vida e
impedirme disfrutar de ésta. Aprendo a saborear cada instante que pasa y a
apreciar toda la abundancia que forma parte de mi vida. Un mal estado de L5
puede ocasionarme dolores en las piernas, desde las rodillas hasta los dedos de
los pies.
La parte inferior de la espalda también forma parte
del sistema del centro del movimiento. Si tengo dificultad en transigir con la
sociedad, tanto desde el punto de vista de las orientaciones por tomar como del
sostén que espero de ella, puedo vivir frustración o resentimiento. No quiero
“negociar” con ciertas personas o ciertas situaciones. Mis relaciones
personales con mi entorno padecen de ello. También puedo tener dificultad en
aceptar que voy sumando años. “Me hago viejo” y debo amansar lentamente la
noción de mortalidad. Finalmente, la parte inferior de la espalda está muy
estrechamente vinculada a los dos centros de energía inferiores, el coxis y el
segundo centro de energía que está vinculado más específicamente a la
sexualidad. Si vivo conflictos interiores o exteriores para con ésta, si he
reprimido mi energía sexual, puede manifestarse un dolor de espalda. Las 4
vértebras sagradas y las 5 vértebras del coxis están relacionadas con esta
región. Cuando las vértebras sagradas están afectadas, puedo tener la sensación
de que no tengo columna y que necesito a otra persona para sostenerme. Estoy
constantemente “probado” por la vida para ver cuál es mi nivel de integridad y
de honradez. Tengo un enorme potencial pero ¿estoy listo para realizar los
esfuerzos necesarios para cumplir mis objetivos?
Las vértebras inferiores son las siguientes:
S1, S2, S3 = Ya que las 3 primeras vértebras sagradas
están soldadas juntas, se tratarán juntas. Constituyen un todo. Reaccionan con
la rigidez que manifiesto, con mi estrechez mental en relación a ciertas
situaciones o ciertas personas, a mi mente cerrada que rehusa oír lo que los
demás han de decir. Quiero tener el control para sentirme fuerte y en seguridad
y, si lo pierdo, voy a estar enfadado, furioso y puedo tener ganas de “pegar
una paliza” a alguien por estar tan frustrado y lleno de amargura. Todos estos
sentimientos generalmente tienen su origen en mis relaciones afectivas que no
siempre van como lo deseo. La comunicación tanto verbal como sexual, es
deficiente, por no decir inexistente, y estoy constantemente volviendo a
plantear este tema. Tengo la sensación de tener que nadar a contra corriente y
me siento en un callejón sin salida. Tengo interés en parar un momento y ver
claro en mi vida, a reflexionar sobre lo que quiero y edificar una base sólida.
S4, S5 = Todos los deseos tienen su origen en las
vértebras sagradas cuarta y quinta. Si soy capaz de administrarlas bien, si
tomo el tiempo de descansar y hacer las cosas que me gustan, S4 y S5
funcionarán bien. Sin embargo, si vivo culpabilidad, tratándome de perezoso y
confrontándome a mis deberes y mi moralidad, juzgando mi conducta “no correcta”,
S4 y S5 pueden reaccionar fuertemente. Tengo el derecho de hacer cosas para mí
y a veces evadirme pero debo evitar que esto se vuelva un medio de huida,
evitando que me enfrente con mis responsabilidades. En ese momento, la pereza
puede no estar benéfica: me mantiene en un estado pasivo de cansancio que me
impide ir hacía delante. Por esto, en casos extremos, también estarán afectados
mis pies. El único modo de curar el sacro quebrado o roto, es la inmovilidad
física y el tiempo. El sacro está vinculado al segundo centro energético que se
sitúa al nivel de la primera vértebra lumbar. Un desequilibrio de este centro
energético puede aparecer en las dolencias físicas siguientes: referente a los
órganos genitales, puede haber infertilidad, frigidez o herpes; en cuanto a los
riñones: cistitis, cálculos; en lo referente a la digestión y la eliminación:
incontinencia, diarrea, estreñimiento, colitis, etc. Las desviaciones de la
columna vertebral (escoliosis) nacen generalmente a este nivel y conllevan con
ellas dolores de espalda. El segundo chakra o centro energético, influencia mis
relaciones con mi entorno y un malfuncionamiento de éste, que afecta mi sacro,
será el signo de mi estrés, mis angustias, mis miedos y mi tendencia depresiva
que debo aprender a administrar.
En cuanto al coxis, está vinculado al primer chakra, o
centro de energía, sede de la supervivencia. Representa el fundamento de mi
sexualidad, la realización adecuada de mis necesidades de base (sexualidad,
alimento, protección, techo, amor[2], etc.). El coxis está formado de cinco
vértebras coxigianas que están soldadas juntas. Representa mi dependencia
frente a la vida o a alguien más. Hay muchas probabilidades de que mi cuerpo me
diga que tengo que pararme cuando me duelo el coxis. Es mi inseguridad la que
se manifiesta en relación con mis necesidades de base, de supervivencia, en
particular el hecho de tener un techo, alimento, vestidos, etc. El alimento
aquí se refiere a las necesidades físicas como emocionales y sexuales.
Cualquier persona necesita amor en su vida. También necesita comunicación
mediante relaciones sexuales con uno o su pareja. Estas necesidades
generalmente se niegan y reprimen, sobre todo a causa de mis principios morales
y religiosos, lo cual me lleva a estar insatisfecha. Puedo sentirme entonces
impotente en todos los sentidos del término y hay una ira incubando dentro mío.
Quiero huir cualquier situación que hace daño a mi sensibilidad y frente a la
cual puedo vivir culpabilidad. Debo poner mi orgullo de lado, es decir mis
miedos.
Debo confiar en la vida y sobre todo hacer confianza
en mi capacidad por expresarme y asumirme. Cuando siento dificultades
vinculadas con este aspecto de mí mismo, compruebo interiormente hasta qué
punto estoy (quiero ser) dependiente de una persona que, conscientemente o no,
satisface ciertas necesidades de mi vida. Soy capaz de cumplir mis propias
acciones, de ser autónomo. Es posible que las personas con las cuales me
vinculo sean mucho más dependientes afectivamente que yo y que tengan necesidad
de este tipo de relación. Acepto ver hasta qué punto hago muestra de
independencia y vigor en mi vida. Debo soltar cualquier sentimiento de
inquietud frente a mis necesidades de base y tomar consciencia ahora de las
fuerzas que me habitan y afirmar que soy la persona mejor colocada para
garantizar mi propia supervivencia. Al estar vinculado el coxis con el primer
chakra, un desequilibrio al nivel de este centro de energía puede conllevar
desordenes físicos, los más corrientes tocando el ano o el recto (hemorroides,
irritaciones), la vejiga (trastornos urinarios, incontinencia), la próstata.
También se puede encontrar dolores en la base de la columna vertebral, una toma
o pérdida de peso considerable (obesidad, anorexia) y una mala circulación
sanguínea al nivel de las piernas (flebitis), manos y pies. Estos males me dan
una indicación que tengo necesidad de volver a equilibrar este centro de
energía.
Vértebras dorsales: el modo de identificar cada una de
ellas es por la letra D que designa “dorsal” seguida del número secuencial de
la vértebra. Otro modo también es usar la letra T para designar las vértebras
torácicas, y es lo mismo.
Amor: El amor aquí referido es como el amor de una
madre para su hijo. Cuando está afectado mi coxis, puede que viva el miedo a
perder o no tener como mínimo un amor similar al que un hijo está en derecho
esperar de su madre. Se trata aquí de este tipo de amor y no de una relación
amorosa entre adultos.
FUENTE: EL GRAN DICCIONARIO DE LAS DOLENCIAS Y
ENFERMEDADES...
Por Luis Hdez. "El Código de Sanación Emocional "
C.S.E.® Master and Founder.
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